Fue colmado de elogios y condecorado por las autoridades. Pero Chuy Toño era considerado policía de la vieja escuela. Se le acusó de haber protegido a “narcos”, pero finalmente fue absuelto de esa acusación. Lo demostró con documentos cuando regresó a hacerse cargo de la desaparecida Policía Ministerial del Estado de Sinaloa en el sexenio de Malova. Luego de haber sido hospitalizado por presentar Covid-19, el ex jefe de la PME en los sexenios de Juan Millán y Mario López Valdez murió en una cama del Hospital General de Mazatlán. Chuy Toño fue director de la PME primero en el sexenio de Juan Millán (1999-2005) y posteriormente, tras haber salido por la puerta chica luego del asesinado del narcotraficante Rodolfo Carrillo Fuentes en la Plaza Cinépolis en Culiacán. Fue perseguido por la PGR una vez que se le libró una orden de aprehensión por los delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita. En las sombras peleó en los tribunales durante todo el sexenio de Jesús Aguilar Padilla, de 2006 al 2011, en que ganó Malova la gubernatura y lo invitó a incorporarse a la jefatura de la corporación policiaca. Durante su gestión fue señalado de que sus agentes cometían excesos, como torturas, las cuales fueron documentadas por la Comisión Estatal de Derechos Humanos, que emitió varias recomendaciones que el ex mando se negó a aceptar. También se le llegó a señalar de apoyar a un sector del crimen organizado, como lo hiciera en 2005. De hecho, su nombre salió a relucir en el juicio del Chapo Guzmán en enero de 2019, en una carta donde el jefe del Cártel de Sinaloa le decía a Dámaso López Núñez que acudiera a Chuy Toño por ayuda. El Vicentillo también aseguró que el ex jefe policiaco trabajó con “El Mayo” Zambada. Por lo que se sabe, por estas últimas acusaciones no fue investigado. Chuy Toño era oriundo de Escuinapa. Hijo de un agente de Tránsito. Todo policía que trabajó bajo su mando conocía que “El Jefe Chuy Toño” era muy disciplinado. Que era un perro investigando… De ahí que los “gringos” de la DEA le apodaran “pit-bull” porque no soltaba a la presa. Siempre fue visto como un buen padre de familia. Se preocupaba mucho porque sus hijos tuvieran estudios. Su última etapa estuvo como encargado de la Seguridad de la familia Toledo, de Mazatlán. Haciendo un poco de historia, Chuy Toño encabezó el operativo en Mazatlán donde le dieron muerte a Ramón Arellano. De ahí que los hermanos identificados como “Los Aretes” le pusieron “una crucecita”. Incluso se rumoraba que habían mandado gente a Culiacán para darle muerte en cualquier crucero que se encontrara el policía. También tenía una memoria privilegiada para ubicar nombres, voces y rostros de delincuentes… Los secuestradores eran su plato fuerte. Lo conocí en persona en muchos aspectos y su peculiar tono de voz vivirá siempre en mi memoria. A todos nos llega la hora y la historia nos pone a cada uno en su lugar. Al tiempo…