CARTA QUE CIRCULA EN REDES, ESPECIALMENTE EN ESPAÑA…
¡Queridos amigos españoles!
Les pedimos estar atentos y bien informados sobre cada tendencia, abucheo público o acto de repudio que reciba la insigne Beatriz Gutiérrez Müller (@BeatrizGMuller ) durante su residencia en Madrid, donde al parecer cree que está a salvo, arropada por la sombra de la impunidad.
Para quienes no estén familiarizados, Beatriz - autodenominada académica, escritora y primera (No) dama - es ampliamente despreciada por una mayoría de mexicanos, no solo por su arrogancia y clasismo disfrazado de progresismo, sino también por su complicidad activa en el saqueo sistemático del erario público durante el sexenio de su esposo, el ex presidente Andrés Manuel López Obrador.
Y como no todo en la vida son conferencias mañaneras ni poesía improvisada, recientemente Beatriz se ha visto en apuros diplomáticos. Le fue negada la visa para residir en el Reino Unido, y en su desesperación por escapar de la presión ciudadana y las crecientes investigaciones, recurrió al gobierno del muy honorable y transparente Pedro Sánchez para obtener la ciudadanía española.
¡Y qué creen! Milagrosamente se la otorgaron.
¿Casualidad? No lo creemos.
Los lazos entre el narcopartido mexicano Morena y sus entrañables camaradas de Podemos
@Pablolglesias, @IreneMontero (sí, esos mismos de Neurona Consulting)
#MonederoJC, parecen estar más vivos que nunca.
Un pasaporte aquí, unos contratos inflados allá, y todo queda en familia.
Beatriz llega a España no solo con su pasaporte nuevo, sino también con la cartera rebosante de millones de dólares -producto, por supuesto, de su incansable trabajo literario (guiño, guiño)- y quizás con alguna que otra aportación del narco, como cortesía de los amigos del sur.
Eso sí, no olvidemos el detalle más pintoresco de esta historia: la señora Gutiérrez Müller es la misma que hace pocos años exigía con rabia e indignación postcolonial que España pidiera disculpas por la conquista.
¡Qué ironía!
Hoy, esa misma España que "debe disculparse" es su refugio dorado para huir del descontento popular y de las consecuencias de sus actos.
Así que, queridos españoles, si la ven disfrutando de un paseo por El Retiro o sentada en un café de Malasaña, recuerden que no están ante una simple turista: están ante uno de los rostros más cínicos del expolio institucional mexicano.
Y como buenos anfitriones, agradeceremos todo gesto de memoria histórica, justicia poética o abucheo espontáneo que pueda recibir.
Con gratitud (y bastante indignación),
Mexicanos con memoria.
Estaremos pendientes, ¡muchas gracias!
José Manuel Padrón