POR: MIGUEL ÁNGEL SAUCEDO L.
Clase media / medio rica / medio culta /
entre lo que cree ser y lo que es
media una distancia medio grande.
Poema a la clase media.
Mario Benedetti
Entre los resultados de las elecciones del pasado día 6 destacan, por inesperadas, las victorias y derrotas de Morena. Entre las primeras, las más llamativas e importantes por su peso político, están las 11 gubernaturas de un total de 15 en disputa, así como las estrepitosas derrotas en baluartes emblemáticos morenistas en la ciudad de México donde perdió 9 alcaldías, 8 ante la coalición “Va por México” y una ante el PAN.
La zona de la capital que ahora será gobernada por la coalición opositora es habitada por la población con mejores ingresos y mayor nivel de estudios, lo que ha generado la idea de que las clases medias han enajenado su apoyo a las propuestas del partido gobernante, el mismo al que apoyaron efusivamente en 2018. Esta idea ha sido expresada por el mismo presidente López Obrador quién, sin ocultar su enojo acusó a las clases medias, o por lo menos a un sector de ellas, de ser oportunistas, trepadoras, Según el presidente, “Hay un sector de la clase media que siempre ha sido así, muy individualista, que le da la espalda al prójimo, aspiracionista, que lo que quiere, es ser como los de arriba” y es ese sector el que habría votado por la oposición que le arrebató a Morena enclaves tan emblemáticos como Coyoacán o Benito Juárez.
Son los que alguna vez fueron pobres y que, ya una vez en la clase media, se olvidan de su origen y actúan como si desde siempre hubieran sido clasemedieros, son los fervientes creyentes del self-made, es decir, de veras se la creen que las mejoras en sus ingresos y en sus oportunidades de estudio se las deben única y exclusivamente a sí mismos. Ni por asomo se atreven a preguntarse quién, en su familia o en la clase social a la que pertenecían, truncó sus estudios o disminuyó sus ingresos para que pudieran estudiar en la universidad y así pudieran escalar una o dos posiciones, las suficientes para huir de las clases bajas e instalarse en la clase media.
Aprendieron a aspirar a mejorar, lo cual, por supuesto, no es reprobable. Lo malo es que aprendieron como lógico y aceptable que otros sacrifiquen sus propias metas para que esos nuevos clasemedieros vivan mejor, sin asumir el compromiso de aportar sus conocimientos y habilidades para que otros también puedan subir algún escalón en la pirámide social. Son los que salen de la pobreza y se olvidan de quién hizo el esfuerzo para sacarlos de ahí. Es exactamente lo que le pasó a Lula en Brasil con sus políticas que permitieron que muchos brasileños salieran de pobres para, una vez instalados en la clase media, votar en contra de aquellas políticas sociales que a ellos les permitió cambiar de posición social.
Seguramente en ese espejo se está mirando el presidente López Obrador, preguntándose si tendrá sentido tender la mano a aquellos que luego la morderán. Por supuesto, no se puede generalizar. Sin embargo, ya desde el siglo antepasado Carlos Marx afirmaba que los clasemedieros, a quienes llamaba pequeñoburgueses, tenían una relación ambivalente con el trabajo y, por tanto, con la estructura social, huyendo de la posibilidad de caer en las clases bajas y soñando con arribar a las clases altas. Al costo que sea, mientras sean otros los que lo paguen. Hay otro tipo de clasemedieros, por supuesto, los que pasan su vida luchando por construir una sociedad sin clases.
