POR: PEDRO BELMARES O.
En esta vida hay de dos, o aprendes a través de los golpes que te ponen los demás, o ignoras todo o prefieres caminar por la vida, o te enseñas a sobrevivir o mueres.
Quien está en la sombra, está temiendo ser atrapado como presa, en la vida hay quien es el cazador y quien es la presa; eres el más fuerte o el más débil.
El que caza; es el que le gusta herir a las personas, y esto está en su naturaleza, tiene el poder de destruir sin piedad a los demás.
El que es presa vive siempre con miedo y están cobarde al no poder defenderse. La vida es como la selva, aquí nadie se puede esconder de los verdugos.
Podemos comprender al débil, al que no tiene la voluntad de defenderse por sí solo, pero jamás podríamos entender el que hiere por la espalda sin razón.
Todos nos identificamos porque somos participes de poder herir a los demás sin ninguna justificación. No nos hemos puesto a analizar que para nada nos hace falta herir por herir, ser la presa o el cruel cazador es cuestión de cada individuo.
Nuestra vida sería un poco diferente sino fuéramos por la vida hiriendo a los demás, habría que pensar que nuestra conducta es el reflejo hacia nuestros hijos.
