La mejor columna política de La Laguna, por SinCensura®.
La doctora Claudia Sheinbaum Pardo rindió protesta como la primera mujer presidenta en la historia de México, lo que por sí mismo constituye un hito. Su triunfo fue legal y legítimo. Obtuvo 36 millones de votos, lo que la convierte en la política más votada. Hay muchas expectativas.
Parecía el fin de la exaltación: “Hasta siempre, hermano, amigo, compañero Andrés Manuel López Obrador”. Con ese sello se coronó el inicio del feminismo gobernante, una lucha centenaria por la equidad y marcada en la política mexicana hace 69 años, con el ascenso de la primera diputada federal electa, Aurora Jiménez de Palacios.
Luis Echeverría dio un salto al “populismo”, Carlos Salinas de Gortari definió su proyecto como “liberalismo social” y Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum nombraron a su proyecto como “humanismo mexicano”, variantes pendulares de la Revolución Mexicana.
Claudia Sheinbaum es la primera mujer en alcanzar la “silla del águila” en más de 200 años de nuestra Independencia y 65 presidentes, hoy México tiene su primera mujer en la Presidencia. Conjuga una depurada formación académica con experiencia en cargos importantes, como la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México en donde entregó buenas cuentas. Es “puma”, desde el CCH.
1977. Ingresa al CCH Sur.
1986. Dirigente del Consejo Estudiantil Universitario.
1987. Se convierte en ayudante de profesor.
1989. Licenciada por la Facultad de Ciencias de la UNAM, graduada como física por la tesis “Estudio termodinámico de una estufa de leña para uso rural”.
1991. Maestría en Ingeniería Energética con la tesis “Economía del uso eficiente de la energía eléctrica en la iluminación”.
1995 Doctora en Ingeniería Energética con la tesis “Tendencias y perspectivas de la energía residencial en México”, luego de una estancia académica en la Universidad de California de Berkeley.
2007 Integrante del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU.
Sin duda alguna, la presidenta Sheinbaum recibe un México muy diferente al 2018, con una economía sumamente sólida a pesar de los señalamientos de diversos voceros que insisten en analizar el tema económico desde la óptica neoliberal y la óptima macroeconómica, y no de abajo para arriba, que es lo que realmente en muchas ocasiones permite tener una solvencia como país.
Hoy somos una nación en donde Morena tiene más poder político, una hegemonía popular –efectivamente– otorgada por la ciudadanía: hay mayoría calificada tanto en la Cámara de Diputados y de Senadores. Dicho de otra manera, la presidenta Sheinbaum tiene varios botones de mando para poder profundizar lo que ha definido como el “Segundo Piso” de la Cuarta Transformación.
Particularmente, en reformas que irían en contra de la esencia del neoliberalismo o del capitalismo, entre estas, por supuesto las que tienen que ver con los recursos naturales y del medio ambiente, ejemplos, el agua, el litio, la industria eléctrica y otras más plasmadas en su primer discurso desde el Zócalo de la Ciudad de México.
La presidenta habló de los 100 puntos que serán fundamentales y referentes durante todo su sexenio, uno que destaca, es la famosa jornada de las 40 horas, uno de los grandes pendientes y discusiones en torno al empoderamiento obrero.
Consolidar la Reforma Laboral, el voto obrero que protagonizó las elecciones pasadas, representa para Morena no solamente este sexenio sino también el próximo porque continuará con esta mejora en la calidad de vida. Y eso lo sabe muy bien la nueva presidenta.
A partir de ahora, Sheinbaum tendrá que decidir la manera y la forma en como ejercerá ese poder supremo, el suyo. Irá con todo en cada una de las reformas planteadas en el Plan C y no se detendrá por amagos o amenazas del poder fático, el económico. Tiene 3 años de garantía absoluta con las mayorías calificadas.
El sexenio de Claudia Sheinbaum inicia con el pie derecho, con un enorme respaldo popular porque al igual que el de Andrés Manuel López Obrador, la mayoría de las y los mexicanos –según las encuestas– entre el 70% y 80% consideran que es la persona indicada para continuar con este proyecto.
La presidenta Sheinbaum invocó la figura de Lázaro Cárdenas solo para equiparar la figura de Andrés Manuel López Obrador, el apellido Cárdenas estuvo presente en el cambio político a nivel de presidente/presidenta: Porfirio Muñoz Ledo le entregó la banda presidencial a López Obrador en diciembre de 2018, y ahora Ifigenia Martínez Hernández hizo lo mismo con la presidenta Sheinbaum.
Los dos, Muñoz Ledo e Ifigenia, fueron figuras de la cardenista “Corriente Democrática” del PRI que inicio la ruptura del sistema político priista en julio de 1988. Ello quiere decir también que el reacomodo político se ha dado desde aquel régimen priista.
En la ceremonia de toma de posesión en el Colegio Militar de Tlalpan, el nuevo secretario de la Defensa Nacional, general Ricardo Trevilla Trejo, no solo anunció la continuidad de un “Segundo Piso” en la reorganización política, administrativa y castrense de su dependencia, sino que acuñó un concepto que tiene mucho que ver con el género de la presidenta Sheinbaum, en cuanto a los derechos de las mujeres en el sector militar: igualdad sustantiva.
La imagen más significativa de la toma de posesión de la presidenta Sheinbaum la ofreció la ministra presidenta Norma Piña, en el presídium de la Mesa Directiva, para atestiguar la ceremonia y escuchar a menos de un metro de distancia la confirmación de que la Reforma Judicial no tiene caminos de regreso. Eso se llama en política, tragar camote.
En su último acto como presidente de México, Andrés Manuel López Obrador evitó saludar a la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en un gesto que subraya su prolongada confrontación con el Poder Judicial.
Durante la ceremonia de transición de la titularidad del Poder Ejecutivo en la Cámara de Diputados, López Obrador ingresó escoltado por legisladores de la Cuarta Transformación y al llegar a la Mesa Directiva, saludo únicamente a Gerardo Fernández Noroña e Ifigenia Martínez, presidentes del Senado y la Cámara de Diputados, respectivamente, omitiendo a la ministra presidenta de la Corte.
En un acto simbólico, López Obrador beso la frente y la mano de Ifigenia Martínez antes de sentarse a su lado izquierdo, rodeado de simpatizantes morenistas quienes subieron a saludarlo.
Claudia Sheinbaum, la sucesora, tardó más en llegar a la Mesa Directiva, detenida por simpatizantes que pedían fotografías. Al alcanzar la Mesa, saludo a Fernández Noroña, Ifigenia y abrazó a López Obrador. Sin seguir el gesto de este último, Sheinbaum, sí se acercó a la ministra presidenta Norma Piña para darle la mano, sentándose posteriormente al lado derecho de Ifigenia, quien le entregó la banda presidencial.
Los discursos del PRI y del PAN carecieron de capacidad de interpretación política de lo que ocurrió en el país en los últimos nueve meses: la consolidación de Morena como el partido dominante para los próximos años.
Los dos partidos de oposición, que aliaron sus contradicciones para apuntalar a la peor candidata presidencial de la historia, Xóchilt Gálvez, dejaron ver que nada tiene que hacer por lo menos de ahora hasta las legislaturas del 2027.
De nueva cuenta, otro coahuilense, por cierto, sampetrino, es señalado por orquestar una red de corrupción. Se trata del extesorero Javier Guerrero García, actual director de Operación y Evaluación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), quien ha sido denunciado ante diversas instancias, incluyendo la Fiscalía General de la República (FGR) y la Secretaría de la Función Pública. La denuncia es de alto nivel, ya que es acusado de orquestar un presunto esquema de desvío de recursos públicos dentro del IMSS.
Javier Guerrero, quien desde junio de 2019 ha ocupado cargos de alto nivel en el IMSS, entre ellos el de secretario General, percibe un salario mensual bruto de 184 mil pesos, una cifra apenas 7 mil 842 pesos inferior a la que percibirá la presidenta Sheinbaum.
A pesar de su elevado sueldo, su gestión ha estado marcada por numerosos señalamientos que lo vinculan con actos de corrupción en diversas instituciones del gobierno, incluyendo la Sedesol, donde se le asocia con Emilio Zebadúa y la red de desvíos conocida como “La Estafa Maestra”.
Según la denuncia, en el IMSS, Javier Guerrero habría replicado esquemas similares a los que utilizó en anteriores dependencias y se habría validado de eventos como las “Asambleas Generales” del Instituto para inflar costos y desviar fondos a través de empresas factureras.
Tan solo en las “Asambleas 110 y 111 se habrían desviado más de 40 millones de pesos, sin contratos formales que respalden las operaciones”, refiere la denuncia.
Empresas como “Comercializadora y Distribuidora Terrani, S. de R.L. de C.V.”, “Kitchen Space Solutions, S. de R.L. de C.V.”, y “Soluciones Profesionales Spira S.A. de C.V.”, entre otras, estarían vinculadas a estos esquemas ilícitos.
En la denuncia, alerta a las autoridades que los fondos saqueados presuntamente por Javier Guerrero han sido lavados mediante inversiones inmobiliarias en Querétaro y advierte de la adquisición de bienes raíces por parte de funcionarios cercanos a él, como Anabell Avendaño, Roberto Garza y Adrián Ríos.
Además, los denunciantes lo vinculan a la trama de corrupción que se señaló tras el asesinato de un dulcero, en 2023, en la colonia Roma, en cuya escena del crimen, dejaron una cartulina con amenazas dirigidas a altos funcionarios del IMSS, señalándolos por su presunta colusión en actividades ilícitas.
Ante estos hechos, se ha solicitado formalmente que las autoridades competentes investiguen a fondo al extesorero de Coahuila, Javier Guerrero García. Los actos irregulares que se le atribuyen incluyen desvío de recursos, uso de factureras, sobreprecios, licitaciones irregulares, colusión y tráfico de influencias.
Asimismo, se exige que se abra una carpeta de investigación para determinar su responsabilidad y de encontrar elementos suficientes, aplicar las sanciones que correspondan. Veremos.
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