Grecia Itzel Quiroz García, tomó protesta ante el pleno del congreso de Michoacán como presidenta municipal de Uruapan, para el periodo constitucional 2024-2027. Lo hizo de la manera más inesperada y menos deseada para quien asume un encargo de esta naturaleza, pues al jurar el cargo sustituye a Carlos Alberto Manzo Rodríguez, su esposo, asesinado a balazos la noche del 1 de noviembre durante un evento público realizado en la plaza principal del municipio que gobernaba.
Manzo Rodríguez es una víctima más de los cientos de miles de vidas que la violencia ha sesgado en nuestro país, donde nadie parece estar a salvo. Lo anterior, es gravísimo, tomando en cuenta que la responsabilidad primera de un estado que se jacte de serlo es proveer seguridad a sus ciudadanos, principalmente, en su derecho primordial: el derecho a la vida.
Pero el nuestro, es un estado que le ha fallado a los cientos de miles de muertos que se contabilizan a lo largo y ancho de nuestro territorio, donde no parece quedar un resquicio exento de la violencia homicida que consume vidas al por mayor y destruye sueños y familias. De tal manera, que ahora Grecia Itzel Quiroz García, presidenta municipal de Uruapan, deberá continuar el trabajo que su marido dejó inconcluso porque siete balazos le arrancaron la existencia.
La viuda de Carlos Manzo pudo haber rechazado la designación, pero valientemente asumió el cargo aún sabiendo que eso le costó la vida a su marido. Llegó al congreso michoacano abrazando sombrero de su fallecido esposo, en una imagen cargada de un simbolismo desgarrador. Allí, ante los legisladores locales, afirmó: “vengo con el corazón destrozado porque me quitaron a mi compañero de vida, a mi compañero de lucha, al padre de mis hijos”.
Y luego añadió: “Pero también vengo con este valor que él me enseñó, con es entereza con la que él se levantaba todos los días a luchar, a combatir, a alzar la voz, a gritar, a pedir auxilio por nuestro municipio, por nuestro Michoacán, por nuestro México”.
Asimismo, la alcaldesa Quiroz García, con la voz cargada de emotividad, afirmó que el legado de “Carlos Manzo está más fuerte que nunca, este movimiento del sombrero no lo callaron y no lo van a callar, porque aquí sigo firme, con la firme convicción que él me enseño, con esa lucha incansable…”.
De igual manera, la edil afirmó que quienes asesinaron a su esposo “mataron a Carlos Manzo, pero no pudieron matar lo que despertó”. Y agregó: “Voy a seguir los pasos de Carlos Manzo, les voy a dejar un Uruapan, un Michoacán y un México que él hubiera querido”.
Lamentablemente, el de Carlos Manzo no es un caso aislado. De acuerdo con cifras oficiales, en los últimos 25 años se asesina a un presidente municipal en funciones cada dos meses y medio. La cifra es devastadora, y nos deja claro que nadie está a salvo en México. Lo anterior, significa que en el último cuarto de siglo 119 alcaldes han sido ultimados.
De acuerdo con esas mismas cifras, el mayor número de ediles asesinados se concentran en el sexenio de Enrique Peña Nieto, con 49 homicidios; luego se ubica el sexenio de Felipe Calderón, con 37 asesinatos de alcaldes en funciones; después el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, con 26; y en poco más de un año de gobierno Claudia Sheinbaum ya acumula 10 casos, con un promedio de casi un alcalde asesinado al mes. De continuar la tendencia, superaría a todos los anteriores en tiempo récord.
Por entidad, Oaxaca se ubica en primer lugar con un total de 24 casos; le siguen Michoacán, con 20; luego Veracruz, con 13; Guerrero, con 12; Puebla, con ocho ediles asesinados; Durango, con seis casos registrados; Jalisco, con cinco casos documentados; y Chihuahua y el Estado de México con cuatro cada uno, respectivamente.
Mientras tanto, la Fiscalía de Michoacán, casi una semana después de los hechos, informó que el asesino de Carlos Manzo fue un chico de apenas 17 años, de nombre Víctor Manuel, originario de Paracho, Michoacán. El menor de edad, a quien le habían presuntamente ofrecido 50 mil pesos por el homicidio, fue ultimado en el lugar de los hechos y se llevó con él información valiosísima para dar con los responsables del artero crimen.
De todo lo anterior dos certezas nos quedan: la primera, que nada ni nadie le devolverá la vida a Carlos Manzo; y la segunda, que nadie está a salvo en México…

