Cuando el PRI era el partido hegemónico del estado, se acuñaron frases políticas que pasaron a la historia; como continuidad y continuismo, para diferenciar la obra pública y los servicios, y los funcionarios públicos, respectivamente; estando en favor de la continuidad de lo primero y en contra de lo último; pues no era bien visto que los servidores públicos de un sexenio fueran los mismos del siguiente, sobre todo cuando no tenían ni la capacidad ni la experiencia ni la vocación de servicio.
En cambio el pueblo quería que continuaran las obras y servicios públicos y los programas sociales benéficos para todos, sin estancarse o retroceder; pero no que se enquistaran en los puestos del gobierno funcionarios públicos no idóneos o nefastos que no habían hecho nada por el bien de la sociedad toda, que se enriquecieron con dinero del erario o con el tráfico de influencias, haciendo negocios particulares.
Además, el continuismo de los funcionarios públicos hacía que tuvieran intereses creados, a los que les dedicaban más tiempo que a su función, dando un pésimo servicio público; buscando siempre en todo el cómo no, para no prestarlo; en lugar de buscar el cómo sí, para prestarlo con prontitud, eficacia y eficiencia, como lo hacen en países como Estados Unidos, donde por ejemplo desde allí localizan digitalmente un acta del Registro Civil, del lugar más recóndito de México, para resolver inmediatamente el problema.
Por eso causó mucho beneplácito que nuestra ya Presidenta Electa Claudia Sheinbaum Pardo, anunció que nombrará como Directora General de la Comisión Federal de Electricidad CFE, a la coahuilense Emilia Esther Calleja Alor, en lugar de Manuel Bartlett Díaz, quien al ocupar el cargo no tenía la experiencia de alrededor de 25 años que tiene esta destacada técnica; quien en sus primeras declaraciones dijo que buscará antes que nada que no aumente el precio del servicio eléctrico en el país; lo que provocará que ya no haya o disminuyan los “colgados” o “diablitos”, que están robando este preciado elemento.
Como una excepción del continuismo, está el caso del Director General del Instituto Mexicano del Seguro Social IMSS, Zoé Robledo, quien por su capacidad y su vasta preparación, será ratificado por la doctora Sheinbaum Pardo; sobre todo para que le dé continuidad al programa IMSS-Bienestar, que tanta falta hace para brindar todos los servicios de éste instituto a todo el pueblo, esté o no afiliado a él.