Somos como las olas del mar, a veces estamos quietos, pero también nos convertirá una tempestad o en una total furia.
Somos empujados por el viento que nos sacudirá nuestra estabilidad emocional, a veces no sabemos qué hacer; sin embargo, uno trata de decir que las cosas aparentemente están bien.
Hay algo que debemos de entender, que la vida no se mueve en una misma dirección, por eso la vida es como las olas del mar, cuando aparenta estar tranquila y pasiva, pero no siempre suele ser siempre así.
Si uno se imagina que va en una balsa, que lo primero que debemos de hacer, es agarrarse muy bien para no caerse.
Pero cuando uno es débil, realmente piensa que va a caer cuando los demás te dicen tus debilidades o de que pie cojeas, es cuando más desconfías de ti mismo.
Hay que fortalecer nuestra confianza en uno mismo, creer en vencer en todas las dificultades que veas venir.
La vida es como las olas del mar, unas vienen y otras van, vienen olas grandes que nos pueden derribar. Todas las cosas importantes de la vida son como las olas del mar, todas iguales, pero diferentes, pero algunas veces nos gusta ir en contra.