POR: REDACCIÓN
Torreón, Coahuila.-
Fue la declaración de la semana: el alcalde Jorge Zermeño Infante, tuvo la ocurrencia de afirmar, en plena sesión de cabildo, que Torreón cuenta “con la mejor agua de México en cuanto a calidad”. Lo anterior, luego de que los integrantes del Parlamento de la Madre Tierra irrumpieran en la sesión para exigir que se analice la calidad del agua en el municipio.
El alcalde, que al parecer desconoce la realidad que prevalece en la región, afirmó que el agua que entrega el SIMAS a los usuarios “por la profundidad a la que se perfora, puede ser que haya cierta cantidad de sales… pero no ponen en riesgo la salud de nadie”.
Los dichos del edil, recogidos por la prensa regional causaron revuelo, pues es de conocimiento público la mala calidad del agua que hay en la región lagunera debido a la sobreexplotación del manto acuífero. Al respecto, el activista Juan Carlos Parga, del Comité por la Calidad y la Cantidad del Agua, afirmó que, efectivamente, “en Torreón contamos con la mejor agua, pero para morirnos”, debido, principalmente, a la presencia de gran cantidad de arsénico en el vital líquido, que supera por mucho lo establecido en la Norma Oficial Mexicana (NOM), como apta para consumo humano.
El entrevistado recordó que desde hace décadas se habla sobre la presencia de metales pesados en los mantos freáticos, entre ellos, el arsénico, que si se consume de manera constante durante un periodo prolongado de tiempo puede provocar enfermedades como la diabetes, el lupus, o el cáncer, y prueba de ello son las comunidades enteras que en La Laguna presentan altísimos niveles de habitantes con algún tipo de padecimiento cancerígeno.
Parga Torres añadió: “Es una declaración muy irresponsable, una cachetada a la inteligencia de los laguneros… los datos que tenemos es que el 30 por ciento de los pozos incumple con la NOM, que establece que para consumo humano el arsénico no debe sobrepasar los 0.025 microgramos (µg) por litro, y de esos pozos hay algunos, como en el caso de Senderos, que llegan a casi .100 (µg), es decir, cuatro veces por encima de la NOM”.
La situación se vuelve crítica si se toma en cuenta la norma internacional, que establece que para consumo humano la presencia de arsénico no debe superar los 0.010 (µg) por litro, pues, de ser así, el 98% de los 75 pozos que abastecen a la ciudad incumplirían con ese requisito.
Entonces, dijo, “la realidad es que tenemos la peor agua del país en cuanto a calidad, y sabemos que en el sur, concretamente en Celaya, han cerrado pozos por la mala calidad del agua, y aquí, no se ha cerrado ninguno ni se han tomado medidas contundentes, preferimos seguir cerrando los ojos a una realidad que nos afecta desde hace muchos años y que las autoridades prefieren ignorar. Entonces, si tenemos la mejor agua, pero para morir, le faltó decir eso al alcalde”, concluyó Parga Torres.
EFECTOS DEL CONSUMO DE ARSÉNICO EN LA SALUD
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud: “El arsénico representa una amenaza importante para la salud pública cuando se encuentra en aguas subterráneas contaminadas. El arsénico inorgánico está naturalmente presente en altos niveles en las aguas subterráneas de diversos países, entre ellos la Argentina, Bangladesh, Chile, China, la India, México y los Estados Unidos de América. Las principales fuentes de exposición son: el agua destinada al consumo humano, los cultivos regados con agua contaminada y los alimentos preparados con agua contaminada.
“Los primeros síntomas de la exposición prolongada a altos niveles de arsénico inorgánico (por ejemplo, a través del consumo de agua y alimentos contaminados) se observan generalmente en la piel e incluyen cambios de pigmentación, lesiones cutáneas y durezas y callosidades en las palmas de las manos y las plantas de los pies (hiperqueratosis). Estos efectos se producen tras una exposición mínima de aproximadamente cinco años y pueden ser precursores de cáncer de piel.
“Además de cáncer de piel, la exposición prolongada al arsénico también puede causar cáncer de vejiga y de pulmón. El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) ha clasificado el arsénico y los compuestos de arsénico como cancerígenos para los seres humanos; el arsénico presente en el agua de bebida también ha sido incluido en esa categoría por el CIIC.
“Entre los demás efectos perjudiciales para la salud que se pueden asociar a la ingesta prolongada de arsénico destacan los que siguen: problemas relacionados con el desarrollo, neurotoxicidad, diabetes y enfermedades pulmonares y cardiovasculares. En particular, los infartos de miocardio inducidos por el arsénico pueden suponer una importante causa de aumento de la mortalidad”.
(https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/arsenic).
