Está librándose una batalla entre un grupo conformado por asociaciones nacionales de padres de familia de colegios particulares y la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito, y la Secretaría de Educación Pública, por el contenido de los libros para el ciclo escolar 2023-2024, cuya impresión se ha estado viendo amenazada por los amparos promovidos por dichas asociaciones.
Afortunadamente, algunos Magistrados, conscientes de la importancia de la educación para el país, han revocado suspensiones de amparo concedidas por juezas encerradas en sus torres de marfil inconscientes de que gracias a esos libros de texto gratuitos pudieron estudiar primaria y secundaria; a no ser que desde entonces hayan estudiado en el extranjero.
Por lo que ya sin esas “chicanas”, en el Poder Judicial Federal, los educandos contarán con sus libros de texto gratuitos para sus clases de este año lectivo escolar 2023-2024.
Los reaccionarios, los conservadores, los que no quieren que continúe el devenir histórico de México, siempre se han opuesto a los libros de texto gratuitos desde su creación en 1959 por el Presidente Adolfo López Mateos; habiendo sido su mejor abanderado el Partido Acción Nacional; que se oponía no solo al enfoque progresista de los contenidos de los libros de texto gratuitos, sino también a que los imprimiera y los regalara el Estado.
A nosotros todavía nos tocó estudiar con libros hechos por editoriales privadas, que teníamos que comprar; recordando de Primaria entre otros los libros Poco a Poco, y Nueva Senda; de Secundaria libros como El Hombre y La Sociedad, El Hombre y La Economía y El Hombre y El Derecho, de Benito Solís Luna; La Revolución Mexicana, de José Mancisidor; Biología de Enrique Beltrán, y otros.
Los libros de texto gratuitos son obligatorios en todas las escuelas y colegios, ya sean públicos o privados, atendiendo al mandato de la gratuidad de la educación, como un derecho humano garantizado en el 3° Constitucional.
Que malo que algunas asociaciones de padres de familia de colegios particulares, están actuando en contra de los libros de texto gratuitos; pues están obstaculizando la impresión normal de los mismos y su oportuna entrega a los alumnos, entre ellos a sus propios hijos.
Pero más malo es todavía que los padres de familia de los millones de alumnos que no tienen dinero para comprar sus libros, no se organicen y defiendan con todo por todos los medios y públicamente a los libros de texto gratuitos.
Por eso las clases más desvalidas siempre resultan perjudicadas.