La mejor columna política de La Laguna, por SinCensura.
Este domingo 4 de junio se celebrarán las últimas elecciones locales ordinarias, previas a la enorme elección general de 2024: Presidencia de la República, Congreso de la Unión y concurrentes locales en las 32 entidades federativas.
Están en juego las gubernaturas del Estado de México y Coahuila, así como la integración del Congreso Local de este último. Pongamos estas elecciones en contexto.
En primer lugar, se trata de las únicas dos entidades del país que no han tenido ni una sola vez alternancia en el Poder Ejecutivo, desde la creación del PRI, en 1929: siempre ha gobernado el partido tricolor.
En el contexto de los últimos años, en el que prácticamente todas las gubernaturas que poseía el PRI han caído en manos de Morena, se trata de la defensa de los últimos bastiones del otrora súper poderoso partido hegemónico, que durante 60 años -hasta 1989- controló todas las gubernaturas del país.
En el caso de Coahuila, desde el inicio no se movieron las preferencias. Terminan, prácticamente como iniciaron. Nada cambió. Los debates no movieron la aguja, tampoco los mítines y recorridos. No hubo sorpresas en 60 días de campaña, y no parece que las habrá ahora que estas concluyen. Coahuila será para el PRI; y el Estado de México, o el Edomex, para Morena. Si no sucede nada extraordinario, Manolo Jiménez y Delfina Gómez serán los ganadores del domingo 4 de junio.
La encuesta de encuestas de “Polls.Mx”, marcaba aquel día que, en Coahuila el priista Manolo Jiménez tenía 47% frente a 28% del morenista Armando Guadiana; la medición coloca al priista con 20 puntos arriba.
Manolo Jiménez, aprovechó la pulverización del voto y ganará cómodamente, gracias a que el PT —que declinó hace unos días—, con Ricardo Mejía, dividió el voto en contra de Armando Guadiana. Coahuila se caracteriza por un alto desarrollo económico y por ser desde ahora la única entidad donde el PRI podrá celebrar su centenario de vida en marzo de 2029.
En la última semana previa a las elecciones a gobernador en Coahuila. Los partidos políticos que conforman la autollamada Cuarta Trasformación nos demostraron—una vez más— que la hipocresía política es lo suyo.
Se veía venir. Después de la declinación del PVEM en Coahuila, la del PT era inminente. Manuel Velasco dejó tirado en la cuneta a Lenin Pérez y Alberto Anaya abandonó a Ricardo Mejía. Las declinaciones no acercan a la victoria al candidato de Morena, Armando Guadiana, en la elección para gobernador, pero sí establecen reglas draconianas de la 4T para el 2024.
Lo sucedido en Coahuila, donde las dirigencias nacionales del PVEM y el PT, en aras de garantizar su participación en la coalición de Morena para las elecciones presidenciales del 2024, dejaron solos a sus respectivos candidatos, muestra que las agendas de las cúpulas partidistas van por un lado y las de los locales por otro, algo que sucede en la política mexicana, por lo que debemos estar atentos al resultado de la elección a gobernador para calibrar lo sucedido.
Si la idea de Morena de la mano de “ya sabes quién” es mandar el mensaje que ellos hacen lo que quieren y logran acuerdos a costa de lo que sea, el mensaje es correcto. Morena está haciendo su lucha, lo que es vergonzoso es el papel que hacen el PT y el PVEM con tal de ganar espacios.
El martes, a tan solo 5 días de la elección para elegir al próximo gobernador en Coahuila, trascendieron los rumores de que el candidato del PT, Ricardo Mejía, declinaría a favor del candidato de Morena, Armando Guadiana.
Poco antes de que se diera el anuncio oficial con los dirigentes de los partidos, salió Ricardo Mejía, a decir que él continuaba en la contienda hasta el final. Aclaró que no se bajará: “pase lo que pase, “El Tigre” sigue firme. Yo voy a estar en la boleta electoral...”. “Que nadie te confunda, el voto por “El Tigre” es un voto válido”… Ya dijo que él seguirá, aunque sea solo, deambulando por Coahuila hasta el día de la jornada electoral. La declinación a favor del candidato de Morena, deja heridas abiertas y resentimientos al alza.
Días antes, lo mismo sucedió con el PVEM. Sus dirigentes aseguraban que su candidato Lenin Pérez Rivera declinaría en favor de Morena. Pérez Rivera aseguró que él no dejaba la contienda y que, a él, la dirigencia del Verde, ni siquiera le había mandado un WhatsApp.
Hace unas semanas, la presidenta nacional del PVEM, Karen Castrejón, dijo, muy animada y convencida que su partido no iba a apoyar al morenista Armando Guadiana, porque él es un empresario taurino y carbonero, y eso no va con la ideología ambientalista del Partido Verde.
Muy poco tiempo después, la misma la dirigente nacional, Karen Castrejón, estaba diciendo junto a Mario Delgado que habían acordado brindar su respaldo al candidato de Morena al gobierno de Coahuila.
En una conferencia de prensa hace unas semanas el líder del PT y diputado federal, Alberto Anaya Gutiérrez, insistió, en que ellos no iban a declinar y que mejor invitaban a que declinara el candidato de Morena. El diputado petista hasta dijo que el candidato morenista está enfermo. Por lo que Armando Guadiana contestó diciendo que el líder del PT, Alberto Anaya, es como “Porfirio Díaz” porque lleva en su puesto desde 1990, lo cual es cierto. También, dijo que a Alberto Anaya sólo le importaban las prerrogativas. Hace unos días, ya estaba pasando esto: “agradezco mucho al Partido del Trabajo hogar de nuestro querido amigo el profesor Alberto Anaya”.
Las campañas iniciaron desde el pasado 3 de abril, desde un principio hubo ruptura en Morena, porque Ricardo Mejía no aceptó los resultados de la encuesta que daba como ganador a Armando Guadiana y decidió salirse del partido.
El PT nombró como su candidato a Ricardo Mejía y muchos en Morena enfurecieron. Mejía Berdeja culpó a Mario Delgado de acuerdos en lo oscurito y de beneficiar a otro candidato. Incluso en uno de los debates, gente cercana a Ricardo Mejía le gritaron, insultaron y culparon a Mario Delgado de la división del partido. Estas acusaciones han sido recurrentes en distintas candidaturas contra el líder morenista.
Las dirigencias del PVEM y del PT han dicho que van a apoyar a Morena, sus candidatos aseguran que continuarán hasta el final y que no declinarán a favor del candidato de Morena.
Las boletas electorales ya están impresas y los candidatos están registrados ante el Instituto Electoral de Coahuila. La realidad es que, de acuerdo con las leyes en materia electoral, no se puede proceder de forma legal, porque está fuera del periodo establecido para el registro de coaliciones, que terminó en enero de este año.
Además, debemos recordar que tal cual la figura de “declinación” o “retiro de la candidatura” no existe en la legislación electoral vigente, por lo que se considera a esta figura como únicamente de carácter mediático, ya que cuando un candidato o un partido declina a favor de otro, lo que se hace únicamente es renunciar a la contienda, pero no significa una alianza formal o la transferencia automática de votos.
Muchas de las boletas incluso ya han sido entregadas a las oficinas locales del Instituto Electoral de Coahuila, y en ellas aparecerán los nombres de Lenin Pérez y Ricardo Mejía, como candidatos, lo que en realidad generará confusión para los votantes, porque para que esos votos del PVEM y del PT en realidad sumen a favor de Armando Guadiana, los votantes estarían obligados a tachar la boleta en la casilla donde está Morena.
Además, la estrategia podría tener consecuencias para el PVEM y el PT a nivel local, pues al pedir el voto para Morena podría ocasionar que de forma individual no alcancen el mínimo porcentaje de sufragios que indica la ley, poniendo en riesgo su registro local
El artículo 41 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos indica que los partidos políticos nacionales podrían perder el registro si no obtienen, al menos, el 3% del total de la votación válida.
¿Qué negociaron los dirigentes del PT y Verde para acceder a declinar a favor del candidato de Morena? Nos sabemos todo lo que se pactó, lo cierto es que, entre tantas cosas, se puso en juego la alianza de ir juntos en el 2024.
Sobre todo, para el PT, romper esta alianza significaría poder perder el registro. Y con el registro llegan las prerrogativas, es decir el dinero, que parece ser que es lo que importa y otros beneficios al momento de la repartición de escaños, curules y otros cargos para el próximo año.
La elección de Coahuila, todavía en curso, ya dejó lecciones a todos los partidos políticos, pero particularmente a la coalición gobernante y a los aspirantes a relevar al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Los llamados que en los últimos días habían realizado públicamente Mario Delgado; el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández; la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y el propio presidente López Obrador para que los candidatos de sus aliados declinen en favor del morenista Armando Guadiana han sido infructuosos.
Es evidente que el gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís operó su sucesión con éxito, tanto por el nivel aprobatorio de su gobierno, como por el apuntalamiento que hizo de Manolo Jiménez, quien fue su secretario de Inclusión y Desarrollo Social, logrando unidad en torno a su postulación en el PRI —el primero que se apunto fue el diputado federal Jericó Abramo Masso—, pero también con Acción Nacional, partido adversario histórico de los priistas, que se desploma al 4to lugar.
La otra lección, que resulta fundamental, es que el candidato debe contar con historia y capacidades políticas propias. En el caso del priista, ex alcalde de Saltillo, consiguió proyectar una oferta de continuidad a su estilo y supo hacer una gran campaña, aprendiendo pronto a defenderse de los embates de Ricardo Mejía.
Aunque el factor más relevante en la práctica fue el azar, es decir, la suerte de que el ex funcionario federal se inconformara con los resultados de la encuesta interna de Morena que benefició al senador Armando Guadiana, ahora con licencia. Y que, adicionalmente, la dirigencia del PT aceptara postularlo, pese a la disciplina y lealtad que legislativamente le han guardado al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Y esa es otra lección para los aliados de la 4T: candidatos con agallas y talento político para jugársela, como Ricardo Mejía y Lenin Pérez, hijo del fundador del STUNAM, Evaristo Pérez Arreola (†) —a quien le importa retener el registro de su partido local, la UDC—, no resultan suficientes cuando se trata de ganar frente a los aparatos electorales del partido en el poder y de la oposición. Esta moraleja también habrá de calar en los precandidatos de Morena que quieran irse por la libre.
El presidente también se metió, hasta el fondo, en la campaña de Coahuila, al lanzarse a la yugular del candidato del PT al gobierno del estado —por restarle posibilidades de triunfo a Morena— cuando desconoció al disidente Ricardo Mejía y lo llamó deshonesto luego de ser subsecretario de Seguridad estrella de sus matutinas: “…yo no tengo relación con Ricardo Mejía. No tengo relación. Aquí estaba con nosotros y se fue sin decir adiós…”.
Finalmente, el jefe del Ejecutivo decidió intervenir en las elecciones, está dolido porque el exsubsecretario de Seguridad se salió del huacal y a estas alturas ya no hay manera de regresarlo. El enojo debe ser inmenso. No hacerse del industrial Coahuila, como marcaban las encuestas, debe ser asunto mayor para el presidente de la República porque quiere al país entero. ¡Cero oposición!
Lo ha dicho en sus conferencias de prensa y por eso convoca a arrasar en 2024 para consumar el aniquilamiento de los contrapesos del Poder Ejecutivo, en especial el Judicial y la Corte presidida por la ministra Norma Piña.
¿Qué sigue para el gobernador Miguel Riquelme? Lo único que podría descarrilar la campaña de Manolo Jiménez rumbo a la gubernatura de Coahuila es el exceso de confianza. Hay que sudar la camiseta hasta el último minuto. Esto no se acaba hasta que se acaba.
La campaña de los partidos que respaldan a Manolo Jiménez ha sido de librito, sin sobresaltos y las maquinarias priistas y panistas de la entidad están listas para el cierre.
Ya circulan comentarios sobre qué sigue para el gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís. Si se confirma el triunfo tricolor, Riquelme Solís se integrará de manera automática al elenco para el 2024. Lo sabremos el domingo próximo.
El próximo 4 de junio habrá conteos rápidos en el Estado de México y Coahuila, lo que permitirá conocer las tendencias de votación con una alta confiabilidad, será la prueba del ácido para el nuevo consejero presidente del IEC, Rodrigo Paredes Lozano.
En el estado, las fuerzas de seguridad local, el Ejército mexicano y la Guardia Nacional se declararon listos para brindar seguridad a los ciudadanos en la jornada del próximo domingo.
Las plazas centrales serán Torreón, Saltillo y Piedras Negras, en las que incluso se desplegarán helicópteros que, se dice, se usarán para detectar cualquier intento de irrupción de grupos desde los estados vecinos. La idea es que todos los ciudadanos puedan acudir a votar sin problemas.
No se les olvide que el voto esta es una herramienta de los ciudadanos para poder elegir y exigir, esto es un derecho, hagámoslo valer… ¡Vamos a votar por el futuro de Coahuila, todas y todos a votar el domingo 4 de junio!
Como siempre es un placer, nos leemos en la próxima… ¡no olvides compartirla!