ESTAMOS YA EN EL último trimestre del año y para muchos sampetrinos que se dedican a la agricultura las cosas, como mencionábamos la semana pasada, no pintan muy bien, en particular, para los productores de algodón que tendrán bajas producciones y precios bajos por la paridad del peso dólar. Y también, como ya lo habíamos comentado, definitivamente no habrá ningún apoyo para salvar a los algodoneros por parte del gobierno federal y por parte del gobierno estatal tampoco porque la administración de Miguel Ángel Riquelme ya está en la etapa de ya nos vamos.
Total, que como es ya costumbre, a los que menos tienen y más se esfuerzan será a los que menos se apoya. Y en ese sentido, la tan cacareada frase de que primero los pobres en nuestro estado y municipio se topa con pared porque hasta la fecha a los hermanos candelilleros el gobierno federal de plano los tiene olvidados. La explotación de la candelilla es una de las actividades más duras y mal pagadas. Los hombres y mujeres del desierto trabajan en condiciones muy drásticas, y en lo que va del actual gobierno federal han sido de plano abandonados, también es necesario decir que muy pocas veces se les ha dado apoyo por parte del gobierno federal. La última vez que hubo un proyecto en que se trató de sacarlos de la marginación fue en los años 70´s, con aquel llamado “Plan de Ocampo”. En aquellos años, se les dio muchos recursos, pero, como en la mayoría de aquellos proyectos, no se les enseño a administrarlos y como en casi todo aquello terminó fracasando. Hoy, los candelilleros están de nuevo batallando para comercializar la cera que producen porque ahora resulta que desde los escritorios algunos burócratas han determinado que la candelilla es una planta en peligro de extinción y en estos días se está batallando para conseguir los permisos para la venta en el extranjero y, aparte, de esto los candelilleros se enfrentan como siempre contra la voracidad de los intermediarios que se aprovechan de la necesidad de la gente y pagan lo que quieren por la cera. La cosa es que estos hombres del desierto siguen abandonados por el gobierno federal, pues antes recibían algunos apoyos que el actual gobierno ya desapareció. Así que en el semi desierto coahuilense eso de que primero los pobres es puro cuento. Inclusive, es sabido que se ha pedido que en esas zonas candelilleras que se implemente el programa de Sembrando vida, y la respuesta del gran Tlatoani López Obrador ha sido negativa. Por cierto, el que quedo muy mal con los candelilleros fue el actual diputado federal Javier Borrego, quien al inicio de su primer periodo legislativo se aventó la hablada de que iba a apoyar a los candelilleros, y al final, Javier Borrego, como el amigo del caballo, ni por la silla volvió.