Matamoros, Coahuila.-
Tan solo faltan 26 días para que los matamorenses terminen con su peor pesadilla que ha sido, durante tres largos años, el ayuntamiento que “dirigió” Horacio (ra) Piña Ávila, quien ya no ve lo duro sino lo tupido. ¡Ah! y todavía se hace el digno.
Matamoros se cae a pedazos, de ello todos los habitantes de ese olvidado terruño dan cuenta día a día, los servicios públicos pésimos, plazas olvidadas, calles sin pavimento y con fugas de agua y drenaje, inseguridad pública, desvío de recursos, toma de presidencia, plantones, bloqueos y lo que se acumule al día último de diciembre.
Hasta suerte tiene el caguamas, porque el cabildo le aprobó que su último desinforme de gobierno sea el 15 de diciembre a las 12 del día en la Infoteca, será virtual, o sea, que únicamente asistirá el ejotito a leer sus dos hojas de todo lo que entró salió, también sus secuaces los regidores que todo le aprobaron, junto con los síndicos, secretario, tesorero y contralor.
El ejotito estrenó diciembre con la toma de presidencia municipal, por parte del personal sindicalizado, los de confianza no le entraron porque le deben la chamba pero ya se van. Resulta, que al inicio de la administración, Famsa ofreció a trabajadores de presidencia, la facilidad de un préstamo o crédito, con descuentos quincenales por nómina.
El cobre lo enseñó (ra) Piña en los primeros descuentos porque no le pagó a esa empresa como habían quedado, a grado tal que, ante la falta de abonos, Famsa a través de su departamento jurídico empezaron a cobrarle a los trabajadores, quienes se dieron cuenta de que ya hasta en el buró de crédito quedaron registrados y ni en la tienda de la esquina les fiaban los refrescos.
Como no hay peor golpe que el del bolsillo, los sindicalizados brincaron a su dirigente porque ya forma parte del equipo de Lacho, decidieron tomar la presidencia de Matamoros, como medida de presión para que les liberaran de su adeudo, puesto que ya la mayoría liquidó el pendiente.
Como siempre hay quien le salga al toro, pues ahí va el tesorero Agustín Jaime Sifuentes a dar la cara y hacerle el paro a su jefe, diciendo que son 3.9 millones de pesos los que ya descontaron a los empleados pero que no han sido liquidados a Famsa, o sea, reconoció que el dinero fue desviado por indicaciones del ejotito y, seguramente del primo incómodo.
Dadas las presiones de los trabajadores, ese mismo día en que tomaron la presidencia, el tesorero pagó a Famsa algo así como 600 mil pesos, que es la mitad del total que adeudan los de confianza; los sindicalizados, que son más, deben el resto para completar los 3.9 millones, lo que significa que a un mes de que finalice la administración, Lacho y compañía se van como el mayate, con todo y la hebra.
Al día siguiente del paro de labores, o sea el 2 de diciembre, la explanada de presidencia amaneció custodiada por personal de la Guardia Nacional, seguramente a petición de Lacho (ra) Piña. Se presta nuestro heroico ejercito a participar en estas lindezas del peor alcalde que ha tenido Matamoros, como para qué custodiar el inmueble, armados hasta los dientes, como contradiciendo el dicho del presidente Manuel López, eso de abrazos no balazos.
Dice el viejo y conocido refrán que tanto peca el que mata la baca como el que le agarra la pata, dícese por algunos actuales funcionarios que han sido secuaces de (ra) Piña y ya están contemplados para repetir en la próxima administración, la historia, pero sobre todo los matamorenses, habrán de emitir el juicio al sentarlos en el banquillo de los acusados.
Y como dijo el finadito Fidencio Treviño, de ese pelo están las cosas en esa olvidada ciudad de Matamoros del caguamas.
