La mejor columna política de La Laguna, por SinCensura.
México tiene un problema sistémico y radica en la manera en ¿cómo se maneja la política del país? El hecho de que existan tantos partidos políticos que albergan sólo una idea principal, llegar al poder y conservarlo, afecta demasiado al país. Lo cierto, es que todos los partidos tienen un propósito, ganarse el voto ciudadano sin importar jugar sucio, descalificar o sacar toda la porquería que existe en los contrincantes. El detalle, es que esto no existiera si los ciudadanos no defendieran a muerte a políticos que no los conocen ni les interesa conocer, a los políticos cualquiera que sea su nombre, no les importamos, sólo buscan su propio beneficio y esa es la cruel verdad.
Los políticos pertenecientes al PRI, PAN y PRD se educaron y formaron sus sentidos de identidad partidista y política en climas de tensión y hostilidad. Era muy obvio, que un día uno de estos partidos iba a hacer algo que no le gustará a los otros —PAN y PRD—, porque en realidad, no sólo no se deben nada entre ellos, sino que hasta los huesos tienen inculcado que son rivales.
Desde hace unas semanas la alianza “Va por México” entre el PRI, el PAN y el PRD parece estar en las últimas y es obvio que hay broncas en casa. De declaraciones de los dirigentes de los partidos al rumor difundido por el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, de que el PRI se alista para ayudar a MORENA a pasar las reformas estructurales. Parece haber una gran posibilidad de que en el futuro próximo rompan relaciones estos tres partidos y eso no va a sorprender a nadie porque la alianza opositora siempre fue y siempre ha sido completamente insostenible: histórica, ideológica y operativamente. El PRI, el PAN y el PRD no solo son incompatibles, sino que en muchas cosas son perfectamente opuestos. Y una alianza opositora sí se puede dar entre partidos con valores muy diferentes, pero una alianza efectiva y en particular, opositora, no puede existir cuando los partidos son opuestos e incompatibles y cuando el elemento de cohesión —cuando los une— es externo a ellos.
Y son precisamente esas condiciones históricas, ideológicas y operativas que hacen que estos tres partidos sean como el agua y el aceite. Desde que se formaron el PAN y el PRI se organizaron como oposición directa a los partidos existentes. El antecedente del PRI, el PNR, se formó en 1929 durante el “Maximato” y al principio fue un partido de caudillos revolucionarios. En 1938, el presidente Lázaro Cárdenas del Río lo convirtió en el PRM terminando con el proceso que lo volvió a un partido de masas y agrupando al sector obrero, al campesino y al militar. Desde entonces, el presidente de la República —básicamente— fue el jefe del partido oficial. En 1946, se convirtió oficialmente en el PRI.
En 1939, al PAN, lo fundó Manuel Gómez Morín, uno de los miembros fundadores del Banco de México. Desde el principio, el PAN buscó oponerse a la figura de Lázaro Cárdenas —básicamente— el padre fundador del PRI. El PAN agrupo a la clase media conservadora que había sido excluida del proyecto cardenista y fue por mucho tiempo un partido de cuadros, con una estructura bien delimitada, un padrón limitado y en donde el poder de decisión se concentra en las cúpulas. A lo largo del siglo, el PAN tuvo poca cabida en el gobierno, sin que ellos supieran —o quisieran— sirvieron más bien al PRI para generar un discurso de que había democracia. El PRI decía que había un sistema democrático y que, evidencia de eso, eran los partidos opositores como el PAN. A lo largo del siglo, el PAN fue ganando representación con las reformas electorales y como oposición, su meta siempre fue tumbar al PRI.
En 1988, un grupo de priístas se salió del partido oficial para impulsar la candidatura presidencial de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano —hijo de Lázaro Cárdenas— formaron el Frente Democrático Nacional —FDN—. Después de la elección, el FDN se convirtió oficialmente en el PRD que agrupaba a diferentes corrientes de izquierda y que, de hecho, tenía mecanismos de representación para cada una de esas corrientes. Desde el principio, fue un partido de masas y de corrientes con diferentes intereses y visiones, pero siempre de izquierda. También, fue un partido movimiento experto en movilizar a la ciudadanía. Una idea básica del PRD, era que el PRI se había alejado del ideal revolucionario, lo cual lo ponía en enfrentamiento directo con el partido oficial. Otra idea era que había que volver a la política cardenista, lo cual lo ponía en enfrentamiento directo con el PAN que había sido formado como un partido anticardenista. Además, que el PAN y el PRI llevaban todo el siglo enfrentándose entre ellos.
Y esta es la primera razón histórica que explica por qué estos partidos son opuestos e incompatibles. El PAN desde sus bases más elementales y básicas se formó en la oposición al PRI. El PRD desde sus bases más elementales y básicas se formó en la oposición al PRI y al PAN. Y aunque éste no es el mismo PAN de Manuel Gómez Morín. Y este no es el mismo PRD de Cuauhtémoc Cárdenas. Lo que los políticos panistas, priístas y perredistas consideran que hoy en día significa formar parte de su partido, se basa en estas bases y estructuras históricas de oposición entre ellos.
Y la segunda razón histórica de esta incompatibilidad, es que, en los momentos —históricamente— más importantes para cada uno de estos partidos, la dinámica que existió fue de polarización y enfrentamiento entre ellos. Lo podemos ver más o menos así. En los 90´, los perredistas vivían en oposición hostil con los otros partidos —PAN y PRI—. El PRI persiguió y fue violento con los perredistas, lo cual jamás hizo con los panistas. Y el partido de Cuauhtémoc Cárdenas se opuso a muchas de las cosas que en conjunto habían acordado el PAN y el PRI como, por ejemplo, la quema de boletas de la elección del 88´, el rescate bancario —el famoso caso FOBAPROA— después de la crisis económica del 94´, entre otras.
Ya cerca del 2000, crecieron las tensiones más bien entre el PAN y el PRI cuando el candidato panista a la presidencia de la República, Vicente Fox Quesada, hizo una campaña fuertemente antipriísta y ganó.
La alianza “Va por México” en realidad se empezó a construir a finales de 2012, días después de que Peña Nieto tomará posesión, se anunció el famoso “Pacto Por México” en el que estos tres partidos acordaron respaldar las reformas estructurales del peñato. De esta manera, Enrique Peña Nieto, fue el primer presidente del siglo XXI que no tuvo una oposición intensa en las Cámaras y por eso pudo pasar sus reformas: educativa, energética, hacendaria, político-electoral y de competencia económica, entre otras. La entrada del PRD al “Pacto Por México” causó la salida masiva de perredistas, entre ellos, los más importantes que eran López Obrador y Cuauhtémoc Cárdenas. Años después, en 2020, se firmó la alianza “Va por México” para enfrentarse al poderío que había logrado MORENA en los primeros tres años de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador. Y está es la “leyenda negra” que se ha construido alrededor de este personaje, al cual se lleva acusando de “comunista” y de “peligro para el país” desde hace 15 años. En 2020, se dio la respuesta reaccionaria en la que estos tres partidos se aliaron, algo, que habría parecido imposible 10, 20 o 30 años antes. Y esa alianza opositora es la que hoy en día se está tambaleando, y ¿cómo no?, si históricamente esos partidos se formaron para oponerse entre ellos.
Estos tres partidos, según sus documentos oficiales, tienen visiones y posturas radicalmente diferentes en temas importantísimos como ¿qué papel debe jugar el Estado? ¿cómo debe ser vista la economía? o ¿cómo debe ser entendida la sociedad? Proponen tres modelos económicos diferentes y dos de ellos excluyen el uno al otro. El PAN que está por renovar su documento, encuentra espacio en un texto bastante breve para decir que está en contra del aborto. El PRD se promulga como un partido feminista. El del PAN es claramente un documento conservador. Y el estatuto del PRD dice, textualmente, “las y los perredistas rechazamos el conservadurismo”. Los textos de estos tres partidos coinciden en dos cosas: los tres se dicen protectores del medio ambiente y también del derecho político y de la participación de las mujeres.
La última razón por la cual desde un punto de vista de raíces y estructuras la alianza “Va por México” se va a romper tarde o temprano, es que, sus formas de ser oposición son radicalmente diferentes. Históricamente, el PAN ha tenido dos estrategias como opositor. La primera, es participar en procesos legislativos y tratar de ser una oposición desde ahí, un ejemplo de eso, es todo su historial en San lázaro y en el Senado de la República. Su otra estrategia, ha sido abstenerse por completo de los procesos políticos como el que paso, por ejemplo, en las elecciones de José López Portillo del 76´ cuando no postularon a ningún candidato. Ahora, el PRD también ha buscado participar en los procesos políticos desde el legislativo pero históricamente cuando eso no funciona ha usado su carácter de partido movimiento para ser oposición desde fuera del proceso político movilizando, por ejemplo, a la gente en las calles y haciendo manifestaciones, muestra de esto, son las marchas masivas de López Obrador en los 90´ cuando perdió la gubernatura de Tabasco, o las marchas de su desafuero o las de las elecciones de 2006. Esta el caso en 2008 cuando Felipe Calderón propone una Reforma Petrolera y el PRD tomó las instalaciones de la Cámara de Diputados para evitar que pasara. Con el PRI es un poco más difícil establecer tendencias claras de sus estrategias de oposición porque, al final, llevan poco tiempo siendo un partido opositor. En el sexenio de Vicente Fox no fueron una oposición bien articulada y eso lo lograron sólo con Felipe Calderón y en los primeros años de Andrés Manuel López Obrador. Pero se pueden más o menos establecer que han tenido una actitud opositora de flexibilidad. Como coordinadores de sus bancadas en las Cámaras de Diputados y la de Senadores, siempre han puesto a políticos experimentados y ágiles que pueden hacer acuerdos con diferentes partidos y pasarse de un lado a otro y maniobrar conforme más les convenga, un ejemplo de esto, fue este año en la votación de la Reforma Eléctrica cuando el PRI logró posicionarse de forma que ellos, tenían los votos de desempate y que quien quisiera ganar iba a tener que ganárselos a ellos. Y lo mismo pasó al final con la reforma que extiende la participación de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública, se pasaron de un lado a otro porque les convenía.
En 2018, el voto masivo a favor de López Obrador fue la gente dándole una lección a la clase política, ya era hora de cambiar no de políticas sino de tipos de político. Algo que tampoco es que López Obrador haya hecho muy bien. Hay quienes entendieron que había que limpiar los partidos y eliminar los discursos hegemónicos sobre política, muchos de los cuales son racistas y clasistas y que había de cambiar las formas de hablarle a la gente. Y también hay otros que prefirieron más bien parapetarse en una alianza sin mucho sentido, en la que se unieron los tres partidos que llevan casi tres décadas —cada uno— tratando de convencernos de quien era el menos peor. Esta alianza responde a una visión corta del calendario político, el PAN, por ejemplo, tiro 80 años de historia por la borda para hacerle frente a un presidente durante un sexenio, que no nos engañen, esta alianza no tiene ni pies ni cabeza, no tiene cohesión y cualquiera de estos días se cae. Y esto es porque estos tres partidos lo veas por donde lo veas en el fondo son rivales.
Porque aunque los priístas también dijeron hace poco que van a rechazar la Reforma Electoral siempre los ha caracterizado su flexibilidad y su capacidad de cambiar, en momentos recientes, han dado giros de 180 grados sin avisarle a nadie. Y creo que no podamos dar el asunto por terminado todavía, porque, al final, si algo nos ha enseñado la historia de México, es que, a la hora de la hora, siempre hacen lo que le conviene al PRI.
Ahora que está sobre la mesa una posible Reforma Electoral valdría la pena repasar las otras iniciativas y los momentos que dieron forma a nuestro sistema electoral actual. La reforma de 1946 puso las bases de este sistema partidista, los partidos se tenían que registrar en la secretaría de Gobernación y cumplir requisitos estrictos, además, no se podía postular un independiente. Buscando ampliar la participación democrática en un entorno dominado por el PRI, las iniciativas de 1963 crearon a los “diputados de partido” una especie de antecedente de la figura del plurinominal. Pero no fue hasta la famosa reforma política de 1977 que se terminó de establecer esta figura cuando se decidió que la Cámara de Diputados debía tener 400 integrantes de los cuales 100 tenían que ser plurinominales. El número se amplió a 500 con 200 plurinominales en 1986. Un ciclo de reformas electorales después de las elecciones fraudulentas de 1988 creó al IFE en 1990, pero fue hasta el 94´ que lo integraron consejeros ciudadanos y hasta el 96´ que recibió plena independencia. En 2014, cambió el IFE por el INE para homologar los procesos electorales locales y los federales y ahí la historia general de las iniciativas electorales del México moderno.
Mediante la modificación a seis leyes, se pretende asimismo recortar direcciones ejecutivas del INE; sustituir la figura de resto mayor por la de primera minoría para la asignación de las diputaciones plurinominales y reducir el porcentaje de participación para que las consultas ciudadanas sean vinculantes, así como obligar a la instalación del mismo número de casillas que el instalado en un proceso ordinario. Previamente a la dictaminación de la Reforma Electoral, las comisiones unidas de Puntos Constitucionales, Gobernación y de Reforma Política-Electoral ya cuentan con un compendio de 108 iniciativas. Nos detallan que de ese total, 51 propuestas son de reformas constitucionales que han sido presentadas por todos los grupos parlamentarios, mientras que 57 son iniciativas para modificaciones a leyes secundarias.
Este miércoles 23 de noviembre comenzó a circular el dictamen de reforma constitucional en materia electoral que contiene, en su mayoría, las propuestas del presidente Andrés Manuel López Obrador para acotar la autonomía del INE. Sin embargo, debido de la posibilidad de que sea rechazada en el pleno, MORENA trabaja en su Plan B, del que ya se plantearon 30 propuestas. De este modo, los diversos planteamientos de la bancada guinda buscan reformar seis leyes; las generales de Instituciones y Procedimientos Electorales (LGIPE), del Sistema de Medios de Impugnación en Materia Electoral (LGSMIME), en Materia de Delitos Electorales (LGMDE) y de Partidos Políticos (LGPP), así como las leyes federales de Consulta Popular (LFCP) y de Revocación de Mandato (LFRM).
Entre las iniciativas con que prevé nutrir el Plan B, se encuentra una propuesta que obliga a acreditar conocimientos en materia electoral para ocupar una consejería del INE, los consejeros electorales deberán demostrar de manera documental, y a través de exámenes, que cuentan con conocimientos electorales para el desempeño de sus funciones. También se plantea la sustitución de la figura de resto mayor por la de primera minoría para la asignación de las diputaciones plurinominales restantes. Lo anterior, permitiría elegir como diputados plurinominales a las dos primeras minorías de cada circunscripción, cuando aún hubiese curules, después de realizada la distribución entre los grupos parlamentarios. Otra de las propuestas busca quitar al INE la facultad de sancionar a legisladores que promuevan campañas electorales.
Asimismo, se puso sobre la mesa una Reforma Legal para que los partidos tengan la obligación de informar y fomentar entre la ciudadanía el ejercicio de los mecanismos de participación ciudadana, además de reducir el porcentaje de participación a 35% para hacer vinculatorio el resultado de la consulta popular, el cual actualmente es de 40%. La propuesta también señala que las instalaciones del INE podrán ser utilizadas para la promoción y discusión de la consulta popular y que la autoridad electoral deberá garantizar la misma cantidad de casillas a instalar en la consulta popular que en un proceso electoral ordinario. La propuesta también señala que las instalaciones del INE podrán ser utilizadas para la promoción y discusión de la consulta popular y que la autoridad electoral deberá garantizar la misma cantidad de casillas a instalar en la consulta popular que en un proceso electoral ordinario. Otras propuestas que pueden ser integradas a dictamen en el Plan B son sanciones a quienes falsifiquen comprobación de gastos, voto electrónico, paridad de género y cuotas en favor de grupos vulnerables, entre otras.
De acuerdo con los tiempos establecidos, la reforma constitucional en materia electoral se someterá a consideración del pleno de San Lázaro el 29 de noviembre y, de ser rechazada, se pondrá en marcha el Plan B, que buscarán sea aprobado en los primeros días de diciembre.
La marcha ciudadana del 13 de noviembre tiró la reforma constitucional en materia electoral de López Obrador, que MORENA en la Cámara de Diputados apuesta aprobar pero ya como una "mini-reforma" a leyes secundarias, el efecto de la movilización de los ciudadanos también empujó para que se restablezca la alianza “Va por México” que había quedado suspendida desde la traición de “Alito” Moreno y el PRI en las reformas militares. Hoy, el PAN y el PRD han decidido darle una nueva oportunidad al priismo y a su dirigente nacional, y han comenzado a negociar las coaliciones para postular a un candidato común tanto en el Estado de México, como en Coahuila. Pero eso sí, tanto Marko Cortés como Jesús Zambrano han advertido que las posibilidades de que resurja con fuerza la alianza “Va por México” dependen de cómo se comporte la bancada del PRI, y sobre todo sus dirigentes “Alito” Moreno y Rubén Moreira en la votación de la “mini-reforma” electoral, pero sobre todo en la elección de los 4 nuevos consejeros del INE, que se tendrán que elegir y votar en la Cámara de Diputados en abril del próximo año, incluyendo los lugares de Lorenzo Córdova y Ciro Murayama. Tras el revés de no poder reformar la Constitución, ahora López Obrador ha puesto la mira en el proceso interno para elegir a los 4 nuevos consejeros y ha dado instrucciones al coordinador Ignacio Mier para que MORENA controle el Comité Seleccionador que ya se tiene que instalar y en donde pretenden tener el control absoluto para que la mayoría de los perfiles que resulten seleccionados, para ser votados después en el pleno legislativo, sean afines a MORENA y a la Cuarta Transformación, y así lograr hacerse, al menos, con la mayoría de los 11 votos del Consejo General del INE. De lo perdido lo que aparezca, debe decir el presidente López Obrador, y ahí es donde estará a prueba de nuevo el PRI y sus bancadas para saber si van a hacer “Bloque Opositor” para que la elección de los consejeros sea equilibrada y con perfiles imparciales, o si apoyarán a MORENA a controlar a los candidatos y de esa manera intentar controlar al INE. Ya veremos.
Nos cuentan que el acarreo para la marcha del próximo domingo ya es abierto y sin tapujos.
El propio Andrés Manuel López Obrador ha dicho que le faltarán autobuses para llevar a quien quiera participar, mientras que sus diputados federales han anunciado que utilizarán sus dietas para llevar a quienes quieran participar en la marcha que irá del Ángel al Zócalo para celebrar el 4to Informe del presidente López Obrador.
En Coahuila, quien se perfila hacia otra derrota en MORENA es el senador Armando Guadiana —el famoso viejo del sombrerón y algunos le agregaron bigotes de axila—, aspirante a la candidatura de la gubernatura. Ciertamente quedó dentro de los cuatro finalistas, pero nos platican que su nivel competitivo no le da para ganar. De hecho, en los sondeos internos, el subsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía Berdeja, es el puntero.
Mientras tanto el PRI inicia su proceso de renovación de consejeros seccionales, municipales y estatales para el próximo 4 de diciembre. Hace falta mucho por hacer, pero principalmente, mucho oficio político por parte de la dirigencia tricolor.
Nos comentaron que en Matamoros, los regidores y síndico de vigilancia de MORENA increparon en plena sesión de Cabildo al alcalde Miguel Ángel Ramírez López mejor conocido como “El Charro”. Les reprocharon la reducción de salarios a los empleados de la Presidencia Municipal y lo acusan de corrupción, pues argumentan que están haciendo un “guardadito” para utilizarlo en el proceso electoral del siguiente año. Y que la única regidora que salió en defensa del alcalde fue Francis Hernández Celestino mejor conocida como “La Fransua” gente de la estructura política de Alfredo Vázquez Rocha. Dicen que se les puso a la patas y les advirtió que si no llevan pruebas de esos argumentos que mejor se callen la boca porque eso ameritaría fincarles responsabilidades de carácter penal por calumnias y otros delitos. Hay que destacar que ni el propio regidor Genaro Hernández Jiménez, recién nombrado dirigente de la Fundación Colosio Filial Matamoros, intercedió por su cuñado “El Charro”.
En todos lados se cuecen habas, nos cuentan, que con motivo del aniversario del reparto agrario, la exlíder campesina Rita Salazar exigió derecho de piso a los comisariados ejidales que fueron beneficiados con el apoyo que el gobierno del Estado les entregó. Al parecer el responsable de hacer la entrega de los apoyos es un tal Fernando Chincoya, quien en contubernio con la exlíder campesina a cambio de entregarles el dinero en efectivo exigieron una cantidad importante. Las quejas por parte de los comisariados llegaron al dirigente municipal de la CNC, J. Guadalupe Sánchez, quien externó su descontento con esas prácticas. ¿Y así piensa el PRI ganar el voto campesino?
Esto nos recuerda a un personaje que utilizaba las mismas tácticas para beneficiarse de manera personal, nos referimos a Miriam Melchor, hoy flamante asistente del regidor Enrique Sarmiento, quien salió por patas de la oficina del hoy gobernador, precisamente, porque los apoyos que Miguel Riquelme enviaba para su entrega misteriosamente llegaban rasurados o incluso algunos ni llegaban.
Confirmado. La llegada de Omar Bravo Galarza a la dirección de Inspección y Verificación Municipal a inicios del próximo año, la clave, su lealtad de muchos años al alcalde Román Alberto Cepeda, aunado a que hay quejas y reportes del manejo discrecional del actual titular en esa dependencia que supera los seis dígitos por mes. También nos dicen que habrá limpia de inspectores municipales y llegará como nuevo jefe de Inspectores, Willy Betancourt, amigo y compadre de Omar Bravo. ¡Enhorabuena!
El próximo 30 de noviembre rendirá su 5to Informe de Gobierno Miguel Ángel Riquelme Solís, desde aquí nuestro reconocimiento y felicitaciones para el gobernador.
Como siempre es un placer, nos leemos en la próxima… ¡no olvides compartirla!