Matamoros, Coahuila.-
La administración municipal que encabeza Horacio (ra) Piña Ávila, no tiene pies ni cabeza, cada día el apodado también doctor “Pantano” percibe más cercano su final político; incluso, hay apuestas de que no terminará su período al no poder comprobar los millones de pesos generados por cobros vía impuestos del melón, sandía, permiso de alcoholes, además de otras lindezas.
Apenas la semana pasada se realizó parte de un recuento en el que se describen problemas a los que se ha tenido que enfrentar Lacho, desde que comenzó su calvario como presidente municipal. Ahora, después de la vergonzosa derrota que tuvo con su hermana Lili Piña, en busca de la diputación local por el distrito VII, empezó su venganza apache y esta quincena, cerca de 100 trabajadores causaron baja de la desproporcionada nómina.
Lo peor del caso es que la administración está muy gastada luego del proceso, las negociaciones políticas con la fracción priísta, precisamente con los cuatro regidores y la síndica, le está saliendo caro porque, de acuerdo a un amigo de borracheras de Lacho, se les entrega mensualmente la no despreciable cantidad de cien mil pesos, o sea, 20 mil devaluados para cada uno, aparte de su sueldo, a cambio le aprueban todo lo que se proponga en cabildo.
Y es que todo queda registrado hasta en las memorias del cronista de Matamoros, a menos que éste se haga de la vista gorda y no escriba que apenas hace unos meses, once regidores y síndica de minoría, independientes y priístas, le rechazaron los informes financieros mensuales y los primeros dos trimestres del año 2020. El cañonazo mensual de cien mil pesos, claro que surtió efecto vía el “Cuadrado”.
Lacho (ra) Piña, ahora enfrenta otros graves problemas como es el caso de que tendrá que indemnizar a los que acaba de correr sin aceite, empezando porque la partida destinada para ese rubro también recibió su mordida para mantener en silencio a los flamantes servidores públicos que, celosamente, se encargan de velar para que el recurso se aplique correctamente en sus bolsillos.
La cuenta aún no se cierra y desde el meritito despacho del secretario del ayuntamiento, bueno, uno de sus auxiliares, que está molesto porque no le dan gasolina para su carro, comentó que Lacho (ra) Piña dio línea para que los regidores no aprobaran el regreso de su homóloga Lizeth Inungaray González, que echó malas cuentas y también perdió la diputación local vía Partido Verde Ecologista de México, con apenas mil 200 votos en el distrito.
Palabras más, palabras menos, que el presidente le dijo al secretario que a ver cómo le hacía pero que a Lizeth le dieran largas para que no reingresara, que le echaran la culpa al Congreso del Estado, al fin y al cabo, los regidores no iban reclamar nada porque se les está dando su tajada. Que la niña verde batalle otra quincena sin ingresos, hay que castigarla porque ya no tarda en solicitar préstamos.
Lo que tampoco pasa desapercibido, es que los regidores de Morena, ahora les ha dado por hacer como que la Virgen les habla, prefieren abstenerse de votar y ya no alzar la voz para no evidenciarse. Es que acaso ¿ya le entraron a la polla?
¡Ah!, se me pasaba, el otro comentario salido de las oficinas de Salud Municipal, en el que destacaron la reunión a puerta cerrada en la sala de cabildo, para tratar los puntos relevantes y acordados por el Sub Comité Regional contra el Covid-19, principalmente y, sobre todo, las multas de 45 mil pesos a quien no acate las medidas sanitarias.
Los regidores se avientan sus sesiones virtuales, mientras que en esta ocasión había como 20 funcionarios y empleados que les brillaban los ojos cuando escucharon el monto de la sanción y hasta la sana distancia se la pasaron por el arco del triunfo.
En la última sesión de cabildo, el secretario del ayuntamiento recibió la indicación (al menos eso fue lo que disfrazó) de la titular de Alcoholes, que retirara de la orden del día, el dictamen autorizado de la Comisión precisamente de Alcoholes, para no abordar el punto de los permisos para venta de licor que solicitó la cadena comercial Oxxo.
Dicen, cuentan y aseguran, que no se depositó a tiempo cierta cantidad de varios ceros y tuvieron que dar marcha atrás o al menos, posponer la presentación del dictamen (del que tenemos copia debidamente firmada) en el que, por cierto, está asentado el nombre, pero sin firma, de la regidora con licencia Lizeth Inungaray. O sea que la sacaron de la jugada.
