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Recuerdo que era un niño cuando mi padre apoyaba a un aspirante a dirigir un modulo de riego de la Conagua en San Pedro de las Colonias, recuerdo que incluso mi padre fue amenazado porque al parecer atentaban contra intereses bastante particulares relativos al control del uso de agua de riego en las parcelas y pequeñas propiedades en donde el módulo 16 tiene jurisdicción. El robo de agua o “aguachicol” no solo se trata de perforar pozos sin permiso de las autoridades, sino de que las mismas autoridades de estos módulos lleven a cabo negocios ilegales con la venta del agua rodada a grandes propietarios de tierras o que despojen a ejidatarios de raciones de agua para beneficiar a terceros. Tan solo el año pasado en el módulo 14 se destapó un caso de corrupción en donde se regaron más de mil hectáreas sin derecho a riego, pero que desde luego ese faltante de derecho se suplió seguramente con una buena tajada de recursos para quien dirigía ese módulo el año pasado afectando a cientos de hectáreas que si contaban con el derecho en regla. Se trata al final de un negociazo que beneficia a quienes tienen recursos en detrimento de quienes solo cuentan con un par de hectáreas y que no tienen los recursos para poder ser partícipes de la corrupción que sin duda se da en estos módulos de riego. En lo personal, como ejidatario y propietario de una modesta Nogalera producto de la herencia de mi padre puedo dar fe de este tipo de felonías que se presentan cuando el “canalero” o encargado de supervisar los riegos por propiedad abusa de su autoridad recortando indiscriminadamente horas de riego en este atípico mini ciclo para beneficiar a otras personas. Fue un familiar quien sufrió la afrenta por parte de este canalero que le recortó media hora de suministro de riego y extrañamente entregó media hora más a un vecino de apellido árabe, de esos que pululan en San Pedro de las Colonias; y no conforme con ello, le consiguió al afectado un supuesto vendedor de derecho de agua que le ofrecía áreas de riego para resarcir ese robo de media hora por la cantidad de 15 mil pesos. Todo un negociazo que sin duda se replica con decenas de ejidatarios bajo la permisividad y complicidad del titular del módulo 16 de riego quien se escondió ante mi insistencia al buscarlo y cuestionarlo sobre el tema. No todos los ejidatarios cuentan solo con estudios básicos o menos, habemos algunos con posgrados y desde luego estamos quienes no vamos a permitir este tipo de atropellos porque este tipo de dirigentes de los módulos y sus secuaces operativos aprovechan la escasez actual de agua para hacer negocios de manera ventajosa y ante el pánico de ejidatarios de perder sus nogales por la falta del recurso lo que los obliga a ser parte de la corrupción y pagar por un derecho que ya tienen. La denuncia no queda en estas líneas, continuará hasta altas esferas en la Conagua, porque somos conscientes de la escasez, pero dentro de la misma hay reglas, y dos horas de riego por hectárea son dos horas de riego, no hora y media. Se trata de justicia hacia los más desfavorecidos y de combatir las malas prácticas institucionales en estos espacios donde se manejan recursos valiosos, tan valiosos como el agua.