Matamoros, Coahuila.-
A tres meses y medio de que termine el año 2021 y finalice la peor administración municipal que ha tenido Matamoros, ya los regidores, síndicos, alcalde, secretario y contralor, están haciendo cuentas para proponer, en sesión ordinaria o extraordinaria, su famoso bono de marcha.
Pero eso no queda ahí, también están contemplando liquidar “conforme a la ley”, a los directores y algunos jefes de departamento, los más cercanos y cómplices del caguamas.
La semana pasada me di una vuelta por presidencia y me encontré con uno de los regidores que del tema platicaba con otra edil, antes de saludarlos los escuché que se pondrían de acuerdo quién de ellos o el alcalde, haría la propuesta.
Como ya no tendrán ni una sola oportunidad de volver a ser funcionarios, ante el pésimo desempeño de sus labores, le están echando cuentas de que el bono de marcha a los regidores, síndicos, tesorero, secretario, contralor y alcalde, sería de unos 300 mil pesitos a cada uno.
Mientras, a los otros funcionarios que son directores, jefes de departamento y allegados al caguamas, los “liquidarán” conforme a derecho, es decir, les tocará menos tajada.
El tesorero y contralor, que son los que tapan las fugas de los despilfarros, ya les sale humo del cerebro para buscar la manera de “justificar” la partida que afectarán, generar la logística para que la comisión de hacienda y cuenta pública esté enterada, se analice y ya tengan todo preparado para cuando llegue el momento.
Quien seguramente no entrará a la “polla” es la regidora Lizeth Inungaray, porque de todos es conocido que, durante la mayor parte de la administración, ha realizado señalamientos y denuncias por despilfarro de desvío de recursos y acusa directamente al presidente Lacho (ra) Piña, quien es el que firma y recibe órdenes del primo incómodo.
La ciudadanía espera que el alcalde electo y el saliente, no fumen la pipa de la paz, en cuanto a finanzas e irregularidades se refiere, si bien es cierto el proceso electoral terminó el 6 de junio, no debe pasar desapercibido el faltante de más de 57 millones de pesos, que no ha justificado el ejotito y lo cual es denunciado constantemente por la regidora Inungaray.
Acuérdense que Lacho no se tentó el corazón para denunciar a su antecesor Juan Carlos Ayup, por varios millones de pesos que luego cubrió el gobernador Miguel Riquelme.
El Caguamas deja el municipio en un completo desastre, todavía no le cae el veinte de que es el alcalde, seguramente lo hará cuando termine y responda por sus despilfarros, ante la justicia.
La herencia que dejará, es peor que la recibida.
