POR: REDACCIÓN
Torreón, Coahuila.-
Con una inversión de más de 160 millones de pesos, el entonces alcalde José Ángel Pérez anunciaba el ordenamiento de los comerciantes ambulantes que en aquel entonces pululaban en el Centro Histórico, principalmente, en las avenidas Juárez e Hidalgo.
Para tal fin, se colocaron “locales” de aluminio, que en realidad eran apenas pequeñas jaulas que en los meses de verano por el clima propio de la ciudad eran verdaderos cocedores. Lo anterior, además de la estética tan errada del proyecto, provocó que el “paseo comercial”, por llamarlo de alguna manera, jamás funcionara como el ex edil imaginó.
Durante la semana que recién concluye inició el retiro de dichos locales, en su mayoría abandonados, ubicados sobre la calle Cepeda y Valdez Carrillo a fin de reabrirlas a la circulación vehicular, y así darle mayor fluidez al tránsito en el centro de la ciudad. Queda de manifiesto, una vez más, la falta de planeación a largo plazo de las administraciones, que llevan a cabo proyectos de relumbrón con el dinero público, sin importar que tan solo unos años después ese dinero vaya a parar, literalmente, a la basura.
SIN AVISARLE A NADIE
Por sorpresa tomó a los locatarios del sector el desmantelamiento de los locales comerciales instalados sobre la calle Cepeda y Valdez Carrillo, quienes, sin notificación previa, vieron como los improvisados trabajadores contratados por el municipio iniciaban los trabajos de remoción.
Apenas unas horas ante, el alcalde, Jorge Zermeño Infante, adelantaba que luego de renovar la imagen urbanística de este sector, se ordenará a los comerciantes para reaperturar (sic) al (sic) tráfico (sic) vehicular las calles Cepeda y Valdez Carrillo, desde la (avenida) Presidente Carranza hasta el bulevar Revolución. “Queremos que el Centro Histórico luzca digno, salubre y seguro; que todos los negocios formales incrementen sus ventas y así apoyar a los comerciantes”, dijo el edil.
Por su parte, Carlos de Lara McGrath, director de Plazas y Mercados, habló de los trabajos de ordenamiento urbano y dignificación de espacios públicos que emprenden en distintos puntos del municipio; en el caso específico del Paseo Comercial Cepeda y Valdez Carrillo, especificó que retirarán las estructuras metálicas de ambas calles, desde la Presidente Carranza hasta el bulevar Revolución. En cuanto a las sombras, explicó que también serán removidas ya que se encuentran en mal estado. “Esos comercios no estaban siendo utilizados; incluso, esa zona era usada de (sic) baño público o resguardo de delincuentes, convirtiendo el espacio en un sitio inseguro e insalubre”.
Tales razones fueron esgrimidas por las actuales autoridades municipales para llevar a cabo el retiro de los locales en mención. Y no es que esté mal, de hecho, desde su concepción y ejecución el proyecto de reordenamiento fue un fracaso monumental de la administración de José Ángel Pérez Hernández, actualmente diputado federal por MORENA.
El detalle está, una vez más, en que queda demostrado que las administraciones no tienen visión de futuro y actúan, en no pocas ocasiones, en base a caprichos, aunque estos sean en base a su buena voluntad, y terminan olvidándose del bien colectivo, y, sobre todo, de que el dinero que utilizan para vanagloriarse no les pertenece, sino que se trata de dinero público. Por ello resulta tan fácil gastar decenas de millones de pesos en la instalación de “locales”, y luego retirarlos, así como sí nada.
Por lo anterior, resulta más que deseable que la actual administración, de filiación panista al igual que la encabezada por Pérez Hernández en aquel entonces, tenga un buen proyecto bajo el brazo y lo ejecute de mejor manera. Y es que la actual administración municipal, en menos de dos años, ha dado muestras de que los proyectos no son lo suyo.
Para muestra, la avenida Cristóbal Colón, una de las rúas más hermosas, conocidas y transitadas de la ciudad. Con un proyecto que dejó mucho que desear y que quedó inconcluso, o al menos eso parece, el actual gobierno municipal pretendió renovar la calzada; sin embargo, la Colón actualmente luce peor que antes de lo trabajos de remozamiento, los cuales, las autoridades municipales no supieron llevar a una correcta conclusión, aun cuando el costo fue considerable.
Por tanto, no es de extrañar que el proyecto que se pretende llevar a cabo con el retiro de los locales en la Cepeda y Valdez Carrillo y su posterior apertura a la circulación vehicular, genere desconfianza entre los locatarios y la ciudadanía en general, pues, como ya demostró el alcalde Jorge Zermeño Infante, no es lo mismo los tres mosqueteros que, literalmente, 20 años después. Y lo peor, es que a los actuales mosqueteros todavía les faltan tres años. Al tiempo.
