La mejor columna política de La Laguna, por SinCensura.
Un día sí y otro también en este naciente 2023, la vida política del país apunta y gira alrededor de la elección de gobernadores del Estado de México y Coahuila. Los comicios se están acercando. El domingo 1° de enero de 2023, el Consejo General del Instituto Electoral de Coahuila (IEC) inauguró el proceso electoral 2023. Este proceso electoral culminará con las elecciones que se celebrarán el próximo 4 de junio de 2023, cuando la población coahuilense buscará renovar la gubernatura de la entidad, así como también el Congreso local.
Actualmente, el PRI es quien gobierna Coahuila, mediante la administración de Miguel Ángel Riquelme Solís, que es gobernador de la entidad desde 2017. La importancia de este estado recae en que su población ronda en aproximadamente 3 millones 146 mil 771 habitantes, y también cuenta con 2 millones 286 mil 353 personas en la lista nominal, lo que representa el 2.45% para México.
El estado de Coahuila cuenta con 38 ayuntamientos, de los cuales 25 están encabezados por un gobierno del PRI; seguido de 8 de Morena; 4 del PAN; y un ayuntamiento del Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
En este proceso electoral están en juego la gubernatura de Coahuila y la renovación del Congreso local, en donde se elegirán a 16 diputados por representación proporcional y otros 9 más serán por la vía plurinominal.
Los aspirantes de todas las fuerzas políticas que buscan ser candidatos o candidatas a la gubernatura, al igual que las personas que estén interesadas en buscar una diputación local, debieron renunciar a sus respectivos cargos antes del sábado 14 de enero del 2023, cuando se iniciaron las precampañas en el estado las cuales culminan el próximo 12 de febrero.
¿Quiénes son los aspirantes a la gubernatura? Por la alianza “Va Por México” (PAN-PRI-PRD) el hasta hace unos días secretario de Inclusión y Desarrollo Social y expresidente municipal de Saltillo Manolo Jiménez Salinas, de 38 años; por Morena el senador con licencia y empresario minero Santana Armando Guadiana Tijerina, de 76 años; por el PT el exsubsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana del gobierno federal y exdiputado Ricardo Sóstenes Mejía Berdeja, de 54 años; y por el PVEM y el partido local Unidad Democrática de Coahuila (UDC) el presidente de éste y exdiputado Evaristo Lenin Pérez Rivera, de 56 años.
Sin embargo, todas las encuestas que miden escenarios con careos señalan a Manolo Jiménez Salinas como el mejor percibido y con mayor preferencia para contender por la gubernatura. A reserva de que lo previsible se convierta en hecho, los meses por venir tendrán un tinte eminentemente electoral en el estado de
Coahuila.
Cabe mencionar que, además de los programas federales, en Coahuila, a nivel local, la administración opera el programa “Mejora Coahuila”, con unos 410 mil beneficiarios, y la tarjeta “La Mera Mera”, en apoyo de 400 mil familias.
Y al grito de “las encuestas no son la Biblia”, Ricardo Mejía Berdeja abandonó Morena para ser postulado por el PT. Destapar al senador Armando Guadiana Tijerina como candidato único de Morena a la gubernatura de Coahuila, le significo un duro golpe a Mejía Berdeja.
El viernes 13 de enero, Ricardo Mejía Berdeja, exsubsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana del gobierno federal, anunció su intención de contender por la gubernatura de Coahuila con el Partido del Trabajo.
Lo hizo apenas unas horas después de presentarle su renuncia al presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien le mandó una carta y palabras más, palabras menos, le dijo: “me llevo mis canicas, yo así ya no juego”.
Es por ello por lo que, luego de los regaños presidenciales para que aceptaran los resultados del método de encuestas con los que Morena elige a sus candidatos, Mejía Berdeja decidió mejor renunciar y prefirió arroparse con los del PT, esto a pesar de que el pasado 15 de diciembre, el propio presidente en su conferencia mañanera, aseguró que permanecería en el cargo y hasta lo elogió diciendo: “es un ejemplo Ricardo”.
Según dijo el exsubsecretario, lo hacía en pleno ejercicio de sus derechos políticos y con “agradecimiento” al presidente López Obrador. Pero, olvidó el documento que había firmado el propio Mejía, en el que se comprometía —de principio a fin— a aceptar los resultados del método de las encuestas de Morena, ganara quien ganara.
El 17 de noviembre del 2022, signó el documento llamado “Carta compromiso con los principios de la Cuarta Transformación y conformidad con el proceso interno”, el cual consta de dos hojas en el que claramente se lee: “manifiesto que me adhiero a los documentos básicos de Morena y asumo el compromiso de cumplir con los mismos. Comprendo y acepto el contenido de los Estatutos sobre los procesos internos de la organización, en particular, de lo relativo a las características vinculantes de quienes aspiren a un cargo interno”.
Además, el documento de la Comisión Nacional de Elecciones del partido señala lo siguiente: “tengo pleno conocimiento y he comprendido con claridad los alcances de los métodos de designación, sus bases, metodologías y criterios, así como su ponderación, armonización, ajustes de género y las facultades en la materia del partido y de esta Comisión conforme a la estrategia política y de organización de Morena”. “Firma bajo protesta de decir verdad: Ricardo Mejía Berdeja”.
El asunto, querido lector/a, es que, al no ser favorecido por las encuestas, el exsubsecretario denunció que le estaban jugando cubano —como diría el célebre trovador cubano Silvio Rodríguez— y como dicen en el barrio: “se abrió de capa” o como decimos en la polaca: “aplicó la de Camacho Solís” e hizo su berrinche.
Por lo pronto, el PRI y el gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme, ya se frotan las manos para aprovecharse de esta división entre los aspirantes y entre los votos de la llamada Cuarta Transformación.
Morena figuraba en la segunda posición, debajo de la alianza “Va por México” (PRI-PAN-PRD) en la carrera por la gubernatura de Coahuila, aún antes de la rebelión del exsubsecretario de Seguridad, Ricardo Mejía Berdeja.
La negativa del exfuncionario —otrora considerado el favorito de Palacio Nacional— de aceptar su derrota en una encuesta que consideró “amañada’’, resquebraja la unidad forzada en el partido presidencial y abre la puerta a cualquier cantidad de especulaciones.
La primera es si mantendrá su rebeldía en las próximas semanas o simplemente su pretendida candidatura apoyado por el PT es una maniobra para forzar una negociación con Armando Guadiana y Mario Delgado.
El presidente López Obrador hizo un llamado, casi forzado, a la disciplina partidista, que pudo haber frenado esa candidatura y no lo hizo.
La segunda es si, una vez desechado por Morena y sabiendo que la candidatura por el PT sólo será testimonial, Mejía Berdeja negoció con la oposición a cambio de debilitar al partido presidencial.
La especulación es bastante arriesgada porque el PT no se movería sin el permiso explícito del presidente López Obrador. Ni siquiera puede pensarse como una venganza por el hecho de que, en la mal llamada Reforma Electoral, Morena haya aceptado eliminar a los mini partidos seguir pegados a la ubre presupuestal.
La tercera posibilidad es que Mejía Berdeja se haya llenado de compromisos con grupos que financiaron su precampaña y ahora, quiera o no, deberá competir por la gubernatura sabiendo que es un lance perdido.
El desprendimiento de Ricardo Mejía y su postulación por el PT, para buscar la gubernatura, así como la cercanía del senador Armando Guadiana con los Moreira y el PRI, hacen prever al presidente López Obrador y a Mario Delgado que llegarán a una contienda con franca desventaja y sólo un milagro podría salvarlos de la derrota en Coahuila.
Por eso, de lo perdido buscarán recuperar lo que más se pueda, razón por la que buscarán construir una alianza estratégica con el priísta Manolo Jiménez, favorito de las encuestas, para que no elimine de un plumazo los proyectos que inició el presidente Andrés Manuel López Obrador, como el denominado proyecto presidencial “Agua Saludable para la Laguna”.
Ricardo Mejía Berdeja quiso jugar a la rebelión en las ligas superiores y salió del gobierno y del ánimo presidencial como un “traidor”, perdió. El exsubsecretario de Seguridad Pública no pudo exhibir capital político mayor y en consecuencia tampoco resistió presiones y ambiciones. Demostró que no está preparado para un cargo popular, no tiene la mano izquierda.
Y hablando de casos tristes, ni el exalcalde de Torreón Jorge Luis Morán Delgado, ni el expriista y diputado federal Shamir Fernández Hernández, ni el expanista y diputado local Rodolfo Walss Aurioles, ni el exregidor y exdirigente del albiazul Alberto Rosales Arcaute,y otro más, prefirieron desmarcarse de Ricardo Mejia Berdeja, de quien vitoreaban a los cuatros vientos como el futuro gobernador de Coahuila, abandonaron el barco o simplemente como dicen en los barrios de Torreón: “huyeron como las mejores”.
Ahora como petista arrastrará algunos seguidores de los llamados “berdejos”, pero las cartas están echadas, el priísta Manolo Jiménez parte con ventaja de dos dígitos para la elección de junio. Se repite la historia: disciplina en el PRI; desmadre en Morena. Es un triunfo irreversible para el gobernador Miguel Riquelme Solís y su candidato.
Hoy por hoy, Miguel Ángel Riquelme Solís, nos demuestra una vez más su gran habilidad y su mayor cualidad política: la capacidad de negociación como operador de la política en Coahuila. Esto es, sin duda “el principio del fin del Moreirato y el inicio de la era Riquelmista”… Les guste o no les guste, les cuadre o no les cuadre, hoy, todos somos Miguel Riquelme.
Nos comentan que quien anda con una sonrisa de oreja a oreja es el subsecretario de Administración y Egresos del gobierno de Coahuila, Don Xavier Alain Herrera Arroyo. Y esto porque lo acaban de nombrar nuevo “Coordinador de Sector” en el 11° Distrito, luego de que Hugo Dávila dejará el cargo partidista. Por lo pronto estará enfocado en sacar la mayor votación distrital de todo Coahuila y de esa manera entregarle los buenos resultados a su amigo y próximo gobernador Manolo Jiménez Salinas. ¡Eh!, no lo pierdan de vista.
Las especulaciones en torno a Don Xavier Herrera Arroyo comenzaron a correr como la pólvora, hay quien dicen que pronto levantara la mano para buscar un cargo de elección popular. ¿Acaso será la alcaldía de Torreón?
Nos dicen que en los pasillos del Edificio de la Plaza Mayor ya no se comenta nada de la reelección del alcalde Román Alberto Cepeda González. Y que eso ya quedo en el 2022. Hoy el tema es el próximo gobernador Manolo Jiménez Salinas y los posibles escenarios que la alianza con el PAN puedan rendir frutos en el 2024. Y que como todos saben, quien lleva mano en las negociaciones de esa alianza es ni más ni menos que José Guillermo Anaya Llamas, quien fuera candidato a gobernador, senador de la República, diputado federal y presidente municipal.
Y ya que entramos en temas del ayuntamiento de Torreón. Nos dicen que quien ha tomado control y liderazgo del gabinete municipal es Gustavo Muñoz López, ante el vacío de poder que ha descuidado la secretaria del Ayuntamiento, Natalia Fernández Martínez, y esto, por darle mayor prioridad a sus necesidades personales, perdón, a sus asuntos personales.
Hace unos días, el director de Desarrollo Institucional, compareció ante el Cabildo para rendir su glosa del informe correspondiente al primer año de gobierno municipal. Nos comentan que Gustavo Muñoz López le sabe muy bien a las relaciones públicas e institucionales, es un secreto a voces, que es el principal asesor de Román Alberto Cepeda González, por cierto, es su gran amigo desde muchos años. Y porque no decirlo, el mejor funcionario de la administración municipal.
Nos llegó el chisme caliente que a quien la cigüeña visitó antes de finalizar el 2022, fue al magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Coahuila, Miguel Felipe Mery Ayup. Quien lo viera que a sus casi 50 años volvería a estrenar biberones AVENT y nueva cuna.
Pero hay un detalle, la joven que dio a luz a Miguel Felipe II o III o IV —ya ni se sabe— es una empleada del Poder Judicial de Coahuila, por obvias razones omitimos dar su nombre. Sin embargo, trascendió en los pasillos del Palacio Judicial que la joven recibió una cantidad importante superior a los seis dígitos a cambio de no registrarlo con los apellidos del padre. Como diría Eulalio Gutiérrez “El Piporro” salió lumbre para el amor.
Como siempre es un placer, nos leemos en la próxima… ¡no olvides compartirla!