Torreon, Coah.
Edición:
18-Nov-2024
Año
21
Número:
927
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LOS LEGISLADORES / 809


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Por:
Sin Censura
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24-01-2022
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Edición:

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POR: ABEL ALCALÁ H.

Legislar sobre lo que se conoce exhaustivamente  es mejor que legislar sobre lo que se cree que se conoce. El legislador de la creación sabe absolutamente todo sobre la esencia, substancia y naturaleza  del ser  al cual está ordenando, en tanto que la creatura que se pone la máscara de legislador, si no es soberbio, legislará sobre las cosas contingentes (lo que es y puede dejar de ser) que lo rodean de conformidad a la naturaleza y características de cada cosa o ser.

Ordenar es legislar para que cada ser o cosa esté en su lugar y haga y obre de conformidad a su propia naturaleza, substancia y esencia y eso solo lo puede hacer un ser no contingente. Las creaturas que rompan el orden llamado Natural se encaminan a su autodestrucción, además, de  causar daño al medio o entorno que lo rodea.

Mientras que los seres irracionales ajustan su existencia y hacer a los dictados de su propia naturaleza por estar predeterminados, los seres racionales tienen la capacidad de conocer y obrar; conocer lo suficiente de la esencia, la substancia y la naturaleza de lo que hubo, hay y pueda haber en el universo, y obrar (querer)  en base a su voluntad y libertad, respetando el orden natural, sobre lo conocido para adaptarlo a las exigencias de su vida, perfección  y finalidad trascendente.

El ser humano que es social  por exigencia de su naturaleza y finalidad, debe ordenarse así mismo en lo relacionado con su hacer y obrar para garantizarse un ambiente paz, solidaridad y armonía.

Para lograr lo anterior debe respetar y guiarse por los principios, deducidos del propio Orden Natural, que gobiernan las esencias, substancias y naturaleza de las cosas y seres, de lo contrario estaría firmando su acta de defunción.

Es tan evidente lo anterior que la más básica comunidad de seres humanos hasta llegar a las más complejas  metrópolis del mundo se han dotado de leyes, normas y reglas para su convivencia.

Como ejemplo tenemos; el Decálogo o 10 Mandamientos, el Derecho Romano, Código de Hammurabi, el Código de Draco, el Código de Ur-Nammu, el Corpus Juris Civilis, hasta llegar a la promulgación de las constituciones actuales.

Dejemos en claro algunos términos relacionados con el tema: Legislar es elaborar o establecer leyes para gobernar un país, estado o municipio; Ley, del latín lex, es una regla o norma; Derecho es la facultad de hacer o exigir todo aquello que la ley o la autoridad establece  o reconoce  en nuestro favor, o que el dueño de una cosa nos permite en ella: Débito es lo que se adeuda a otro ser humano por el sólo hecho de serlo, ejemplo: Derecho a la vida.

Vayámonos a las conclusiones sobre el tema de los legisladores  para explicarnos los desórdenes que padecemos en la actualidad en todas las comunidades humanas y que nos lleva a la desarmonía, a la confrontación, al agravio y exterminio de una gran parte de seres humanos; aborto, eutanasia, etc.

Hay soberbia en los congresos  de legisladores al sentirse diosecillos y aptos  para  imponer leyes contrarias al Derecho Natural. Se les olvida que todo lo hecho por el hombre lleva el sello de lo finito, de lo contingente y de la imperfección.

Que todas las leyes y normas que se contrapongan al Derecho Natural, Derecho  descubierto por la racionalidad del hombre,  llevan el virus de su autodestrucción y daño a la especie humana.

Que las constituciones de los pueblos que se están supeditando a las ideologías perversas e imposiciones de caprichos Contra Natura, impuestas desde la ONU y sus organismos paleros, sí afectarán al hombre y a los seres contingentes, pero jamás cambiarán la esencia de las cosas y de las creaturas; un perro no puede cambiar la esencia de otro perro y nadie puede hacer que el agua de los mares se convierta en vino y aunque  el soberbio legislador autorice a los asnos volar, éstos nunca podrán hacerlo.

Los legisladores mortales y soberbios de México y del mundo no pueden ni podrán  dibujar un triángulo de cuatros ángulos, ni hacer que el efecto sea superior a la causa, sepan los soberbios que lo inferior se ordena a lo superior, lo contingente a lo necesario (lo que es y no puede dejar de ser), hasta el mal se ordena al bien, pues la Ley (Orden, Derecho)  Natural no está a capricho de los seres humanos.

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