El paquete económico para el próximo año contempla un endeudamiento histórico con el que el gobierno federal pretende cumplir con la entrega de apoyos económicos multimillonarios a través de sus ya conocidos programas clientelares que tanto le han servido para mantener el poder, pero que ponen en riesgo a la economía nacional a largo plazo.
Para el 2026, el gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo ha solicitado se autorice deuda por 1.6 billones de pesos, la mayoría de esos recursos no serán destinados para la creación de infraestructura que atraiga inversión extranjera y por ende generen empleos, sino a la repartición de dinero vía programas sociales que resultan cada vez más onerosos para las finanzas públicas.
Pero no solo eso, pues la deuda cuesta, y en este caso, los intereses generados por la contratación de dicha deuda rondaría la misma cantidad: 1.6 billones de pesos, es decir, en términos reales, los intereses serán una pesada carga para las finanzas del estado, que, a largo plazo, parecen ser inviables para sostener una economía que en los últimos años se ha centrado en regalar dinero y no en la generación de riqueza.
Casi un billón de pesos para programas sociales
El gobierno de la república que encabeza Sheinbaum Pardo confirmó que los programas sociales son prioridad, por lo que en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación, se propuso una “inversión social histórica”, como denominó el propio gobierno federal, a los 987 mil 160 millones de pesos, equivalentes al 2.5 % del Producto Interno Bruto (PIB), para garantizar los programas clientelares que reciben el 82 % de las familias mexicanas, de acuerdo con datos oficiales.
Entre los objetivos que persigue el gobierno morenista destinando tal cantidad de recursos a los programas del bienestar, están: ampliar las becas educativas, consolidar las pensiones universales, y sostener programas productivos que han transformado la vida de millones de personas y de hogares, cita el documento hecho público a través del portal oficial de la presidencia, sin precisar cuáles son esos programas ni detallar a quienes han supuestamente beneficiado.
El rubro en el que más dinero se reparte el el próximo año será en pensiones para adultos mayores, con programas como la Pensión Mujeres Bienestar, dirigida a mujeres de entre los 60 y 64 años, en cumplimiento a una de las promesas de campaña de la actual presidenta de la república, que prometió ampliar la base de beneficiarios de los programas que anteriormente solo llegaba a las personas adultas mayores de 65 años. En este programa se invertirán 56 mil 969 millones de pesos. Mientras que en la Pensión para Adultos Mayores, el gobierno entregará recursos por 526 mil millones de pesos.
Otra vez con información de la presidencia de la república, se señala que los recursos para el 2026 “se han enfocado en los pilares de la política social: adultos mayores, estudiantes, personas con discapacidad, jóvenes y productores y productoras del campo.
Según los datos públicos disponibles, el presupuesto social destaca los siguientes rubros: Pensión para adultos mayores, 526 mil 508 millones de pesos; beca universal Rita Cetina, 129 mil 386 millones de pesos; Pension Mujeres Bienestar, 56 mil 969 millones de pesos; Beca Universal Benito Juárez, Sembrando Vida, 40 mil 664 millones de pesos; Pensión para Personas con Discapacidad, 36 mil 266 millones de pesos, entre otros.
En contraste, rubros como la salud experimentaron una contracción de su presupuesto en términos reales, pues el presupuesto contemplado para el sector sanitario nacional en 2026 es de 66 mil 825 millones de pesos, mientras que en 2025 se destinaron 66 mil 693 millones de pesos, que, considerando la inflación, representa una disminución del 4.3 %.
En este panorama y ante el incremento de la deuda pública para financiar no el crecimiento económico, sino las bases clientelares del morenismo, es predecible que el modelo no es sostenible a largo plazo, debido a la cada vez más amplia base de beneficiarios y el pago de programas sociales no con recursos propios, sino recurriendo a un endeudamiento que se está convirtiendo en un pesado lastre del que nadie habla dentro del gobierno federal, pero que ahí está y preocupa seriamente a varios sectores que ven cómo se privilegian el reparto de recursos en detrimento del desarrollo nacional y el crecimiento económico que genere mejores oportunidades para todos.