POR: EDUARDO GRANADOS PALMA
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Arde Venezuela y divide al mundo. Al momento de escribir estas líneas la Casa Blanca y la OEA ya han reconocido a Juan Guaidó como presidente de Venezuela, pero Maduro cuenta con el respaldo de varios gobiernos, entre ellos nuestro paìs, y principalmente de la gran Rusia. La mayor tontería que puede cometer un estadista es hacer una promesa solemne que es imposible cumplir. Así empiezan las guerras mundiales. En 1939, el Reino Unido y Francia prometieron a Polonia que, si Adolf Hitler se convertía en una molestia, correrían en ayuda de Varsovia. Por desgracia, entre la frontera francesa y la polaca, había un gran obstáculo que se llamaba Alemania. La promesa no sirvió de nada. Así que, como era lógico, declararon la guerra a Alemania al instante, con consecuencias desastrosas. Y con grandes similitudes con la situación actual. El hombre al mando no es un nuevo ruso, sino un resto del pasado, entrenado como agente del KGB. En primer lugar, dejemos de pensar que, después de Gorbachov, se produjo algún cambio en el carácter del Oso Ruso. En absoluto. En mil años, Rusia nunca ha liberado a nadie, solo ha conquistado y ocupado. Y está volviendo a suceder. Pues con todo y el apoyo de Rusia el gobierno de Maduro está realmente amenazado. Es evidente desde hace años que Nicolás Maduro tiene algo raro. Cualquier hombre que públicamente manifiesta que viajó al futuro tiene un problema. Se puede arreglar yendo a ver a un bondadoso profesor que trabaja detrás de una puerta en la que pone “Psiquiatra”. Pero los diplomáticos tienen que trabajar con lo que hay. En cuanto a la supuesta provocación del gobierno de Trump, también eso suena a finales de los años treinta. Los patos no necesitan que les enseñen a nadar. Venezuela, no es un solo país desde el punto de vista político, económico por su petróleo ni cultural. En las disputas suele haber dos bandos. Si Maduro no se aferra al apoyo de Putin y sus aliados va a caer irremediablemente. Hasta el momento ha podido frenar un par de rebeldías militares que no encontraron eco al llamado de golpe de estado. Aunque parece no tener rivales políticos con posibilidades, sus ministros no son estúpidos y pueden reconocer el desastre que se les viene encima. Hay dos elementos de presión que muchos de los que le rodean considerarían claves si Occidente decidiera utilizarlos. Pero no pueden activar ninguno de los dos ni en diez minutos ni en diez semanas. Así que puede parecer que se va a salir con la suya... Por ahora. La tecnología de la información y la concienciación jugará un papel determinante. Maduro por más que intente aislar al pueblo venezolano de las informaciones desde el extranjero. Pero cualquier chico con un celular tiene el mundo en sus manos. ¿Qué es lo que realmente derrocó a Mubarak en Egipto, puso al descubierto a Gadafi en Libia y denunció a El Asad en Damasco? La gente. ¿Por qué? Porque habían visto un mundo mejor. Sabían quién era responsable de su miseria.
