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Líbano se cuece aparte, aunque sea pieza de un mismo conflicto, y es que tan solo en Gaza, región pisoteada constantemente por Israel tanto legal como militarmente arroja una cifra fatídica, alarmante, lúgubre y que nos deja ver la esencia del pueblo israelí sobre este conflicto que estalló luego del éxodo judío durante la Alemania nazi en los años 30s y 40s, pues tan solo durante un año diariamente han sido ultimados 40 niñas y niños en este conflicto que lejos de ser una respuesta militar en defensa de la seguridad de un país y su población, resulta ser una vil venganza con matices de odio que trascienden una respuesta de Estado y se enfila en una esencia de aniquilación genocida. 16 mil niñas y niños han muerto desde aquél fatídico 7 de octubre del 2023 cuando el grupo terrorista Hamas atacó Israel provocando una indignación mundial por los hechos y por la lamentable muerte de 1200 personas; pero esa indignación parece haberse difuminado ante los 41 mil muertos en Gaza como parte de la respuesta sionista al ataque del grupo terrorista. “Las explosiones de bombas provocan tres efectos en el cuerpo de un niño. Los fragmentos de metralla pueden atravesar concreto, por lo que son devastadores para el cuerpo de un niño. Están además las cosas pesadas que caen sobre un niño o los niños que son arrojados de los edificios en las explosiones. Y luego están las horrendas quemaduras”. Este es el reporte de personal de la UNICEF ante el escenario actual en Gaza, al cual la agencia de la ONU ha bautizado ya una “guerra contra los niños” y ante lo cual ha pedido decenas de veces el cese al fuego ante un Israel que a pesar del paso del tiempo no ha cesado de descargar toda su venganza enterrando aquel mandamiento divino de “no matarás”. En estos momentos el ejército israelí parece otorgar una tregua a los infantes de Gaza, porque se encuentra ocupado haciendo lo propio en Líbano ahora tras el grupo Hezbolá que tan solo en aproximadamente tres semanas contabilizan más de 1400 personas muertas de las cuales más de cien niños han sido asesinados por las armas de Israel en esta su segunda venganza en lo que va del año. Y no, nadie defiende a los grupos terroristas, pero la inteligencia militar debe servir para localizar células terroristas y liquidarlas con el menor número de activos como daño colateral, pero no sucede así, pareciera que la sed de venganza nubla todo acto de racionalidad e inteligencia para dar rienda suelta al genocidio y al infanticidio. No tenemos ni un ápice de sospecha de cuándo pudiera extenderse el conflicto en Líbano, y preocupa porque pudiese convertirse en una segunda guerra contra niñas y niños y que se prolongue tanto como el conflicto en Gaza que no parece tener fin. Al final lo que me aterra es ver la normalización del agravio contra niñas y niños y a una patética opinión pública que en su gran ignorancia se aterra e indigna al ver al sistema antimisiles israelí repeler ataques en las redes sociales y no tener conocimiento alguno sobre la realidad de inocentes infantes en un conflicto que a su corta edas ni siquiera entienden y cuyos efectos no merecen.