POR: FERNANDO RANGEL DE LEÓN
Ya se está haciendo costumbre hacer públicas por los medios y las redes sociales los ataques por abusos sexuales y violación de mujeres, contra personajes de la vida artística y política, que no buscan la justicia sino la notoriedad; aprovechándose de ello gente que las utiliza como carne de cañón para lucrar económica o políticamente.
Hace alrededor de año y medio, el cantante Plácido Domingo, fue blanco de ataques por parte de unas mujeres que dicen que fueron víctimas de abuso sexual y violación, supuestamente cometidos hacía varios años antes; por lo que la acción penal en su contra ya habría prescrito; por lo que las autoridades de procuración e impartición de justicia, ya estarían imposibilitadas para proceder penalmente.
Pero el golpe publicitario ya había sido dado; logrando los objetivos las mujeres denunciantes, de hacerse conocidas y por lo cual ya podrían ser tomadas en cuenta para hacer algo lucrativo mediante el chantaje para no seguir desprestigiando al tenor español, querido en México por su ayuda humanitaria en el temblor del 19 de septiembre de 1985.
Más recientemente, una mujer hizo circular en las redes sociales una foto tomada hace varios años, en la que se le ve a un lado del cantante Vicente Fernández, en su rancho “Los Tres Potrillos”, en la ciudad de Guadalajara, Jalisco; explotando que una de las manos del Charro de Huentitán, le tocó uno de los pechos de ella; por lo que armó un revuelo en contra de éste.
Pero donde se ha rebasado lo normal en ese tipo de ataques públicos por acoso sexual y violación, es contra Félix Salgado Macedonio, de quien no se había dicho nada durante los últimos años, sobre esos delitos; sino hasta ahora, que ya están prescritos, los están desenterrando los que están en contra de la 4T, porque es candidato de MORENA a la gubernatura de Guerrero, que probablemente gane el próximo 6 de junio.
Pues en lugar de quitarle votos a Félix Salgado Macedonio, lo que está haciendo la oposición con el linchamiento político en su contra, es darle más publicidad electoral en su entidad, y hasta en todo el país; pues la gente ya no se deja engañar con campañas moralistas y de defensa de la mujer; que solo buscan confundir a la opinión pública y despertar el odio.
