POR: PEDRO BELMARES O.
Que magia tenía ser niño. Como dice una canción de FATO, nada me importaba cuando era niño, y seguramente a muchos de ustedes le pasaba que cuando uno jugaba el tiempo no existía, era solo jugar por jugar. Las obligaciones no existían, solo recoger tu cuarto y estudiar. Yo recuerdo una frase que me decía mi padre: una hora para estudiar una hora para jugar, pero uno no entiende y creo que ahora que estoy grande comprendo más a mis padres.
Digo de la magia de ser niño porque había cosas que hoy quisiera volver a tenerlas, como mis abuelos maternos que siempre he dicho que yo era feliz con ellos en su casa, aunque no tenía juguetes yo jugaba con cualquier cosa en el escritorio de mi abuelo donde tenía fierros y tornillos y me divertía; los almuerzos de huevo y frijoles eran un manjar para mí, y lloraba cuando tenía que irme.
La niñez debe ser recordada con alegría, que no nos importe cuantas veces nos sentimos tristes, que los regaños que nos dieron nuestros padres fueran comprendidos, no importa si sufriste el desprecio de otros, porque fuiste millonario de amor de tus padres y abuelos.
La niñez de ahora no se si tiene la misma magia porque veo que viven encerrados en su propio mundo porque los padres así lo quieren, les molesta que los niños les pregunten qué es lo que pasa y solo les dan una tablet para que permanezcan aislados de ellos, creo que la niñez debe de ser valorada enriquecida con amor, ese amor, que como niño tuviste, así la magia volverá a ellos y jugarán como tú lo hiciste.
