POR: SAMUEL CEPEDA TOVAR
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Un ejemplo simple sirve para ilustrar un problema que se ha sobredimensionado y se ha empapado de malentendidos, diatribas e invectivas sin fundamento hacia el gobierno de AMLO. Supongamos que, para seguir recibiendo financiamiento, un municipio debe disminuir los índices de violencia, no obstante, los actos de vandalismo son cometidos por individuos de una comunidad vecina. Dicha comunidad no cuenta con las condiciones para poder encauzar adecuadamente a estos vándalos, es decir, para educarlos, darles oportunidades laborales y de calidad de vida. El municipio, por tanto, debe efectuar un apoyo económico a esa comunidad, con becas, para que esos vándalos ingresen a estudiar y con ello abandonen el ocio que los incita a realizar actos conculcadores. Es cierto, el municipio en mención también tiene necesidades, y también tiene alumnos en escuelas que requieren una beca, pero si no ayuda a esa comunidad a contener a los vándalos, dejará de recibir financiamiento que utiliza para mantenimiento del sistema de bombeo de agua, de parques y jardines, de vialidades, etc. El municipio no puede perder recursos, por lo que decide INVERTIR aparentemente en beneficio de otros, pero al final el beneficio será para el municipio. Así de simple es lo que sucede con los 100 millones de dólares que AMLO invertirá en Centroamérica. Es cierto que aquellos países se encuentran en condiciones precarias desde que existen, que no cuentan con recursos para ser autosuficientes, que han sido azotados por malos gobiernos caracterizados por la ineficiencia. Por esa razón sus habitantes tienen que huir del hambre, de la miseria, y para ello buscan el sueño americano. Contenerlos por medio de la fuerza en la frontera sur provocaría delitos de lesa humanidad, por ello, y para salvaguardar la economía mexicana, amenazada por el presidente Trump de incrementar los impuestos que nuestros productos pagan por cruzar a Estados Unidos si no ayudamos a contener esa migración, es que AMLO debe ayudar a eso países centroamericanos con recursos para evitar un mal mayor: que los aranceles se incrementen y con ello inicien despidos de empleados y quiebra de empresas mexicanas que comercian con el país norteamericano. Si alguien tiene duda sobre la magnitud de las consecuencias de este posible incremento arancelario, solo basta saber que el 80% de la producción mexicana encuentra su destino final en los Estados Unidos. no se trata de un capricho ni de gastar recursos en otro país a sabiendas de las necesidades y carencias que sufre el pueblo mexicano. Se trata de buscar el mal menos, se trata de usar sabiamente la frase de Nicolás Maquiavelo: el fin justifica los medios. Si la finalidad es evitar una crisis económica en México, se vale entonces aplicar estrategias que ciertamente no son inusitadas, pues los mismos norteamericanos han usado esta estrategia mediante el Plan Colombia, inyectando recursos a ese país andino para que combata el narco y disminuya el tráfico de cocaína a Gringolandia. Y los Estados Unidos también tiene personas indigentes que requieren apoyos gubernamentales, pero se busca el mal menor. Se trata de salvaguardar las condiciones naturales de un intercambio comercial de más de dos mil millones de dólares diarios, y si para ello hay que invertir solo 100 millones, se trata entonces de una estrategia barata, asequible y que supone ser la menos perniciosa para todos los mexicanos.
