Arrancamos… La distribución inequitativa del agua a nivel problema complejo, agudizado, sobre todo, por el acaparamiento realizado en mayor medida por parte de los sectores empresariales, de la industria privada, en detrimento de la población. La Comisión Económica para América Latina (Cepal) destaca que en relación con los planes y metas de los países de Latinoamérica, varios de ellos "presentan coberturas nominales altas o inclusive aspiran a lograr la universalidad de los servicios en los próximos años. Sin embargo, es probable que algunos de ellos no alcancen los Objetivos de Desarrollo Sostenible en el acceso al agua potable". En días recientes se ha puesto de relieve que el abastecimiento del agua en México afronta diferentes problemáticas, que van desde la sobreexplotación de los mantos acuíferos, los problemas en la red de distribución, la contaminación y la falta de un control sobre las concesiones, sin dejar de lado la parte agrícola. Por lo tanto, es fundamental que gobierno y sociedad en su conjunto elaboren estrategias de planeación para su distribución y uso correcto en beneficio de la mayoría de los sectores de la población. Cabe destacar, que las prácticas privatizadoras del actual sistema capitalista y la falta de políticas públicas ha sido aprovechado por mercenarios con el fin de enriquecerse ilícitamente y con prácticas dañinas tanto para el medio ambiente como para la población. Sin duda, el crecimiento industrial representa uno de los factores importantes en el aumento de los requerimientos de agua en las últimas décadas. Pero también la competencia entre los usos urbanos y agrícolas ha propiciado la construcción de grandes obras hidráulicas para el abastecimiento de este recurso no renovable. Sin embargo, los objetivos primordiales de abasto a la sociedad no han sido posibles, debido a viejas prácticas enquistadas por los gobiernos neoliberales de favorecer los intereses de los sectores industriales y a una concentración de la población en las grandes ciudades de nuestro país que demandan el "oro líquido", provocando sobreexplotación y contaminación de los mantos acuíferos. Para equilibrar el reparto, se debe tomar en cuenta la declaración por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que desde julio de 2010 reconoció como derecho humano el acceso al agua. En esta resolución se establece que cada persona debe tener acceso a una cantidad de entre cincuenta y cien litros por día para cubrir sus necesidades domésticas y personales. MI VERDAD.- Si no hay servicios de agua y saneamiento, o si estos son insuficientes o están gestionados de forma inapropiada, la población estará expuesta a riesgos constantes de salud, mermando además el desarrollo sostenible de la economía de cualquier nación.