POR: PEDRO BELMARES O.
Hoy, será la última vez que pisas mi dignidad. Me niego a amarte de esta manera, aunque creas que mi orgullo no me importa.
Es tanto mi deseo de que tú me ames, como en mis sueños. Por primera vez, me alejaré de ti para no odiarte. Y es que tu frialdad hacia mí, me hace sentir que no tienes corazón. Más allá de tu belleza, que fue lo que me atrapó, tu corazón es un hielo, que en definitiva es eso que me hace dudar de amarte.
No espero nada de ti, ni quisiera que vuelvas a verme, solo espero que en un futuro alguien toque tú corazón. Deseo que seas amada, y en verdad espero que cuando alguien toque a tu puerta, tú no le niegues la entrada.
En este momento, yo no puedo seguir esperando a que abras tu corazón, que tiene tanta frialdad. Me duele no poder amarte más, porque fuiste nada más un espejismo en mi vida, y espero que, con el tiempo, desaparezca todo lo que hoy siento por ti.
