La mejor columna política de La Laguna, por SinCensura.

El fin de semana anterior fue el deporte nacional. El presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia mañanera del jueves 22 de febrero, molesto por una investigación periodística del diario The New York Times (NYT) que retoma una indagatoria de la DEA donde señalaban vínculos de colaboradores y familiares de AMLO con el narcotráfico para financiar la campaña presidencial de 2018, exhibió el número telefónico personal de la corresponsal en México, Natalie Kitroeff, y vino la polémica. Y luego la venganza.

Al otro día, cuestionado por la periodista Jesica Zermeño, de Univisión, justificó el acto que viola el derecho que tienen todas las personas a mantener sus datos personales como privados, argumentando que "es su derecho", que “por encima de la ley está mi autoridad” y remató diciendo que "lo volvería a hacer".

"Si la periodista del NYT está muy preocupada, que cambie su número de teléfono", recomendó el presidente a la periodista estadounidense agredida.

Ni ella ni nadie tendría que cambiar su teléfono por miedo a amenazas o ataques, mucho menos estos deberían ser orquestados o alimentados desde el poder.

Tras 29 minutos de intercambio entre Jesica Zermeño y López Obrador, el presidente estalló: “Bájenle una rayita a su prepotencia”. Esos 29 minutos quizá sean los más caóticos de cuantos hayamos visto en una mañanera. El presidente se mostró molesto y autoritario:

“¿Volvería a presentar un teléfono privado de uno de nosotros?”, preguntó la periodista.

“Claro”, respondió AMLO.

“¿Qué hacemos con la ley de transparencia?”, cuestionó la periodista.

“Por encima de esa ley está mi autoridad moral y mi autoridad política”, dijo AMLO.

Ya no había más que decir. La respuesta fue tan surreal como contundente y descriptiva.

¿Cómo entender que el Jefe del Estado mexicano se rebaje a amedrentar periodistas porque no le gusta el trabajo que realizan?

En la red social “X”, antes Twitter, la cuenta de Anonymous se puso a repartir los teléfonos de la 4T, el primero fue el del hijo del presidente, José Ramón López Beltrán y luego de un montón de funcionarios.

Las candidatas presidenciales ya recibieron su dotación de mensajes de odio, incluidas amenazas a su integridad. Xóchitl a diferencia de los demás políticos, dio un golpe de altura al decidir preservar el número y compartirlo con la sociedad. Enjuició: “He decidido no cambiarlo. Entre los mensajes que he recibido critican mis kilos demás y me critican los dientes chuecos. No se preocupen: eso se quita…”. “Si aún no lo tienes, aquí se los dejo: 55 2899-1235”, agregó.

La suerte estaba echada. El reporte del NYT y de su periodista Kitroeff refiere tres fuentes que dan cuenta de una investigación —presumiblemente de la DEA— según las cuales el gobierno estadounidense archivó alegatos de que narcotraficantes habrían entregado pagos a colaboradores de AMLO durante la campaña del 2018 y aun durante la actual administración, lo que incluiría a hijos suyos.

Hablando de estrategas, los de la candidata Xóchilt se están dando cuenta de la equivocación de haber malgastado el tiempo de precampaña e intercampaña en lanzarla en contra del presidente López Obrador y dejar a su adversaria al margen de los ataques.

La candidata oficial, Claudia Sheinbaum, llega así, sin raspones al inicio de la campaña, en tanto que Xóchilt no oculta las huellas de conflictos, atropellamientos, rasguños políticos y empujones, es decir, con una imagen desgastada. Además, si algo quedó claro, es que Xóchilt no es candidata de partidos de oposición, sino de sus propios chistes. A modo de burla, el candidato presidencial de MC ya lo sentenció: “Xóchilt va a cruzazulear”.

¿Cuál será la oferta política de campaña de Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez? Al margen de lo que se ha dicho hasta ahora, en la que por ley las candidatas presidenciales tienen que hablar de manera genérica, sin precisar sus prioridades de gobierno, resultan interesantes los mensajes que se enviarán en los actos de arranque oficial de las campañas.

La oferta resumida de Sheinbaum es el continuismo del mismo modelo aplicado por López Obrador.

Lo mismo tendrá que hacer Xóchilt, quien decidió arrancar su campaña en el municipio más violento del país, Fresnillo, Zacatecas. No se necesita mucho para interpretar que el mensaje con el que arrancará la carrera será sobre la seguridad y cómo pretende enfrentar el problema.

Ahora que finalmente el Cabildo de Torreón autorizo la licencia de Felipe González Miranda para dejar la regiduría y asumir la diputación local que deja Hugo Dávila para irse como candidato a la diputación federal del Distrito 6, el nombre que se menciona como su suplente federal es Héctor Estrada Vaca.

No debió caer nada bien en el equipo de Jorge Zermeño el anuncio de que Sergio Lara será el candidato a la presidencia municipal de Torreón.

Desde el año de 1991, en que se convierte en diputado federal, Zermeño comenzó a vivir de la política, lo que le permitió regresar a la Ciudad de México para radicar en ella la mayor parte de su tiempo.

En 1996 un grupo de mujeres de clase alta, impulsadas por políticos del propio priismo que estaban enfrentados con Mariano López Mercado, quien fue destituido después de una larga pugna con el gobernador Rogelio Montemayor Seguy, lo llevaron por primera vez a la presidencia municipal.

María del Carmen Fernández era la cabeza visible y ocupó la primera regiduría, convirtiéndose en una especia de vicepresidenta municipal. Sin su consentimiento pocas decisiones se tomaban en aquel gobierno.

Terminado su periodo en la presidencia municipal se convirtió en senador de la República (2000 al 2006) durante el periodo de Vicente Fox. Radicando la mayor parte del tiempo en la Ciudad de México.

En 2006, se convierte nuevamente en diputado federal y luego es nombrado embajador de México en España. Pero antes de irse a España coloca en la nómina federal a sus tres hijos.

Cuando vuelve de España, Zermeño quiere regresar a la Ciudad de México y pide ser senador de la República, lo cual se lo niega la nueva camarilla que controlaba al panismo coahuilense, lo que le lleva a sostener un conflicto directo con Luis Fernando Salazar Fernández, el hijo de Carmiña Fernández, cabecilla visible del movimiento que había colocado a Zermeño en 1996 como presidente municipal.

En 2017, con 68 años de edad y ya en el aparente retiro, Zermeño logra regresar a la política electoral y se hace de la candidatura a la presidencia municipal de Torreón, en una coyuntura que le fue muy propicia, debido a la pésima imagen política que habían heredado los hermanos Moreira al PRI Coahuila.

Apenas en el 2015 había sido derrotado en las urnas como candidato a diputado federal por el Distrito 6, frente a un candidato de bajo perfil, José Refugio “Cuquis” Sandoval Rodríguez, en lo que parecía su retiro de la política, pero nuevamente las circunstancias le presentaban su mejor cara en 2017.

Con 70 años cumplidos, luego de la reelección de 2018, Zermeño inicia su tercer gobierno municipal, el cual termina cuando el propio Felipe Calderón se ha retirado del PAN y su camarilla se ha disuelto, para pasarse inclusive una parte de ella a Morena.

Entre 2018 y 2021, Zermeño realizó uno de los gobiernos municipales más opacos que haya habido en los últimos años.

Los hijos de Zermeño intervinieron de manera directa en el manejo de asuntos municipales, pero desde una muy cómoda posición de anonimato.

Uno de los productos que más adquirió su administración municipal durante 2018 fue pintura, tanto de tráfico como para canchas y espacios públicos. Había una especie de furor por pintar.

Desde 1994, hace 30 años, la familia Zermeño González comenzó a vivir del erario público y ahora se han convertido en cuatro familias millonarias, especialmente durante el gobierno calderonista y luego en el último gobierno municipal de Torreón. Y como dice el dicho: "Te lo digo Juan para que lo entiendas Pedro".

El clamor político que hay en las calles parece no reflejar el ánimo que hay en las redes sociales y la tranquilidad que hay en los partidos, esto previo a los arranques de las campañas en Coahuila. Nos cuentan que Miguel Riquelme y María Barbara Cepeda, la fórmula del PRI al Senado, ya tienen todo resuelto y están palomeando reuniones para que no haya ningún error o complicación en el desarrollo del proceso electoral.

Los que si andan a las carreras son los de Acción Nacional que, nos comentan, les hace falta casi todo. En el caso concreto del candidato a la diputación federal del Distrito 5, Memo Anaya, aunque muchos cercanos le han ofrecido apoyo en lo privado, se teme que en lo público no vaya a tener tanto apoyo visible y eso se traduzca en un mal inicio de campaña.

PD: todo indica que quien va a registrarse como candidato por Movimiento Ciudadano a la alcaldía de Torreón, es el comunicador Jorge Torres Bernal mejor conocido como el “Soli”, personaje polémico y exempleado municipal de la administración de Román Alberto Cepeda. Se rieron. Hicieron escarnio.

El “Soli” —como le gusta que le llamen— trabajó algunos meses en la Dirección de Desarrollo Económico junto a la titular Kena Yáñez Martínez, aquella ciudadana nuevoleonense que, en marzo del 2008, fue inhabilitada por siete años por haber dañado el patrimonio del Estado de Nuevo León.

Pero no es todo, resulta que el “Soli” fue despedido de la administración municipal por orden directa de Román Alberto Cepeda, ya que su jefa, la tal Kena Yánez, lo sorprendió infraganti fumando marihuana de manera lúdica.

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