MEJÍA, UNA PESADILLA PARA GUADIANA
En la elección de Coahuila, la competencia, pareciera que es entre dos fuerzas políticas: La Alianza PRI, PAN y PRD y Morena. ¿Por qué digo esto? Porque Lenin Pérez, con su UDC, en alianza con el Partido Verde, más que competencia, tienen una participación testimonial en la competencia; mientras, el desquiciado, “sostenes” Mejía Berdeja, más que una auténtica oposición, ha sido un boicoteador y una piedra en el zapato para Morena y su candidato, en vez de ser una opción real política en la contienda.
Fiel a su traicionera forma de ser, se ha encargado de atacar, descalificar y boicotear a Morena y a su ex correligionario, Armando Guadiana, con un claro propósito de venganza.
Los intentos de “sostenes” Mejía por descarrilar la candidatura del folclórico candidato de Morena, no solo han resultado infructuosos, sino además, grotescos.
Lejos de centrarse y concentrarse en el enemigo común a vencer, pareciera que, su sub consciente lo traiciona, pues, la semana pasada, dijo: “NO ME VAN A LLEGAR AL PRECIO” y, como se dice en el argot político: “explicación no pedida, acusación manifiesta”.
No solo es insistente, sino, rabiosa la campaña que “sostenes” Mejía, ha emprendido contra Morena y su candidato.
La semana pasada, en un acto político en Piedras Negras, presidido por el líder de Morena, Mario Delgado, en pleno discurso, una señora, se subió al templete y quiso arrebatarle el micrófono a Mario Delgado y tras varios intentos, con la intervención del equipo de campaña, fue bajada del templete, no sin antes sacar de su bolsa (con el logo de Morena), una pancarta con el rostro de “sostenes” Mejía y proferir palabras altisonantes contra Delgado y Guadiana.
Se supo, que la mujer procedía de Torreón y, comentaron quienes la conocían, que ha querido, en varias ocasiones, ser candidata a diputada, sin lograrlo. Su nombre, aseguraron, es la Doctora Lilia Mosqueira.
A ese nivel ha llegado el pleito entre “sostenes” Mejía y Guadiana-Morena.
Lo cierto es que Manolo Jiménez, después de los debates, se colocó en primerísimo lugar, según las encuestas, de tal forma, que si hubiera una declinación de “sostenes” Mejía y Lenin Pérez a favor de Guadiana, a lo más que llegarían, los tres juntos, sería, a un empate técnico.
Así de trágica es la situación para la oposición.
Esto se traduce en una derrota importante para Morena y la supervivencia para los partidos morralla, como el PT y la UDC-PVEM.
MIENTRAS TANTO EN TORRESMOCHAS...
Resulta que el flamante director de Seguridad Pública, César Antonio Paredes, además de ineficiente, es un ignorante. ¡Ah! Pero aparte, ¡lo presume!
Resulta que el individuo de marras, no sabe lo que en el medio jurídico, significa la “Legítima Defensa”. Cuando, por lo regular, una persona con un nivel aceptable de educación, lo entiende perfectamente, pues, es un término muy común, y se aplica, cuando una persona se siente agredida de muerte, ésta reacciona y como puede y con lo que tiene, se defiende, pudiendo provocar la muerte de su agresor, por lo que la Ley, protege al primero, argumentando legítima defensa; o, es el caso, también, de un ladrón que es encontrado dentro de un domicilio que no es de él y, al verse descubierto, trata de agredir al propietario para huir y, éste último, no tiene más opción que defenderse con lo que tenga a la mano y como pueda, entonces, si el ladrón resulta lesionado o muerto en el hecho, el ofendido puede apelar a la legítima defensa para no ser detenido. Pues bien. Resulta que para el flamante Jefe de la Policía de Torreón, al ladrón, no se le puede ni despeinar, pues, si el ciudadano agredido llega a lesionar o matar al potencial ladrón, debe ser arrestado y procesado como un delincuente. ¿Cómo la ven? ¿Será por eso, que, últimamente, los tránsitos han estado haciendo funciones de policías?
Mientras que la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Coahuila, dejó en claro que: “todas las personas tienen derecho a una legítima defensa”, como lo explicó en su momento, el abogado litigante, Sergio Karim Castruita Zapata
“Todas las personas tienen derecho a una legítima defensa, y esa legítima defensa tiene ciertas características: que sea proporcional a la agresión que se puede recibir, que sea real, y que sea inminente, es decir, que no es lo mismo que alguien se quiera brincar la barda a que ya se la haya brincado, como tampoco es lo mismo que se haya brincado la barda, a que se haya introducido al domicilio”, (El Siglo de Torreón).