Con una caricia no resolvemos nada, aunque la mujer piense lo contrario, y prefiera que él niegue todo lo que le hizo padecer.
Con una caricia no cicatrizan sus heridas ni olvida todo aquello que él le hizo, con sus palabras que dañaron su corazón.
Con una caricia no se purifican sus culpas ni se quita toda la maldad que hay en él.
Con una caricia no nacen de nuevo para volver a ser niños, cuando la mujer creía en él, pero ahora pierde las esperanzas.
Con una caricia no llega la luz a su vida, porque aún sigue en tinieblas donde la dejó su desamor.
La mujer espera que llegue el día en que él le diga que está arrepentido de todo lo que le hizo, y si busca su perdón, en ese momento ella le dará esa caricia que él pide en sus sueños.
Con una caricia no se desvanecen las noches de llanto ni los días de angustia que la mujer soportó en silencio, deseando que él comprendiera el dolor que causaba.
Ella espera que llegue el día en que él le diga que está arrepentido de todo lo que le hizo, y si busca su perdón, en ese momento ella le dará esa caricia que él pide en sus sueños.