POR: DANIELA CARLOS ORDAZ
“Hacer las cosas con pasión, es hacer exactamente lo mismo, pero infinitamente más placentero”.
Si amas algo, hazlo con pasión. Si tienes la fortuna de contar con un empleo, hazlo con pasión, tal vez no sea lo que más te apasiona, pero a estas alturas, tener un sustento, es casi un privilegio; y si ese es el caso, trata de llegar a ese lugar donde las horas pasan, y no te das cuenta de ello, porque la emoción que sientes al hacerlo es tan grande, que pierdes la noción del tiempo.
Si realizas algún deporte, hazlo con toda tu pasión, no olvidemos que la pasión es lo que le da energía a nuestra vida. En mi caso, me encanta correr y cuando lo hago, es como si recargara pilas. Lo disfruto en demasía.
La mayor parte de nuestra vida hacemos las cosas por compromiso o porque no nos quedó de otra, al igual que nos abstenemos de hacer otras por miedo a la crítica y al qué dirán. Prestamos mayor atención a las opiniones de otros, que a las propias. Aun así, hacemos las cosas la mayor parte de tiempo con alegría y cierto entusiasmo.
Te has puesto a pensar… ¿qué pasaría si hiciéramos las cosas que realmente nos apasionan? Si nos dedicáramos a hacer aquello que realmente nos encanta y nos pone de pie a las cinco de la mañana con la firme convicción de que este día las cosas serán mejor que ayer. Estoy casi segura, que al igual que yo, sonreíste y te emocionaste solo de pensarlo, y sí, ya sé que algunos pensarán que, si de eso se tratara, todos estaríamos haciendo las cosas que realmente nos gustan y nos satisfacen. Pero créanme, muchas veces, aunque tengamos la oportunidad, preferimos la comodidad, la rutina, la monotonía, por darnos seguridad. ¿Qué tipo de seguridad y por cuánto tiempo? No lo sé, pero al final, termina por desviarnos del camino que nos llevaría al éxito, y más que éxito, a la felicidad y plenitud de la vida.
Hagamos un pequeño ejercicio, piensa en aquello que realmente te entusiasma, que te hace vibrar, que te pone la piel de gallina como decimos en mi pueblo, ahora, imagínate haciéndolo y que por suerte te pagaran por ello. ¿Cómo te sentiste?
En medio de este caos, es un buen momento para hacer un alto y reflexionar sobre aquello que dejamos de hacer o que no hicimos por miedo. Es tan incierto el futuro, que dedicarle tiempo y atención a la lamentación y a cosas que nos enriquecen o nos hacen más felices o mejores personas, es una total pérdida de tiempo y un atentado contra tu autoestima.
Cuando hacemos lo que verdaderamente nos apasiona, sin percatarnos, transmitimos nuestra pasión a otras personas, y de verdad pasa; porque el entusiasmo expira por cada poro de nuestra piel. Te puedo asegurar que la motivación que sientes, inundará cualquier lugar en el que estés, así estés tu solo, o con un grupo de gente, sobre todo si se trata de tu familia.
No es fácil, y tampoco es una encomienda, para que todos los días estés como un cervatillo corriendo y saltando por todos lados, no todos tenemos el mismo tipo de personalidad, pero si vives con pasión, aunque seas una persona introspectiva, se nota, pero, qué mejor que compartir los dones que la vida nos dio. Lo que quiero transmitir es, lo distinto que es hacer las cosas con pasión y con amor, y si ya las haces y obtienes medianos resultados porque estás de mal humor, porque todo te estresa, o porque vives preocupado en el futuro o lamentándote de tu pasado, te recomiendo hacer a un lado esos hábitos que aprendimos desde pequeños, y empezar a hacer las cosas de distinta manera. No pierdes nada y puedes ganarlo todo.
Hagas lo que hagas… hazlo con pasión.
Y para qué son las alas, sino más que para volar…
