POR: AGENTE 57
Arrancamos… En este mes de la patria no puedo quedarme al margen de hacer algún comentario con respecto a la lucha de Independencia y a los héroes que nos dieron patria. Finalmente soy un idealista y convencido nacionalista y por eso esta participación. La Independencia de México no deja de ser un fenómeno social llena de tonos universales y que, sin embargo, resulta intensamente nacionalista. Sin la influencia y lo reflejos de la revolución técnica, la revolución político-jurídica y la revolución social acaecidas en Inglaterra, Estados Unidos y Francia respectivamente en la segunda mitad del siglo XVIII sería imposible comprender las contradicciones históricas entre ese mundo económico, político y social y el precario desarrollo del imperio español; las de éste y sus colonias, y las de estas con el mundo circundante al que se le vedaba su acceso. En otras palabras, sin el estudio de esas 3 revoluciones que diseñaron al mundo en todos sus perfiles a partir del siglo XIX, sería imposible la cabal comprensión de cualquier fenómeno de dimensiones históricas que haya tenido lugar a partir de entonces. La Independencia de México es indiscutiblemente uno de esos fenómenos históricos, y por tanto urge ahondar en el problema a fin de que floren las experiencias y las enseñanzas que abran de ser siempre útiles a pesar del tiempo transcurrido. Pero en tanto ese estudio se emprende con la seriedad debida, bien vale la pena llenar de imágenes históricas y simbolismos patrios la mente popular, a condición de que se ajusten a la verdad y sean capaces de producir o estimular virtudes patrias. La obra meramente científica podrá llegar o no, pero la tarea de construir y fortalecer el alma nacional es trabajo de todos los días y, aunque en algunos casos o aspectos haya necesidad de recurrir a personajes e ideas universales, la mente de nuestro pueblo se recreara más y mejor con sus propios personajes y su pensamiento nativo. Las relaciones entre el ideario de Hidalgo o de Morelos, por ejemplo, con el de los enciclopedistas franceses o los tratadistas de otras nacionalidades, son cuestiones que deben quedar para estudio de eruditos. El estudio biográfico o anecdótico de personajes y hechos, aunque ingrato muchas veces, suele ayudar al estudio históricos en sus aspectos más variados; ya que la biografía es una de las formas de la historia, y la anécdota se refiere siempre a sucesos particulares con rasgos sobresalientes que hieren la sensibilidad popular. A uno y otro únase la necesidad de emitir juicios y entrar en ocasiones, en disquisiciones filosóficas y hasta literarias que requieren gran acopio de talento, erudición y equidad de parte de quien escribe por eso es útil y necesario para la historia. Los intentos loables de estos próceres abrieron apenas el postigo hacia la libertad; por ella irrumpió un pueblo joven y sin experiencia política que abriría de forjar, en múltiples acontecimientos, el México de nuestros días. La Independencia fue la alborada de un México nuevo: el anhelo tornado realidad. Con ella termino la pesadilla de los tres siglos de la dominación española señoreados, indiscutiblemente, por el poderoso clero novohispano, que, en vez primera, enfrento a un grupo de valientes pensadores de actitud resuelta, que desafiaron su gigantesca y sólida estructura. La lucha titánica de la insurgencia fue el reto decisivo; el guante lanzado a la faz de los explotadores; la actitud serena de quienes reclamaban sus derechos; etapa ejecutiva, fue la búsqueda anhelosa de un pueblo que pedía su libertad, y que el deseo ferviente e infrenable, quiso tener patria. A la distancia de esta epopeya inolvidable el respeto hacia sus próceres descubre nuestras cabezas; la voz se enmudece en nuestras gargantas y el asombro nos paraliza; tal es la admiración que los héroes de la Independencia nos despiertan. Vaya para ellos mi reverencia y gratitud, en reconocimiento de los limpios esfuerzos de quienes no vacilaron en ofrendar sus vidas como supremo sacrificio, en holocausto de la búsqueda de la libertad. MI VERDAD. – Que la lucha del pueblo mexicano por la educación, la libertad y la justicia se perpetúen en el presente que no termina aún.
