“En gran parte, la
salud es desearla”
Fernando de Rosas
De manera repentina enfermó el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, el último domingo 23 de abril, cuando estaba de visita oficial en Mérida, Yucatán, y casi de inmediato se despiertan las especulaciones en torno a su estado de salud, pero en especial de parte de quienes repudian al Ejecutivo Federal, pues no hubo un comunicado oficial inmediato que diera cuenta de lo que le hubiera ocurrido.
Con todo y ello, sus seguidores se manifestaron a favor de una pronta salud, en cambio en las redes sociales y en corrillos políticos, las fobias de sus detractores fueron expresadas todas ellas en sentido negativo, y sin consignar la fuente, señalaron en el mismo tenor: “Dicen que sufrió un severo infarto cardiaco… “Supimos que tuvo un derrame cerebral… “Se asegura que fue internado en el Hospital Militar de la CDMX, en cuidados intensivos” e incluso se dieron juicios con expresiones de odio, tales como lo siguiente, “Ojalá y se muera por el bien de México”, así como otras por mismo estilo.
Algunos medios de comunicación, faltando a toda ética periodística, reprodujeron la versión de que AMLO había dejado de existir, a partir de la información inicialmente publicada en “El Diario de Yucatán”, en el sentido de que el Ejecutivo Federal había sufrido un infarto cardiaco cuando estaba en una reunión en la ciudad de Mérida, desatando así una serie de rumores sobre lo sucedido al Ejecutivo Federal.
Transcurrieron varias horas antes de que el titular de la Secretaría de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, informara que el Presidente se encontraba en buen estado de salud, después de que el domingo había sufrido un “váguido” (la palabra correcta es vahído, según el diccionario de la Real Academia Española, que significa “turbación breve del sentido por alguna indisposición”), a causa del Covid.
Sin embargo, el clima de odio ya había prendido como una mecha que debía estallar como algo inevitable, tanto por parte de comunicadores profesionales como en redes sociales, mediante una hilera de suposiciones infundadas y malquerencias, producto de la polarización provocada tanto por seguidores y contrarios a la política de López Obrador.
Finalmente apareció el Presidente de la República en un video, la tarde del miércoles siguiente, que tuvo difusión en Internet durante 18 minutos, expresando al comienzo el Ejecutivo Federal con ironía: “Muerto que vos matáis, goza de cabal salud”. También dijo estar enterado de “una serie de supuestos y más supuestos”, que incluso habían pedido una prueba de vida, misma que ahora se las daba en ese comunicado.
Recordó que varias veces lo han dado por muerto durante su paso por la política, asegurando: “Estoy bien y de buenas, a pesar de existir gente de malas entrañas, faltos de amor al prójimo”. Confirmó haberse sentido mal el domingo anterior, pero sin mayores consecuencias, salvo el decaimiento que sufrió a causa del Covid, pero que estaba en franca recuperación, y que volvería a sus actividades próximamente, añadiendo que estaba trabajando en los discursos que pronunciaría el 1 y 5 de mayo con motivo del “Día del Trabajo” y el aniversario de la Batalla de Puebla.
Agregó algunas palabras para sus detractores, como “no me importa su pobreza espiritual y su malquerencia, pues están vacíos por dentro”, añadiendo que seguirá adelante hasta el fin de su mandato.
En un programa de comentarios sobre la vida nacional, uno o dos días después, se entrevistó al Dr. Héctor Frisbie, urgenciólogo, con especialidad en salud pública, para tomar su parecer en torno al problema de salud que sufrió AMLO, afirmando que seguramente fue causa de la deshidratación, “pues nunca lo he visto estar tomando agua cuando está frente al público y en su programa diario por las mañanas frente a periodistas”, lo que aunado a una baja presión arterial y el Covid, le causó un desvanecimiento. Pero no es nada grave o de consecuencias, si guarda reposo.”
“Debo suponer que fue tratado con suero fisiológico, vía intravenosa, y con cinco días de reposo de sus actividades, podrá volver a sus actividades cotidianas”, tal como ocurrió el viernes siguiente al encabezar nuevamente su programa matutino en Palacio Nacional.