El anuncio del Presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de que al tomar posesión de su cargo el 20 de enero de 2025, decretará un arancel, un impuesto, del 20% sobre el precio de los bienes y mercancías que le exporten México y Canadá, a aquel país; nos ha unido a todos los mexicanos de aquí y de allá para defender las fuentes de trabajo.

Estos aranceles no son  con fines recaudatorios, como son todos los impuestos,  sino que son por razones que atañen a sus fronteras sur y norte, respectivamente; esgrimiéndolos como un medio para presionar a nuestro gobierno para que detenga la migración de ilegales y el tráfico de drogas en su país.

 Si bien es cierto que  EEUU, es un país soberano y tiene todo el derecho del mundo para decretar sus impuestos, también es verdad que lo que pretende Trump, traspasa sus fronteras y concierne al derecho internacional público, en donde se considera  lícito que un acto poco amistoso de un país, se conteste con otro acto igual.

Esta reacción de contestar un acto poco amistoso pero lícito  con otro acto igual, fue conocido en el derecho internacional público con el nombre de Retorsión, y se le quiso considerar como una sanción; y que es precisamente lo que está haciendo México por conducto de su Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, de que si llegaran a imponerse esos aranceles, entonces nuestro país también podría decretar aranceles a todos los productos y bienes que se importan de EEUU a nuestro país, y que son más de allá para acá que de aquí allá.

Esta amenaza de Trump, de imponer aranceles a todo lo que se importe de México a EEUU, perjudica hasta a sus empresas connacionales como la Ford, la Chrysler, la General Motors, y otras  industrias que producen en nuestro país miles de bienes, y que las exportan allá.

Este problema podría ser tratado en la Organización de las Naciones Unidas ONU, porque afectaría derechos humanos de los trabajadores y de sus familias, no nada más de México, sino de EEUU.

Por lo pronto todos los mexicanos debemos unirnos en torno a México, y elevar nuestra protesta ante el mundo.