CUANDO ESPERÁBAMOS UN ESTADISTA RECIBIMOS UN AGITADOR
Fernando Vázquez Rigada, con comentarios de RAS (con negritas).
Oclocracia
Cuando la decisión no la Toma el Pueblo sino
la muchedumbre, lo dijo Polibio (220-118 ac).
Cuando el pueblo es manipulado y decide sin
información. Es el peor de los sistemas políticos,
el último estado de la degradación de la Democracia.
La oclocracia se nutre del rancor e ignorancia.
Justo cuando el país sufre una catástrofe social y humana. AMLO, todo manda a la ch....gada.
Cuando la virulencia de la pandemia alerta a la OMS. AMLO, no los pela y todavía la hace de tos.
Cuando hay más de medio millón de infectados y más de 60 mil muertes y contando. AMLO dice que no pasa nada, que la curva está domada y que la pandemia pronto se acaba.
Cuando la caída económica es la peor de la historia y cobra 20 millones de empleos y envía a 12 millones a la pobreza. AMLO, se aferra a construir obras que le den grandeza, aunque nos arrastre a la pobreza.
Cuando las ejecuciones no cesan pese al confinamiento. AMLO dice tener un plan, pero ni su Guardia Nacional ni el ejército. Prefiere voltear a otro lado y seguir con su show de entretenimiento.
Justo en ese momento, el presidente López Obrador decide polarizar al país y tomar la desagradable vía de la política del espectáculo. AMLO es el amo del teatro, experto en crear “Cajas Chinas” e impermeable a la crítica.
El expediente Lozoya parece más dictado a la medida de las necesidades del partido en el poder que en pruebas jurídicas fehacientes. No es una denuncia: es un libreto. AMLO también es guionista, experto en crear historietas, si no, no tuviera material para entretener todos los días a los mexicanos con un nuevo cuento.
Las insensatas acusaciones llegan justo a los enemigos del presidente, de Carlos Salinas a Felipe Calderón. AMLO no llegó a gobernar a los mexicanos, llegó al poder para desquitarse de la Mafia del Poder.
Curiosamente todo ha sido filtrado, con el propósito explícito de exhibir en medios aunque se falle en los juzgados. Entretengo y distraigo, no juzgo. AMLO, no busca realmente que se haga justicia, busca mantener en vilo a los electores, por eso, en vez de recurrir a la Ley, recurre a los reflectores.
Pero en política, como en la física, toda acción tiene una reacción en sentido contrario. AMLO con su supina ignorancia, cree que él puede modificar las leyes de la física, como hace con las leyes que rigen al país, por eso vive permanentemente en acción.
Así, el país de la inmundicia, que existe, le estalla al presidente en su familia. La reacción lo reduce a chapotear en el muladar que él señalaba, pero al que también pertenece. AMLO tiene el don de que todo se le resbala y cuando es cogido infraganti, dice que no es lo que parece.
Y ahí, en medio de la polarización exacerbada, el presidente sale en defensa de su hermano y se exhibe como un personaje sin principios. El lodo de los suyos es una necesidad épica. El de los otros, actos de vileza y corrupción. AMLO se cree un mesías, cree que está llamado a trascender en la historia, por eso todo lo que hace y toca, queda inmaculado, por ser él, un ser súper dotado.
El presidente y su esposa comenzaron el viernes el lamentable camino de la normalización del delito. La corrupción abierta, procedente de un gobierno del Partido Verde Ecologista, es bendecida. AMLO tiene una salida para todo, lo de la Mafia del Poder era puro lodo; lo de él y los suyos es un sacrificio de cualquier modo.
En un salto incomprensible que le será muy costoso, López Obrador dijo que el dinero que recibía mensualmente su hermano eran aportaciones del pueblo a una buena causa. AMLO siempre tiene la razón y sus acólitos le aplauden todo; si el dinero que recibe está manchado de sangre y es producto de la corrupción, siempre que sea para esa buena causa, una vez que llega a sus manos, el dinero se limpia solo.
Es falso. (AMLO diría que la Mafia del Poder no se resigna a perder sus privilegios, por eso lo atacan con todo).
No eran aportaciones del pueblo, sino dinero sucio proveniente de corrupción. No eran aportaciones, pues eran ilegales y no eran para una causa sino para operar elecciones. AMLO, no se les olvide, es un activista y sigue comportándose como candidato. Por eso no gobierna, divide y agita. Su campaña política es permanente, piensa en 2021 y quiere empatar con la elección, la consulta ciudadana para juzgar a los ex presidentes, porque sabe que si no se involucra directamente, le dará la espalda la gente.
Lo que hizo el presidente el viernes fue confesar una serie de delitos. AMLO hace con la Ley lo que le da la gana, sabe que no pueden juzgarlo porque se siente bendito.
El INE debería cancelar el registro a su partido bajo esa confesión. AMLO, pudiera antes desaparecer al INE, le estorba para su reelección.
Pero hay algo más grave: la lucha contra la corrupción, uno de los pilares más sólidos del presidente, es exhibida como una farsa. El presidente quería hacer de ese combate su legado. Hoy está hecho polvo. AMLO como buen propagandista, es capaz de prometer el cielo, tantas promesas que hizo antes y a todas las ha hecho a un lado.
Este camino de la polarización terminará por consumir la estabilidad del país. AMLO ya tiene desestabilizado al país, ya lo dividió entre buenos y malos; ya destruyó la economía; ya comprometió el futuro inmediato con sus proyectos que son inútiles de raíz.
En medio de un huracán de muerte y desolación, el presidente ha hecho ya imposible ningún tipo de acuerdo. Enterró la política del consenso. Fracciona, así, la energía del estado mexicano. AMLO es un estafador simpático, de esos que te chingan y todavía le das un abrazo. ¿Qué podemos esperar, si así somos, tan poco cuerdos?
Triste momento mexicano. Cuando esperábamos de un estadista, recibimos a un agitador. AMLO nunca dio muestras de ser un estadista, quien lo haya pensado así, ¡fue un pobre soñador! https://fernandovazquezrigada.com/2020/08/23/la-farsa/
