Pero, antes que nada, empezaremos esta columna con nuestra típica y tradicional adivinanza, que, en esta ocasión, nos fue enviada por un familiar de la planilla azul. ¿Qué personaje en este pasado proceso electoral, se le conoció como el mago y escapista “Thiany”? Como siempre, les daremos unas pistas: este personaje se inscribió al proceso electoral para la renovación de la sección 35, solo para darse cuenta que el trabajo que realizó durante su gestión sindical, pues simplemente pasó de noche, ya que a pesar de estar reciente su administración sindical, la gente optó por olvidarse totalmente de él y de su gestión, ya que su designación fue por mera coyuntura, casualidad y capricho. Si con todas estas pistas no identifica de quién estamos hablando, chéquese su logo de planilla, donde aparece como “Thiany”, o más payaso de circo.
Entrando en materia político sindical, este proceso electoral para la designación de la nueva dirigencia sindical de la sección 35, dejará una profunda reflexión y análisis para los próximos meses. Las condiciones políticas y la propia forma del sistema de hacer política sindical cambiaron, y para desgracia del nuevo modelo la resistencia ha sido mucha, ya que a los que les está tocando aplicar los nuevos mecanismos, en su mayoría son gente del pasado y, como luego dicen, chango viejo no aprende maroma nueva y si la aprende, le sale chueca.
A estas alturas, la base trabajadora dio una buena lección de civilidad política y, prácticamente, atendieron a todas las planillas y candidatos, que se dieron cita en los planteles educativos, lo que generó esperanza en muchos que al ver que los atendían echaron las campanas al vuelo ya que presumían que les darían su voto, sin embargo, al tiempo de la campaña todos se dieron cuenta que atendían a todos por igual, lo que aumentó la incertidumbre por parte de los candidatos con el electorado.
La guerra sucia tan esperada no pasó desapercibida y prácticamente se desarrolló en dos frentes y dos candidatos, los cuales, reaccionaban y accionaban de acuerdo a los señalamientos que se hacían mutuamente, pero que siempre se quedó en ese terreno sin trascender realmente ni que esta campaña fuera tomada en serio, sobre todo, en las redes sociales que ya resultaba hasta fastidiosa para ese momento de la campañas.
Pese a las diferentes estrategias de cierre de las diferentes planillas, la realidad es que dadas las circunstancias, al momento de escribir este espacio y, ante la incertidumbre unos más unos menos, todos los candidatos se sentían con posibilidades, pero por otro lados escépticos, sobre todo aquellos que esperaban la llegada del amigo silencioso que, como santa Claus, les diera su voto en las urnas y los que se sentían que tenían la estructura que esta no fuera a simular. Otros, los que tomaron el camino partidista sindical para su promoción, simplemente se enconcharon en sus ideologías, y realizaron una campaña por debajo del agua.
Este proceso derramará mucha más tinta de lo que se esperaba, sobre todo, por qué habrá muchas lecciones que dar a conocer para que las futuras generaciones y, las que ya van de salida, logren darse cuenta de qué es lo que se necesita para entrarle a una nueva vida sindical.
Hasta la próxima…