SE ACABA de dar a conocer que en el presupuesto federal del año 2023 habrá un incremento al presupuesto destinado al campo. De 50 mil millones se sube a 70 mil millones. Desgraciadamente, la mayor parte de esos recursos van a ser destinados a la compra de garantías del programa Sembrando vida, el cual, según los expertos es un rotundo fracaso porque de los supuestos millones de árboles que se han plantado en el sureste del país cuando mucho un 10 por ciento ha logrado sobrevivir y está en crecimiento.
Ese programa, según los expertos en transparencia y rendición de cuentas, ha sido una inmensa alberca de corrupción en la cual muchos, literalmente, se han bañado en billetes.
Se dice que probablemente ese programa podría entrar en Coahuila, pero con una orientación político electoral muy marcada. O sea más de lo mismo.
Los “programas sociales” y el dinero público usados para comprar votos. Es hasta fastidioso ver como el presidente López Obrador está haciendo exactamente lo mismo que siempre crítico.
El próximo 1 de diciembre se van a cumplir 4 años de su llegada al poder y, con mucha tristeza, vemos que el gallo del pueblo, el que nos iba a sacar de la miseria y de la corrupción, resulto igual y en muchos aspectos peor que los que estaban antes en el poder federal.
El otro día un amigo retaba a un morenista a que le dijera tres beneficios que tuviera la gente del campo sampetrino de este gobierno. Solo tres, y el pejista cayó como momia porque la verdad es que a la gente del campo sampetrino en nada le ha beneficiado este gobierno, al contrario.
Hoy los productores de algodón están sufriendo por la baja del precio de la fibra. En otros tiempos, a estas alturas, los algodoneros contarían con una cobertura de venta a futuro y tendrían algo de utilidad.
Pero como a partir del 1 de diciembre del 2018 se cancelaron todos los apoyos a los productores del campo lagunero, desgraciadamente, para la gente del campo de San Pedro, que son un poco más de 4 mil familias que se dedican a alguna actividad agropecuaria, el presidente que les prometió que sería algo así como un Lázaro Cárdenas redentor agrario, terminó siendo otro desgraciado Salinas de Gortari, pero mucho más peor porque Salinas de perdida les dejo el PROCAMPO y uno que otro apoyo, y López Obrador los dejó sin nada.
La verdad es que la poca vergüenza y dignidad de los seguidores de Morena en San Pedro es mucha. López Obrador los ningunea y los trata con la punta del pie.
En San Pedo y en todo México los miembros de ese partido no son militantes, son súbditos y no tienen ni voz ni voto en las decisiones de su partido.
Los morenistas de hoy son priistas del pasado pero corregidos y aumentados.