MÉXICO Y LA ÓPERA BUFA DE AMLO
Si no fuera tan seria y dramática la situación por la que estamos pasando en México, diría, que se ha puesto en escena una Ópera bufa.
Pero sin quererlo, el Gobierno de AMLO, con sus declaraciones, ocurrencias y pifias, deja ver que la congruencia, la serenidad y la sobriedad, de plano, no lo fuerte de su gobierno.
El gobierno de López Obrador sigue dando tumbos.
Todo lo que declara y todo lo que pregona, se le regresa como un búmeran para estrellarse en su cara.
A López, desde el inicio de su Gobierno, todo le ha salido mal.
Sus promesas no han sido cumplidas a cabalidad y, en vez de hacer lo correcto para cumplirlas, se ha enredado en una serie de contradicciones y galimatías, que lo único que ha conseguido, son recriminaciones y críticas, por parte de sus adversarios de los medios de comunicación y hasta los medios y gobiernos extranjeros.
Para colmo de males, como a la mayoría de los gobiernos anteriores, a los que en el transcurso de sus gestión se les atravesó uno, o varios imponderables, que marcaron su sugestión (A Carlos Salinas, por ejemplo, fue el asesinato de Luis Donaldo Colosio y el levantamiento guerrillero zapatista; con Ernesto Zedillo, fue el error de Diciembre y la gran crisis al arranque de sus sexenio; Con Vicente Fox, los escándalos por tráfico de influencias de sus hijastros; a Calderón, le estalló en las manos su guerra fallida contra el narco y la irrupción de la violencia, que puso de rodillas al su gobierno; para llegar con Andrés Manuel, a quien se le apareció la pandemia).
En todos los casos, esos hechos hicieron cambiar el curso de sus planes y proyectos y los marcaron para la posteridad.
En el caso que me ocupa, como dice el dicho, con Andrés Manuel, “éramos muchos y parió la abuela”.
Y es que, de por sí, el primer año de Gobierno de la 4ª, destruyó buena parte de instituciones y programas, deshizo hoy nulificó contratos y proyectos estratégicos, provocando una caída de la economía que venía creciendo en un modesto 2%, para llevarla al 0% de crecimiento, y para colmo, no se ha podido recuperar, ni se recuperará, por la desconfianza de los inversionistas nacionales y extranjeros, que no han colocado ningún peso en esta importantísima actividad.
AMLO, ha estado carcomiendo, poco a poco, la base de las instituciones del país y en otros casos, de plano las ha demolido.
No se ha podido conocer el impacto de sus emblemáticos programas, porque lo que más crítico durante su largo, peregrinar para llegar a la Presidencia, hoy lo practica, lo fomenta y lo encubre: la tan sobada corrupción de “la mafia del poder”, que dicho sea de paso, la transformó en “la mafia del no poder”. De no poder hacer nada sobresaliente, pero sí robar con mexicana alegría.
Y aunque sea repetitivo, AMLO, no metió a la cárcel a los ex presidentes corruptos, no ha acabado con la corrupción, no hay generado los millones de empleos que dijo, no retiró al ejército de las calles, no ha combatido al crimen organizado ni acabado con la violencia, no bajó los precios de los combustibles etc.
Pero sí ha producidos más pobres, más desempleo, cero inversión y un deterioro de la economía creciente. Y que conste, que de todo esté mugrero, no puede culpar a la pandemia, porque ésta no ha golpeado tanto a la población y a la economía, como las decisiones draconianas, de un gobierno pasmado, incompetente y corrupto como el de López.
Hay hechos que respaldan lo antes dicho: el pésimo manejo que se ha hecho de la pandemia y la actitud del presidente frente a la tragedia, pues la ha minimizado, cuando el país acumula casi 180 mil muertos y que a pesar de que él, López, ya se contagió, sigue rechazando el uso del cubre boca, mandando desde el principio, un pésimo mensaje a sus fanáticos seguidores.
López se negó desde un principio, a destinar recursos, para que los micro y pequeños empresarios, hicieran frente a la emergencia y con ello, evitar cierres masivos de estas empresas y, por consecuencia, de la pérdida de fuentes de empleo.
En el momento en que escribo esta columna, aún no sea restablecido el servicio de energía eléctrica en varios estados del país y en otros, se solo se hizo de manera parcial.
Adicionalmente -y causa principal de los apagones- Estados Unidos, dejó de enviar a México, desde lunes 15, el gas natural que se procesa en Texas, por la emergencia en esa región, provocada por una inusual tormenta invernal que dejó sin energía, también, a gran parte de su población.
Pero en México, ese fenómeno -la falta de electricidad y gas natural para las empresas- se pudo haber evitado, si AMLO no hubiera ordenado que no se renovaran los contratos para la importación del hidrocarburo. Su ignorancia y tozudez, nos está costando mucho a los mexicanos.
Por eso, es importante que el 6 de Junio, nuestro voto no sea para Morena, porque si López, consigue otra vez la mayoría de la Cámara de diputados, el paso siguiente, será proponer y lograr que le aprueben –como a Hugo Chávez y Nicolás Maduro de Venezuela-, continuar en el cargo indefinidamente. Convertirse en dictador, pues.
