POR: REDACCIÓN
Francisco I. Madero, Coahuila.-
Con el objetivo de abatir el grave rezago en educación superior que existe a lo largo y ancho de México, el presidente Andrés Manuel López Obrador, anunció un ambicioso plan para abrir 100 planteles de las denominadas Universidades para el Bienestar Benito Juárez (UBBJ), estratégicamente ubicadas en las zonas con mayor rezago económico, social y educativo.
En La Laguna de Coahuila, el plantel comenzó a operar en el municipio de Francisco I. Madero desde el 26 de marzo del presente año, y actualmente atiende a 190 alumnos en dos semestres que cursan la ingeniería en Agroalimentos, único programa de estudios con el que cuentan hasta el momento, aunque a futuro se pretende abrir la licenciatura en Educación física.
Sin embargo, y a pesar de contar con todo el apoyo y ser uno de los proyectos principales del presidente de la República, las unidades de la UBBJ enfrentan vicisitudes importantes, entre ellas, la falta de presupuesto para cosas tan indispensables como es el pago de los profesores, y el hecho de que los estudios que ofrecen no cuentan todavía con reconocimiento oficial por parte de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Entrevistada por Sin Censura, la doctora Lilia Salas Pérez, responsable del plantel que ya opera en el mencionado municipio lagunero, reconoció que tanto el presupuesto para el plantel, que incluye el pago de maestros como la construcción de un edificio propio, pues actualmente trabajan en las instalaciones del CETis 24, todavía no se libera, por tanto, los cinco profesores que integran la planta docente no han podido cobrar su sueldo en los seis meses que lleva operando la UBBJ en Madero.
Señaló que ambas situaciones serán solventadas en el corto plazo para consolidar un proyecto que, afirma, tendrá un impacto a largo plazo en las comunidades donde se ubican los planteles de la UBBJ y sus alrededores, pues atienden a jóvenes que, de otra manera, no tendrían la posibilidad de cursar estudios de educación superior debido a los altos costos que representa cursar la universidad aún y cuando se trate de instituciones públicas.
En los planteles de la UBBJ, los alumnos no presentan examen de admisión ni pagan inscripción o cuotas académicas, el único gasto que deben absorber es el de su traslado al plantel y la adquisición de los útiles escolares básicos. Para poder ingresar, solo deben acreditar que concluyeron el bachillerato (certificado) y presentar la siguiente documentación oficial: credencial de elector, acta de nacimiento, CURP, comprobante de domicilio y carta de motivos.
Salas Pérez añadió que la demanda ha sido tal, y por tanto el éxito del proyecto, que han debido dejar en lista de espera a jóvenes que se han acercado a la institución para iniciar sus estudios de educación superior: “Ha habido bastante demanda, pero no podemos recibir a todos en este momento debido a que no tenemos las condiciones para hacerlo, entonces, se cerró la convocatoria y deberán esperar hasta la siguiente”.
Una vez que ingresan, los alumnos inician sus estudios con un curso denominado Recuperación de conocimientos, y luego inician las materias de la ingeniería en Procesos Agroalimentarios, carrera elegida en base a los resultados que arrojó un estudio de factibilidad realizado para determinar las necesidades que tienen las ramas económicas propias de la región.
Sobre el proceso de selección de profesores, la responsable de la UBBJ en Madero señaló que el proceso se lleva a cabo desde las oficinas centrales, que se encuentran en Pátzcuaro, Michoacán: “de entrada, se solicita que los interesados tengan como mínimo maestría o doctorado, así como experiencia en el campo laboral de la carrera. En febrero de este año se abrió la convocatoria a nivel nacional para todos los profesores que tuvieran interés en participar, fue así como se hizo la selección y a los elegidos se les hizo tomar un curso de inducción para que conocieran el programa académico. Es decir, se llevó a cabo un proceso muy riguroso de selección”.
Cuestionada al respecto, la doctora Salas Pérez dijo que si bien el proyecto ha enfrentado algunas dificultades en su inicio, sobre todo de tipo de financiero, el arranque de las Universidades del Bienestar representa a futuro “una gran oportunidad para muchos jóvenes que no tuvieron la manera de cursar una carrera por diversos motivos, sobre todo económicos”, y ahora tienen la ocasión de cursar una carrera que los va a preparar para desarrollar una carrera directamente relacionada con las actividades económicas que se desarrollan en sus comunidades, “pero con el agregado de que a diferencia de un ingeniero agrónomo que solo hace una parte del proceso, y aquí van a aprender a desarrollar toda la cadena de valor para que ellos puedan salir preparados y tener un impacto directo en sus lugares de origen”, concluyó.
