POR: RAÚL AMADOR SIFUENTES
El viernes, al escribir esta columna, Joe Biden, contaba con la mayoría de los votos electorales, con lo que, en la arena electoral, se convertía en el virtual ganador de la Presidencia de los Estados Unidos de América.
Sin embargo, sabemos que desde hace algunos meses, Donald Trump estuvo anticipando un posible fraude, perpetuado -según él-, por sus contrincantes, con el objetivo de sembrar miedo e incertidumbre entre el electorado y preparar el terreno para que, en caso de que el resultado de la elección no le fuera favorable, tratar de anular la elección -en el último caso-, o impugnar los resultados en los estados más fuertes, electoralmente hablando, y no obtenga los votos electorales suficientes para alzarse con el triunfo.
Su campaña comenzó impugnando los votos por correo (que llegaron casi a un millón) y ahora, salió con el cuento de que se imprimieron boletas falsas, que fueron utilizadas por el equipo de Biden, para ganar los estados clave.
Según esta versión, de acuerdo a un mentado “genio trabajando”, “El papel de las boletas tiene una “marca de agua” especial puesto, que todas fueron fabricadas por una impresora/contractor secreto. Ahorita (sic) los soldados de la Guardia Nacional están recontando mail in votes / votos por correo en diez estados, están (sic) identificando y separando votos genuinos de los falsos. Trump sabía (sic) que este fraude se venía, y se preparó. Hay arrestos y continuarán (sic) arrestando. Esta elección (sic) no se la pueden robar los demócratas; solo quedarán (sic) expuestos. El genio trabajando".
O sea, que da por hecho que Biden es el tramposo, cuando ha dado muestras en toda su larga carrera política de ser un tipo inteligente, honesto y confiable. Además de mesurado y respetuoso de las instituciones, que entiende y sabe lo que significa la investidura presidencial.
Contra un individuo arrogante, pendenciero, ignorante y abusivo, que nunca ha estado a la altura de su gran responsabilidad y que tiene al país más poderoso, prácticamente de rodillas ante China y Rusia, por lo que le han perdido el respeto.
Trump ha estado alentando sobre su inminente derrota, cuando en realidad, tiene amplias ventajas sobre Biden: tiene en sus manos todo el poder presidencial, el uso indiscriminado de los recursos, es el jefe máximo de las fuerzas Armadas y controla el Tribunal de Justicia y la Cámara de diputados.
Con todo esto, ¿quién es el chapucero e inmoral, que puede conducir al país a una crisis de grandes dimensiones?.
Hasta este momento, Biden tiene asegurados los votos electorales, por eso la desesperación de Trump.
Los estadounidenses no se merecen el espectáculo que está dando, el todavía, Presidente.
Si llega a reconocerse el triunfo de Joe Biden, la administración de Donald Trump, será recordada como la época más obscura de la historia moderna de los Estados Unidos de América.
AMLO y Trump, son almas gemelas.
