En la travesía de la vida nos encontramos con desafíos y obstáculos, que ponen a prueba nuestra paciencia.
Nuestra comprensión de la relación con los demás, mi perspectiva estaba anclada en la confrontación, siempre buscando discordias y defendiendo una verdad que no era cierta.
Me percibía a mí mismo y a los demás como necios, incapaces de comprenderse, ya no persigo el conflicto, prefiero comprender, empatizar y agradecer.
Esta metamorfosis ha sido una elección consciente, y un giro hacia la positividad y la armonía, he aprendido a liberarme del peso de la negatividad acumulada.
Es un residuo de las experiencias buenas o malas, ahora tengo la claridad de comprender que ser negativo es una reacción natural a lo que hemos vivido.
Podemos cambiar, crecer, además de influir en el curso de nuestra vida y en la de quienes nos rodean.
Esto me ha enseñado que la gratitud, la empatía y la paz interior son los pilares de una vida significativa y enriquecedora.