POR: PEDRO BELMARES O.
Ha principio de este año, antes que comenzara todo esto del COVID 19, en las noticias veíamos que la secretaría de Salud estaba en contra de las garnachas.
Y con frecuencia consumíamos los mexicanos los que son las garnachas, y trataba de explicarles la Secretaría de Salud a los mexicanos que no deberían de comer en la calle, y nada de consumir comida frita. Es cierto que ocupamos el primer lugar mundial en obesidad, que hay muchas personas con hipertensión o diabetes.
Pero los mexicanos le encantan sus antojitos que vuelven locos a propios y extraños, chilangos y extranjeros, pues quien los prueba, los convierte en sus platillos favoritos, pero se dice que no son un buen hábito para nuestra salud.
En realidad, comer “huarachitas” no es malo, si se hace de vez en cuando y en porciones considerables.
No me imagino a un México sin ningún puesto de garnachas en las calles, la comida es lo que nos une, porque han satanizado aquellos alimentos “no saludables” es de cada individuo cuidar su alimentación, pero pensándolo bien es de cada individuo cuidar su salud, eso no significa que estas delicias culinarias deterioren la salud.
A mí se me hace totalmente incorrecto que la secretaría de Salud, hablé mal de la comida callejera, sin saber cuántas familias se sostienen de ella. Debe la secretaría de Salud darles consejos a los mexicanos, pero no irse a la yugular a los puestos de garnachas.
Si algo nos identifica de otros países es nuestra comida ancestral, quien no muere por unos tacos de carnitas, gorditas, sopes, guajolota, flautas, tacos de barbacoa, en fin, tenemos muchos antojitos que en verdad amamos de nuestra tierra y que nos hace ser un país único en lo que se refiere a gastronomía.
