Un pueblo ignorante es el elixir (legendaria poción o bebida que garantizaba la vida eterna) de los tiranos y dictadores, pues la ignorancia supina de la mayoría de los habitantes de un país los inhabilita para defender su dignidad y su libertad.
Al establecer la Constitución de la república en su Artículo 39.- "La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno". y en su Artículo 40.- "Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, laica y federal, compuesta por Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior, y por la Ciudad de México, unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental", está partiendo y suponiendo que el pueblo de forma mayoritaria es entendido, conocedor, experimentado y suficientemente sabio para elegir a sus representantes.
La realidad es que ese supuesto de un "pueblo sabio" no se tiene a la fecha en México, salvo de manera minoritaria, lo que coloca a la república en una situación de gran vulnerabilidad frente a sus enemigos internos y externos, con los traidores y la fuerzas extranjeras deseos de dominación y control de los mexicanos.
Parte de esa vulnerabilidad estriba en que el "pueblo sabio" tiene el derecho de elegir a sus representantes y como el pueblo es mayoritariamente ignorante, su elección normalmente es contraria a sus intereses y también a los intereses del país.
Los supuestos representantes (diputados, senadores, gobernadores, presidentes municipales, presidente de la república) la gran mayoría de ellos trabajan más para su intereses personales, de partido, de grupo o pandilla, de ideología, de sus vicios, etc, olvidando a sus representados, a quienes apaciguan con migajas y limosnas.
Recordemos que partidos, militantes y representantes corruptos por extensión corrompen a otros y dañan a la comunidad y al país, como es en la actualidad con la mal llamada reforma al poder judicial, la eliminación de programas e instituciones públicas que pugnan por un gobierno transparente y honesto.
Igualmente recordar que los representantes, diputados y senadores, no son libres en su actuación, participación y voto, su obligación primaria y fundamental es trabajar para bien de sus representados y de su país, por lo que les enviamos el siguiente mensaje:
"En verdad, en verdad os digo: un siervo no es mayor que su señor, ni un enviado es mayor que el que lo envió".
"De cierto, de cierto os digo: El esclavo no es mayor que su Señor, ni el apóstol es mayor que el que le envió".
"Les aseguro que ningún servidor (diputado o senador) es más que su señor (pueblo), y que ningún enviado es más que el que lo envía".
La democracia representativa es el tipo de democracia en el que el poder político procede del pueblo pero no es ejercido por él sino por sus representantes elegidos por medio del voto.
La democracia implica la participación de los ciudadanos, a través de la emisión del voto libre, secreto, directo, personal e intransferible, tomar parte de las decisiones de los poderes públicos respecto de uno o varios temas de trascendencia nacional o regional competencia de la Federación.
En democracia los ciudadanos tienen participación en la toma de las decisiones políticas, donde las personas participan directamente en la toma de decisiones por medio de consensos, con sus diputados y senadores, los acuerdos y posturas a llevar ante las cámaras. Por lo cual los diputados y senadores deben mantener un contacto directo, constante y permanente con s representados.
Por lo que siempre los diputados y senadores velarán porque existe una división clara entre los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, lo que previene la concentración excesiva de poder en una sola entidad y garantiza el equilibrio en la toma de decisiones, la libertad y justicia para el pueblo.
Cuando no se respetan los Derechos Humanos, no se respeta y violenta la Constitución, cuando la corrupción, la demagogia (mentira) y la mediocridad dominan desde el gobierno federal, el pueblo decae y su dominación y esclavitud es inminente. Usted lector dice la última palabra.