TRES AÑOS DE AMLO EN EL PODER; PERDIDOS
AMLO tiene tantos prejuicios, odios y resentimientos, que han aflorando, todos, ahora que se encuentra en el poder. Son tan fuertes, que dedica más tiempo a alimentarlos todos los días, que a ejercer su función esencial: gobernar para todos los mexicanos; resolver los ingentes problemas que asfixian al país y retomar la senda del crecimiento y desarrollo económico y social.
Pero no, todos esos prejuicios le nublan la mente y lo imposibilitan para poder cumplir su sueño guajiro, de pasara a la historia como un héroe, trascender como el mejor Presidente que haya tenido México.
Ya se cumplieron tres años desde que inició su administración, y su discurso y sus acciones, siguen dando vuelta como si estuvieran montados en un carrusel.
Y es que, ya cumplió su tercer año y no ha cumplido, prácticamente nada, con lo que prometió. Por el contrario, ha destruido programas, corrido gente valiosa, manejado con mucha opacidad los dineros del erario a través de sus programas, que son opacos y de pocos resultados; ha frenado la inversión extranjera y manejado con poca pericia y transparencia las industrias emblema de su gobierno: Comisión Federal de Electricidad y Petróleos Mexicanos.
Se ha aferrado a continuar con sus obras emblemáticas, que ya se demostró que no tienen viabilidad económica, como la Refinería de Dos Bocas, el Tren Maya y el Ferrocarril Transatlántico. La falta de mantenimiento en las empresas, ha causado daños y muertes, como el derrumbe del la línea 10 del Metro, el incendio en una plataforma petrolera que cobró cinco vidas, sin contar, con que su invento, el INSABI, nada más no ha podido arrancar y tiene a más de la mitad de la población sin ningún servicio médico.
Lo del Presidente, lo que más le interesa, es vengarse de quienes él, cree que, en el pasado, le hicieron daño; que truncaron, en dos ocasiones, su llegada al poder.
Por eso destila y esparce todo su veneno en sus ya desgastadas y aburridas mañaneras.
Por eso busca parches para agregarles más distractores, más amarillismo y enemigos, para mantener entretenido a su ya mermado público.
Por eso, la reciente inclusión de Ricardo Anaya, a quien conminó -citatorio de por medio- para que se presentara al Reclusorio Norte, para que responda por supuestos delitos, que, juntos, suman 30 años de prisión. Ante esta amenaza burda, Anaya puso pies en polvorosa, y decidió abandonar el país, no sin antes, dedicarle al Presidente, un duro mensaje y lo reta a que se vean las caras en las elecciones de 2014.
El miércoles pasado, Anaya retó a AMLO, que se presentaran sus dos hermanos y él en el Reclusorio Norte a declarar, en igualdad de condiciones, pues le recordó, que sus hermanos están videograbados recibiendo fajos de dinero, pruebas contundentes de actos delictivos, mientras a le endilgan acusaciones en que, no hay más argumentos que “dos testigos balines” en su contra. La reacción del Presidente, fue de ira y de insultos para Anaya.
Y es que, el odio que le tiene López Obrador a Anaya, no es gratis. Si alguien lo centró, lo puso en su lugar durante el debate previo a las elecciones presidenciales, fue, precisamente, el, entonces llamado, “Chico Maravilla”, que evidenció la ignorancia, la poca preparación y lo hueco que estaba López Obrador. Eso enfureció a López, quien, de manera infantil, le dijo a Anaya: “Ricky rickin, canallín”. Ese es el nivel de argumentación que mostró AMLO, frente al auditorio que seguía a los aspirantes a presidentes de la República. ¡Brillante!
Se esperan más embates contra los órganos autónomos que no le gustan a AMLO, sin embargo, sus pretensiones de desaparecerlos, se las echaron para abajo los ciudadanos, al dejarlo, en las pasadas elecciones, sin la mayoría absoluta en el Congreso. Y aunque sigue el pataleo y el juego sucio, será muy difícil revertir la decisión de los mexicanos.
