Sheinbaum mantiene rotas las relaciones diplomáticas con Ecuador y cuestiona el triunfo de Noboa
Bien dice el dicho que origen es destino. La presidente Claudia Sheinbaum Pardo, se metió al ring con el recientemente electo presidente de Ecuador, Daniel Noboa, y afirmó que México no va a reanudar las relaciones diplomáticas con Ecuador, rotas por su antecesor Andres Manuel Lopez Obrador.
Las relaciones entre ambos países están rotas desde abril del 2024, cuando la policía ecuatoriana ingresó a la embajada mexicana en Quito para arrestar al ex vicepresidente Jorge Glas, aun y cuando contaba con asilo político por parte del gobierno de mexicano, y como obediente sucesora del dictador de Macuspana, la presidente sigue a ciegas lo dictado por su padre político.
De paso, la mandataria mexicana se dio el lujo de criticar y poner en duda la reelección de Daniel Noboa, heredero del imperio bananero más importante de Ecuador. “Las relaciones no van a reanudarse… fue muy dudoso su triunfo”, dijo la presidenta durante la conferencia de prensa matutina diaria que realiza también al más puro estilo del fundador de la mal lograda cuarta transformación.
Sin embargo, a la presidenta se le olvida que hace apenas unos meses ella también fue parte de una elección dudosa, por decir lo menos. Apoyada en miles de millones de pesos dilapidados en programas sociales para comprar la voluntad de millones de mexicanos, así como con toda la fuerza del estado volcada a su favor, Sheinbaum logró convertirse en la primera mujer presidenta para continuar el legado de quien la formó y la hizo a su imagen y semejanza.
Se le olvida también a la presidenta que para lograr comprar el voto y la voluntad de millones AMLO endeudo al país de forma histórica, y ella arrastra una pesada loza de la que no habla porque sabe que sería desastroso para ella, su gobierno, y el mismo Andres Manuel Lopez Obrador, que desde ya se ilusiona por ver a su hijo como presidente de la república para continuar con su oscuro legado.
Entonces, antes de criticar y juzgar a otras naciones, la mandataria mexicana debería empezar por su propia casa, pues la elección del poder judicial que ellos mismo dilapidado por una vendetta personal de AMLO amenaza con ser un fiasco total, un reparto de poder más entre los partidos políticos que dominan la escena electoral, y también el narco, que ha logrado colar entre los candidatos a sus propios abogados.
De tal suerte, que hablar sobre una elección dudosa en Ecuador es un mal negocio para Sheinbaum Pardo, cuyos altísimos niveles de popularidad se sustentan en los programas sociales que son la base del gobierno de la izquierda en México, miles de millones de pesos que son entregados para someter conciencias entre las clases más desprotegidas, siempre el caldo de cultivo donde se siembran las aspiraciones de los políticos porque saben que se puede comprar el voto y mantener el sometimiento a base de billetazos.
La presidenta se empeña en mantener las relaciones rotas entre ambos países, y de paso se da tiempo para criticar las elecciones ecuatorianas, que también residen en la soberanía de su pueblo. También se le olvido a la presidenta que pululan denuncias a lo largo y ancho del país sobre la intervención del narco a favor de los candidatos de la 4T, incluso, donde a ciudadanos no les permitió ejercer el voto para garantizar el triunfo de varios candidatos que hoy son gobierno y de los que ninguna autoridad hasta el momento ha dicho nada.
Criticar desde la máxima investidura es muy sencillo, pregonar que se es poseedor de la verdad desde la jefatura del estado también, y someter a tus caprichos a millones solo por mantener los deseos de quien con millones compró la silla presidencial pareciera ser cosa fácil, pero ahí está la realidad, siempre terca, que no deja se asomarse por la ventana cuando le cierran la puerta para demostrar que, por más que se empeñen en negar tarde o temprano aparecerá.
Por tanto, antes de cuestionar la voluntad del pueblo de Ecuador, que acudió a las urnas para elegir a Noboa para un segundo mandato, bien haría la presidenta en analizar los fundamentos sobre los que se edificó lo que ellos llaman la cuarta transformación, cuyo método de entregar miles de millones del presupuesto en programas sociales y dádivas para comprar votos, no será sostenible a largo plazo, y en ese momento en que la burbuja de la 4T reviente las consecuencias las vamos a pagar todos, de eso, debería estar preocupada la presidente y no en empeñarse en cumplir los caprichos de su antecesor.