POR: EL PROFE
Pero, antes que nada, empezaremos esta columna con nuestras típicas y tradicionales calaveritas del día de muertos. Que, como lo mencionamos todos los años tal vez estas calaveritas no cuenten con todo para hacer una calavera literaria, pero si cuentan con muy buen ingenio de nuestros lectores que son los que no las envían año con año. No sin antes comentar lo sucedido en la pasada junta del secretariado del CEN del SNTE, en donde, entre otras cosas, se dio a conocer que ya está prácticamente elaborado el reglamento de elecciones para las renovaciones de los comités de las secciones en donde se establecerá todo lo referente a la aplicación del voto universal. Sin embargo, muy probablemente será hasta el próximo mes que se publique. Por lo pronto, y como no nos gusta la especulación, en temas tan delicados y, como la promesa es deuda, continuaremos publicando las calaveritas que nos fueron enviadas y que por cuestión de espacio, nos comprometimos a publicarlas en las consecuentes columnas.
LOS ASPIRINOS
A la muerte recurrieron, ofreciendo su cajón
Pues la silla que buscaban, muy arriba les quedó.
Recurrieron a chantajes, pero no les funcionó,
Con derechos se sentían, pues la Parka los voló.
Aspirinos los llamaba, en camino hacia el panteón,
Arreglados los llevaban, con su traje peluchón,
Mientras tanto en las escuelas, los esperan sin temor,
Pues los profes los entierran, con el voto de millón.
EL JAVIS
La Catrina bien nalgona, inyectada apareció
Caminaba muy cotorra, con su look de enterrador.
Ya muy cerca la tenía y en su mano se chorrió
Pues por ella se moría y buscaba en el panteón.
Con padrinos se rodeaba, sin pensar en el colón
Pues la muerte lo llamaba, por su grande cumbión.
La gestión no le ayudaba, ni su fama de Buchón
Pues loncheando se paseaba, y la muerte lo enchorizó.
JORGE FERNANDO MORA
A Morita lo llevaban, muy Alegre en su cajón,
Con cigarros de reserva, por alargue de gestión.
A consejo lo llamaron, y la muerte preguntó
Quién es el que fuma, y Morita se asustó
Apagando su cigarro con el “Gobe” se ocultó.
Caminando muy tranquilo, de regreso, pa’ Torreón
Va Morita con el “Henry”, ya planeando la reunión
Si la raza se levanta, la guadaña yo les doy
Pues Cepeda me respalda, hasta el último jalón.
GERARDO CEDILLO
Es Cerdillo y su guadaña, que a Pocho lo despidió
Sin pagarle los burritos, que a sus anchas se tragó.
A la Parka ya lo entrega, sin tocarse el corazón
Pues Pocholo se la mienta, al catrín y mamilón,
A Vicente yo le mando, la calaca respondió,
Pero este catrincito, también se lo serruchó,
Ya camina Vicentito, directito a su reunión,
Pues muy poco duro su paso y la muerte lo alcanzó,
Ya los dos se juntan, a llorar en el panteón,
Preparándole la tumba, al “culey’s” del Cedillón.
¡Hasta la próxima!
