POR: PEDRO BEMARES O.
Hay muchas enfermedades en el mundo que, quizás, no podemos comprender por qué les pasa a las personas que amamos.
Sin embargo, no abandonamos a la persona si no que la acompañamos hasta sus últimos días, y no podemos entender por qué a nuestro padre o madre, tíos, abuelos; les tocó batallar con esa enfermedad, pero no solo él o ella, si no también toda la familia.
Seamos sinceros, no solo uno es quien sufre y padece la enfermedad, es cada uno de los integrantes, pero mientras está bien la persona es un mar de calma, pero también hay días malos donde todo parece oscurecerse y se muere la fe por momentos.
El que padece la enfermedad sigue luchando y se aferra a la vida, pero hay días que se da por vencido y deja de luchar, aunque su familia esté alrededor de él dándole todo su amor.
Cuando llegue la muerte habrá ganado la batalla, aunque su ausencia dolerá para su familia, el habrá triunfado, quizás, los seres humanos no somos capaces de entender que la muerte es parte de la vida, nos dolerá ver partir a esa persona que amamos y es egoísta no pensar en su felicidad que por fin haya ganado la batalla ante la enfermedad.
