ROMÁN –SE ENREDA- PERDÓN, CEPEDA, EL SEÑOR FEUDAL
Nunca se ubiera atrevido. El Rector de la Universidad Iberoamericana, Juan Luis Hernádez, tratando de aportar una opinión científica sobre la disposición de la autoridad del Municipio (léase –se enreda- perdón, Cepeda), sobre el retiro del polarizado de los vidrios de los vehículos, con fundamento en estudios científicos, recibió del alcalde, una respuesta primitiva: “La autoridad soy yo”. Ante dicha respuesta del ignorante alcalde, el Rector de la Ibero, comentó, “...que en las sociedades democráticas, las instituciones educativas, las cámaras empresariales y la sociedad civil tienen una propuesta y una palabra sobre los problemas públicos, lo cual resulta positivo para los gobiernos” (El Siglo de Torreón).
“...La Ibero Torreón considera que uno de los problemas que no ha tenido atención estructural es el cáncer de piel, provocados por los altos índices de radiación solar en la Laguna... Hernández Avendaño, recordó que la Universidad cuenta con una Torre de medición solar”. Por lo que “nosotros queremos aprovechar esa medición... para, en un principio, avisar a la población cuándo exponerse y cuándo no exponerse al sol, pero que también creemos que la salud en torno al cáncer de la piel, pues también tiene que cuidarse y también tiene que atenderse”.
“Evidentemente, nosotros lo que deseamos siempre es hacer propuestas con respeto, mucho respeto, siempre a los tomadores de decisiones públicas derivado de la ciencia...”
“...Esperamos, insisto, la Ibero ha hecho y hará propuestas en materia de política pública cuando creamos que hay ciencia detrás, cuando estemos claros que es un problema público y siempre lo haremos con respeto y siempre visualizando el bien común” ¡Zaz! Culebra. Cachetada con guante blanco al ignorante y farsante alcaldito, Román –se enreda- perdón, Cepeda, que se comportó de manera autoritaria, grosera y petulante.
Y eso que “...el 4 de Marzo de 2022, se hizo la presentación y entrega del libro “Ciudad Posible” Diagnósticos y propuestas de la Universidad Iberoamericana de Torreón 2022-2024, que encabeza Román Cepeda”.
“El ejemplar nació con el propósito de que la institución educativa sumara su conocimiento, investigación y proyección social para las nuevas autoridades tuvieran no solo buenos diagnósticos de las problemáticas más acuciantes de la región sino propuestas concretas que pudieran derivar en cursos de acción y políticas públicas para el bien común”. Por cierto, “...en este evento, estuvo presente el alcalde y uno de los acuerdos que se firmaron fue precisamente el de intercambio de información relativa al índice de radiación solar, así como la coordinación y colaboración en acciones para su registro, publicación y difusión”.
Y es que, un gobierno que tiene sensibilidad, espera, ¡NO!, desea, más participaciones como la de la Ibero.
Pero no, -se enreda- perdón, Cepeda, cree que está en la Edad Media, como si Torreón fuera una ciudad amurallada y que los ciudadanos son sus súbditos, que las medidas que se adopten, sean obedecidas sin chistar.
Solo falta que promulgue el derecho de “pernada”*
Es cierto y mucho se ha hablado de las desventajas de permitir los vidrios polarizados, ¡pero hay niveles! Cosa que a –se enreda- perdón, Cepeda, le vale madre. Ni una chispa de tolerancia, ni un astibo de querer dialogar. ¡Aquí, yo soy la autoridad! ¡Como si realmente lo fuera!
Lo bueno de todo esto, es que “...la Comisión de Saludo del Cabildo declaró que analizaría la propuesta de la Ibero, junto con la Comisión de Gobernación y especialistas en la materia.
El séptimo regidor, y presidente de dicha comisión, José Manuel Riverol Duarte, dijo que están receptivos a todo tipo de investigaciones, pues estaban convencidos de que la radiación solar no es inofensiva”
*Los señores feudales, en la Edad Media, solían hacer uso de la costumbre de acostarse con las mujeres de sus súbditos la noche de bodas de estos. Con ello conseguían demostrar quiénes eran los que mandaban de la forma más cruel y violenta. Es lo que se denominaba derecho de pernada o derecho a la primera noche.
Esta práctica, fue publicada y viene rubricado por Fernando el Católico, que acabó con todos los demás malos usos señoriales al firmarlo en 1486.