En el año 2000, contrajeron matrimonio Daniel “N” y Ale “N”. En el tiempo en que estuvieron juntos, procrearon a tres hijas y todo transcurría de manera normal hasta que Daniel “N” se convirtió en un tipo violento, se salía de casa constantemente con el pretexto de ir a jugar fútbol, pero regresaba hasta muy tarde.
Esta situación duró hasta el año 2019, fecha en que Daniel “N” abandonó el hogar dejando a sus tres hijas con Ale “N”, y dejando éste, de aportar para la familia, sobre todo, de la hija más chica, que en ese entonces era menor de edad.
Ale “N” interpuso una demanda de divorcio, solucionando, la parte del rompimiento de los vínculos matrimoniales, hace casi cuatro meses, quedando pendiente por resolver la parte material, o sea, el estatus de la casa, que, por haberse casado por bienes mancomunados, pertenecía a ambos.
Sin embargo, Daniel “N”, sin tomar en cuenta a su ex esposa y también dueña del inmueble, al parecer vendió la casa, y, desde ese momento, comenzó un asedio constante por parte de la presunta dueña, quien se apersonó en el domicilio, mandando gente a verificar si el inmueble estaba desocupado, hasta que la situación llegó a tal punto en qué sucedieron los hechos que a continuación se narran, el día 13 de octubre.
Ese día, la hija de Ale “N”, llamó a su mamá para decirle que unas personas, acompañadas por dos patrullas de la policía municipal (que están videograbadas pues la casa tiene cámaras que fueron instaladas un mes antes de los hechos ante al asedio constante que vivía la familia), intentaban entrar por la fuerza a la casa, trasladándose inmediatamente al domicilio para saber qué estaba pasando.
En el trayecto, pudo ver a través del teléfono, en las cámaras, que uno de los individuos que estaba en la camioneta intentaba quitar el candado y, al no poder, dos policías entraron al quite para hacer el trabajo, hasta que uno de ellos sacó un llavero y, probando las llaves una por una, finalmente pudo abrir el candado, para que uno de los individuos entrara a la casa. Como se mencionó, todo está grabado por el sistema de videovigilancia con que cuenta el inmueble.
Una vez que el individuo ingresó, le siguieron cuatro policías, y dos personas más que se encontraban en la camioneta, uno de ellos, cubría su rostro para ocultar su identidad, sabiendo que estaban cometiendo un ilícito al ingresar sin sustento legal. Allí permanecieron cerca de 20 minutos.
Durante ese tiempo, el abogado que lleva el caso por parte de Ale “N” habló con el policía municipal al mando y le pidió en varias ocasiones que se retiraran del lugar, pues estaban cometiendo varios delitos: allanamiento de morada, usurpación de funciones (puesto que ellos son policías municipales y no ministeriales y que no acudieron a una emergencia sino ante el llamado de particulares), así como no presentar documento alguno que justificara legalmente el ingreso a la propiedad.
Cuando Ale “N” arribó al lugar acompañada de uno de sus familiares, solo quedaba una de las patrullas de la Dirección de Seguridad Pública a las afueras de su casa, con el número 35395, en la que se encontraban dos elementos activos de la DSPM, quienes desviaron sus funciones oficiales para apoyar un presunto acto ilícito. Asimismo, se encontraba una camioneta JEEP blanca, con placas FXT 629 D, del estado de Durango, con dos personas a bordo.
El diálogo entre los policías y Ale “N”, así como la persona de su familia que la acompañaba se tornó álgido, luego de que los uniformados fueran cuestionados acerca de las razones por las cuales se habían introducido en la vivienda sin una orden judicial. De acuerdo con el video de los hechos, del cual Sin Censura tiene copia, uno de los elementos, quien se encontraba al mando, respondió que estaban apoyando una diligencia, acto para el cual los elementos municipales no tienen facultades, pues sus funciones son únicamente preventivas, por lo que le pidieron a Ale “N” y acompañante que se dirigieran con las personas que se encontraban dentro de la camioneta.
Así lo hicieron, y al cuestionar a las dos personas el motivo de su ingreso a la vivienda de Ale “N”, contestaron que se encontraban esperando a un abogado que les entregaría una orden de desalojo de la casa, es decir, ellos mismo reconocieron (todo está grabado en video), que no tenían documento legal alguno que justificara su ingreso al inmueble, lo que constituye un delito.
Para intentar calmar la situación, uno de ellos le pidió al acompañante de Ale “N” que tomará una llamada, a lo cual se negó y al ver que los habían agarrado infraganti, emprendieron la huida, seguidos por los policías municipales.
Este hecho, es muy delicado, pues los policías, se desviaron de sus verdaderas responsabilidades, para apoyar un hecho que no les correspondía y, hacerse cómplices del delito de allanamiento de morada.
VER VIDEO DE PRUEBAS DE LA PARTICIPACION DE POLICIAS EN ACTOS ILICITOS:
https://drive.google.com/file/d/16oEGVKft1GxFbnnjv3Tl9cXCrj1a_Caf/view?usp=sharing